Gabriel se encontraba en su oficina, frustrado, a pesar de la reunión con Leo donde le explicaba sus "razones" para estar en el mundo humano, no podía quitarse de la mente que estaban ahí para presionarlo. Su frustración era tan evidente que aventaba todo lo que tenía a su paso.
–¡Maldición! – gritó con furia – Esos demonios deben estar aquí para vigilarme, para ver si me equivoco y llevarme con ellos...
Gabriel comenzaba a pensar casi con paranoia, sus manos temblaban y sus ojos parecían los de un loco, desesperado, tomó unas hojas y comenzó a idear un nuevo plan, pensaba que tenía que actuar lo más rápido posible. Cuando terminó, llamó a uno de sus empleados que se encontraba entrenando a los niños.
–Soy yo –dijo intentando sonar calmado – necesito tener a los mocosos listos en un mes... no, en quince días –dijo notándose en su voz la paranoia, algo que su sirviente notó, su sirviente sabía que era una locura, los niños no estarían listos en ese tiempo, ninguno había mejorado como él esperaba, aún no eran hábiles con las armas y cometieron muchos errores al pelear, eran niños aún, pero no podía decir nada más y solo obedeció.
El sirviente miraba con preocupación a los niños, pasar varios años con ellos entrenándolos les había ganado cariño, sabía que no sobrevivirían a una pelea, sus enemigos eran poderosos y los menores no contaban con ninguna ayuda de demonios, aún así tenía que obedecer a las órdenes de Gabriel. Su mente trabajaba rápido para idear un plan y así ellos no murieran. Su mente estaba dividida, él había jurado lealtad a la familia de Gabriel, sin embargo, sabía en el fondo que los niños no tenían la culpa de las locuras de su padre y que no merecían morir.
*Dos días después en la base*
Damián era sorprendente, sus habilidades aumentaban con los días y sus poderes eran más asombrosos, Tamara sabía que pronto la iba a superar y la derrotaría, había momentos en los entrenamientos en que casi era derrotada, aunque se las arreglaba ya que seguía siendo impulsivo en ocasiones y le daba la oportunidad para derrotarlo.
–Muy bien Damián, por hoy hemos terminado – dijo Tamara mientras le pasaba una botella con agua, justo en ese momento, un joven como de unos 20 años entró y llamó a la chica para hablar lejos del menor, esté al ver a Tamara alejarse, aprovechó para irse donde se encontraba su madre.
–Mamá, el entrenamiento ha terminado, iré a darme una ducha –dijo y dejó a Jessica sentada, en esos días había estado meditando mucho.
Después de un rato, su hijo se sienta a su lado y lo abraza – hijo dime, ¿qué pasaría si nosotros nos fuéramos lejos y no volviéramos aquí?
Damián le mira sin entender, desde que tiene memoria siempre ha estado en ese lugar, entrenando para algo que él no tenía idea, medita la pregunta de su madre ya que idea de irse y conocer más lugares le gustaba, pero su alma decía por alguna razón que debía seguir entrenando.
–Mamá me agrada la idea, pero hay algo que no me permite aceptar – Jessica le mira y solo lo abraza, en su mente pensaba que quien hablaba era el demonio con el que había hecho el contrato, en cambio Damián no entendía mucho la actitud de su mamá, pero correspondía al abrazo, hacía mucho tiempo que no pasaban un tiempo a solas y convivían como la pequeña familia que eran, él quería mucho a Tamara, pero su madre era la única que le hacía especial.
Tamara abrió la puerta ya que tenía noticias importantes para Jessica, pero al verlos así decidió no interrumpir, volvió donde estaban reunidos los superiores para saber si esa información era real o solo una trampa.
–Lo siento, pero están ocupados, yo mañana les informaré. Ahora ¿qué más información tienen? – Tamara tomó asiento y recibió la hoja con el nuevo informe, Tamara no podía creer mucho esa información, pero sabía que debían hacer un plan para corroborar toda esa información. Mientras en sus pensamientos existía la duda,no podía confiar mucho en el informe que habían recibido, también sabía que la batalla estaba próxima y aunque no confiaba aún en el informe, de ser real, quedaría poco tiempo para la batalla.
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Un camino sin retorno
General FictionJessica da a luz a un pequeño prematuro, los doctores no dan esperanzas y solo un milagro puede salvarlo. Desesperada por que su pequeño viva hace un pacto con todos los demonios, pero a cambio piden algo que nunca imagino...