CAPÍTULO 13

14 2 0
                                    

Leviatán miraba al menor con mucha curiosidad, podía reconocer el aura de ese niño, aún estaba algo sorprendido por la forma en que usaba sus poderes, Asmodeo le miraba con cierta curiosidad.

–¡Vaya! Así que ese niño tiene un doble contrato – dijo sonriendo y mirándole aún con mucha curiosidad – parece que ese niño fue el que creó la ilusión.

Leviatán no perdió detalle alguno e ignoró lo que le dijo, pudo ver a Gabriel enfurecido y cómo invocaba a un demonio más para poder usarlo y pelear contra el menor. Un aura oscura rodeo a Gabriel haciendo que Damián se alejara poniendo una guardia, a su vez, del menor salió un aura similar a la de Gabriel, solo que de color azul cielo. Que contrastaba con el color carmesí de sus ojos.

A una velocidad sobrehumana, Gabriel fue directo contra el menor quien se protegió del golpe que este había dado, era una pelea única. Cada uno daba golpes que el otro bloqueaba. Quienes estaban en el lugar solo veían una danza de colores azul y negro. Los únicos que podían ver realmente lo que ocurría eran los demonios que a lo lejos observaban la batalla.

–Esto se está poniendo muy interesante –dijo Asmodeo completamente emocionado. Jamás había visto a un humano sobrevivir a un doble contrato, y lo mejor, verle pelear.

Asmodeo veía de reojo a su mayor quien no perdía detalle de la batalla, solo estaba serio, no decía nada, se limitaba a observar la pelea.

– Esto será muy interesante, sobre todo – Dijo Asmodeo a Leviatán, quién hasta ese momento intentaba ignorar todo lo que decía,  –Porque ese niño tiene tú aura…

*24 HORAS ANTES DE LA PELEA*

Todos en la base estaban ordenando las cosas y repasaban los últimos detalles de el plan, por otro lado, Jessica estaba nerviosa, su pequeño estaría peleando y aunque sabía de la fuerza y habilidades que tenía sus pensamientos no dejaban de atormentarla, después de todo aún era un niño.

–Tamara… por favor cuida muy bien de mi hijo – dijo mientras miraba con una angustia muy grande a su amiga.

–Descuida, sabes que Damián es como mi pequeño sobrino, él es parte de esta comunidad. – Dijo eso al tiempo que puso sus manos sobre los hombros de Jessica para tranquilizarla, a su vez, Jessica asintió ante sus palabras.

En ese momento vio cómo su pequeño caminaba donde estaba ella y lo abrazo, ambos solo se quedaron así un momento y ella, al separarse, le sonríe.

–Estoy tan orgullosa de ti mi amor – dijo mientras acariciaba su rostro y besaba su frente – sabes bien quién eres. Tú eres mi hijo y debes luchar por ti pensar por ti y por todas las personas que estén a tu alrededor. Si en algún momento tienes dudas – puso su mano en el pecho del menor – aquí siempre encontraras una respuesta.

–Mamá –dijo el pequeño mientras le miraba, él había pasado su corta vida rodeado de adultos, pero siempre tuvo ese cariño de parte de su madre. A él no le importaba no saber quién era su padre, estaba feliz con las personas que le rodeaban. Abrazó a su madre una última vez antes de marcharse.

Jessica se quedó observando a su hijo mientras se marchaba con los demás miembros, sentía como su corazón se desmoronaba, quería ser útil, pero era una simple humana, hasta que recordó las palabras de Tamara: “Nosotros cuidamos a las personas como tú, quienes tienen un don, pero no lo desarrollan, las personas con esta característica son acechados por seres malignos”.

En ese momento comprendió que por eso pudo ser acechada por los demonios con los que había hecho ese trato, tal vez sus poderes eran únicos y ahora los había heredado a su hijo, entró en pánico al recordar al demonio, que pedía el alma de su pequeño. ¿Y si era en ese momento?

No podía quedarse ahí en la mansión sola mientras esperaba el regreso de su pequeño. Tenía que hacer algo…

Un camino sin retornoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora