El día en que atacaría por fin había llegado, en la mente paranoica de Gabriel, su plan se veía perfecto, lo que él no sabía era que los sentimientos humanos de los cuales carecía, eran mucho más fuertes que todos los pactos que había hecho con los demonios.
El joven entrenador esperaba que su plan no fallará y fuera descubierto para así poder proteger a todos los niños. Suspiró y conforme al plan de Gabriel posicionó a los niños en los puntos clave, la tensión bajó del joven cuando se percató que ya estaban en guardia y resguardando el lugar.
Cuando los niños estuvieron en posición, dio la señal, Gabriel por su lado, estaba tan obsesionado y seguro que ganaría esta batalla que comenzó a atacar, su objetivo era que las almas puras de los niños fueran corrompidas al comenzar a matar a seres inocentes, así condenaría esas almas y los inocentes serían alimento para los demonios, a su vez, el obtendría el poder y podría al fin derrotar a sus enemigos; la Organización y así conquistar al mundo, algo que su familia nunca había hecho.
En el momento que Gabriel dio la señal los niños comenzaron a atacar a las personas que se encontraban en dicho lugar, pero, su sorpresa fue que las personas que estaban ahí eran simples ilusiones, los menores al ver eso no sabían cómo reaccionar, ellos no estaban listos para esa clase de trampa, después de todo aún eran unos niños.
Los miembros de la Organización salieron en ese instante, los niños solo sabían pelear y al verlos fue la primera reacción que tuvieron, estaban bien entrenados, no lo podían negar, pero la Organización ya estaba al tanto de todos los movimientos, puntos fuertes y debilidades de los niños. Gabriel no podía comprender lo que pasaba, por un momento sintió que estaba perdido.
–¿Qué mierda es lo que pasó? –dijo Gabriel fuera de sí mirando al rededor de él casi gritando por la misma desesperación.
No muy lejos de ahí dos personas miraban todo desde el balcón de un lujoso edificio.
–Leviatán, parece que Gabriel perderá la cabeza – dijo mientras llevaba a su boca una paleta y se recargaba en el balcón.
–Así parece –dijo mirando desinteresado.
–¿Por qué no vamos? Quiero ver la cara de desesperación de Gabriel y que piense que todo esto es por culpa de nosotros. – Dijo de forma divertida.
Leviatán solo se limitó a tomar su forma humana mientras brincaba para ir al lugar, en ese momento Asmodeo hizo lo mismo y lo siguió, tenía la esperanza de al fin poder devorar el alma de Gabriel.
Mientras en la batalla, el joven entrenador se perdió de la vista de Gabriel, quien a su vez pensó que había muerto, pero el joven ya estaba resguardado junto con algunos niños que seguían sin entender bien la situación. Todo parecía indicar que Gabriel había perdido y los niños estarían a salvo.
–¡Noooo! – gritó al ver cómo iba perdiendo.
Tamara en ese momento pensaba que todo había terminado y sin derramar una gota de sangre, gracias a Damián las personas del lugar estaban seguras, él era quien había hecho las ilusiones confundiendo a los niños.
Gabriel perdió el control pero su locura parecía que llegaría a su límite cuando vio llegar a ambos demonios, en su mente estaba seguro que era una trampa y venían solamente por su alma.
No pudo más e invoco a varios seres malignos para que le ayudaran y dieran de sus poderes, así podría terminar con la Organización de una vez por todas.
Los niños ya estaban a salvo, Damián oculto el autobús donde iban junto con el entrenado para que no pudieran verlos marcharse, los miembros de la organización al ver que no podrían contra lo que había hecho Gabriel, decidieron huir y ponerse en resguardo, no importaba que hiciera ahora Gabriel para ellos era una pelea que ya había terminado.
Gabriel no se daría por vencido, sabía que esa pelea la había ganado la organización pero quiso vengarse matando a todos los que estuvieran en el perímetro. Gabriel pudo ver a la persona que más odiaba en ese momento, Tamara, así que la acorraló con los poderes con los cuales contaba en ese momento.
Gabriel atacó a Tamara y está se defendió, era algo extraño, ella era muy fuerte pero aún así no comprendía que pudiera detener el golpe que le había dado. Los demonios, Asmodeo y Leviatán miraban incrédulos ya que era una simple humana.
–¿Sorprendido? –dijo una voz infantil mientras el rostro de la mujer sonreía, no solo eso, sino que empezaba a cambiar de forma a la de un niño sorprendiendo más a todos los que observaban la pelea. Tamara estaba a salvo, en posición junto a los otros miembros.
Esta será una pelea pareja… tú y yo solamente –dijo Damián mirándole con sus ojos color carmesí. Leviatán miró al niño con un interés que no había sentido nunca. ¿Qué era lo que estaba pasando?
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Un camino sin retorno
General FictionJessica da a luz a un pequeño prematuro, los doctores no dan esperanzas y solo un milagro puede salvarlo. Desesperada por que su pequeño viva hace un pacto con todos los demonios, pero a cambio piden algo que nunca imagino...