CAPITULO 16

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Tamara no dejaba de llorar, estaba al lado de Damián quien, a su vez, sostenía el cuerpo sin vida de su madre. En ese momento Gabriel cayó en cuenta, ese niño era su hijo. Al fin había encontrado a Jessica y al niño que habían procreado juntos, sin embargo, no imaginó que fuera para ser el asesino de la mujer que amó como nunca lo había hecho en su miserable vida.

Leviatán por su lado, no comprendía los sentimientos humanos, no sabía por qué la mujer había dado su vida para proteger a su único hijo. Aunque no comprendía los sentimientos, él estaba experimentando un dolor y tristeza digna de los humanos, nadie lo sabía, ni siquiera él lo comprendía, pero, estaba enamorado de la humana.

Los ojos de Leviatán siguieron un halo de luz, era el alma de Jessica que rodeaba a su hijo y a la otra mujer que lloraba sin parar, quién lloraba como si se sintiera culpable de la muerte de la mujer.

Del brazo de Gabriel goteaba la sangre de Jessica, sus ojos estaban moviéndose como si estuviera loco, o poco le faltaba, una voz en su mente le gritaba "asesino" mientras otra voz, más oscura le decía; "llévate al niño". Sus manos tomaron con fuerza su cabeza y comenzó a gritar.

Tamara mira a Gabriel lleno de sangre y una furia la invade, iba a atacarlo, pero Asmodeo se interpone.

–Lo siento cariño, pero no te puedo permitir tocarlo – dijo Asmodeo mirando a Tamara, el demonio de la lujuria iba a tocarla, pero Leviatán le toma la mano impidiendo el tacto, algo que a Asmodeo no podía creer causando su asombro, nunca se había interpuesto entre él y su presa.

En ese momento, Tamara tomó valor y fuerza, ordenando que llevaran el cuerpo de Jessica a uno de los carros, Damián no quería separarse del cuerpo de su madre, a los miembros de la organización les costó trabajo que Damián la soltara.

Leviatán no podía apartar la vista del cuerpo inerte de la mujer, justo en el momento que iba a desaparecer con Asmodeo, Gabriel perdió el control, tomó del brazo a Damián y lo jalaba, Damián por su parte opuso resistencia, estaba tan dolido que no era capaz de usar sus poderes, así que no podía liberarse del agarre.

–¿Qué haces Gabriel? – dijo Leviatán mirándole sin comprender, el demonio también estaba afectado y le costaba pensar, su mente comenzó a aturdirse, en ella podía ver a Jessica sonreír, parecía que le abrazaba, Asmodeo preocupado lo aleja de donde estaban Gabriel y Damián.

–¡Por todos los demonios Leviatán! ¿Qué fue lo que te pasó? – dijo mirándole, casi estaba golpeándolo para que reaccionara – No comprendía lo que estaba pasando, aún estaba aturdido.

–No....no lo sé... yo... no entiendo que me pasó - dijo Leviatán aun sin poder ver bien, su vista y su mente seguían aturdidas.

–Leviatán, tú hiciste un contrato con esa mujer muerta... ¿Verdad? –No podía engañar a Asmodeo, era demasiado evidente para él.

–Sí... –suspiró comenzando a recuperar la vista.

Leviatán comprendió que lo que vio solo eran los recuerdos del niño. Jessica al morir usó sus últimas fuerzas para cuidar a su hijo, estaba seguro que lo había reconocido como el demonio con el que tiempo atrás, hicieron un trato para que el menor viviera. Leviatán aun sabiendo que era hijo de Gabriel y que ya tenía un contrato con los demonios para que naciera, él hizo el doble contrato con la madre.

En el momento en que el demonio obtuvo las visiones, Damián soltó todo el poder que le quedaba y rechazó a su padre, ambos estaban encerrados en una bola de energías positivas y negativas, nadie podía ver qué pasaba dentro de esa esfera de poder, solo tenían que esperar.

–¿Por qué lo hiciste?, Leviatán, ese niño huele a ti, es toda tu esencia y lo acabo de comprobar – dijo al tiempo en que señaló el lugar donde Damián y Gabriel estaban.

Tamara quería correr donde estaban ellos, pero era muy arriesgado, ella debía mantener la promesa que le hizo a su mejor amiga, pero si moría, no habría nadie digno de cuidar y entrenar a Damián.

–Tenemos que alejar a Gabriel de ese niño, pero solo tú puedes entrar en ese tornado que creó ese niño. – Asmodeo palmeo la espalda de Leviatán para darle a entender que, a pesar de todo, él lo iba apoyar.

Leviatán usa su velocidad y con mucho trabajo entra en esa esfera, Gabriel estaba a punto de morir en manos de su propio hijo, al parecer Damián había perdido el control de los poderes, cuando Damián se percata de Leviatán se abalanza sobre él, intentando matarlo.

El demonio tenía que admitir que era alguien único y que se adapta muy rápido a los poderes. Pero no podía demorar más, si Gabriel se quedaba ahí moriría, ellos tenían que seguir el contrato.

–Lo siento mocoso, no tengo tiempo de jugar – Le golpea en la nuca dejándolo inconsciente, Tamara al ver que la energía que les rodeaba desaparece, corre hasta donde estaban todos, Gabriel parecía estar sin vida en los brazos del demonio, Damián estaba en el piso, respirando levemente.

–¿Qué le hiciste? –Dijo Tamara tomando en brazos a Damián.

–Solo esta inconsciente, esta pelea ha quedado en empate, ahora tienes una gran responsabilidad, en el futuro nos volveremos a ver.

Dicho eso, Leviatán desapareció, a lo lejos Asmodeo también y los dejaron solos... por primera vez, Tamara se quebró cayendo de rodillas y comenzó a llorar de una forma desgarradora.

Habían salvado muchas vidas inocentes, los niños que pudieron salvar y ahora les darían nuevas identidades para que vivieran felices con su familia, pero fue a un costo muy grande...

Hola pequeñas criaturas, quiero agradecer el apoyo como siempre, que le dan a la historia. No crean que este es el final, Aún faltan muchos capítulos más... sé que tienen más preguntas sobre los personajes, pero se van a resolver. Recuerden que pueden estar informados de todos en la pagina de Facebook, pueden buscar como TA.AQA o @escrito.aqa

Un camino sin retornoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora