Capítulo 11

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En el segundo en el que sentí los brazos de Shawn rodearme, lo empujé dentro de mi habitación y cerré la puerta. Me encontraba sollozando y no quería que mi madre se enterara de lo ridícula que era su hija.

Shawn me abrazó nuevamente.

—Shawn... Por favor, déjame...

—No. Quiero asegurarme de que estás bien.—mordi mi labio.—Te hice una promesa, y prometo cumplirla. No te dejaré sola.

Tomé asiento en mi cama. Shawn no tardó en imitarme. Cubrí mi rostro con mis manos y suspiré.

—Estaré bien cuando me dejes sola.

—¿No te aburres de rechazarme?

—¿No te aburres de mentirme?

Mi ex mejor amigo frunció el ceño.

—No te he mentido.—reí.—¿Lo dices por lo de Haiz?

—Sí, lo digo por Hailee, tonto.

Shawn tomó aire y lo soltó con lentitud. Se levantó, apoyó su cuerpo en mi escritorio, donde estaba la deliciosa pizza, y me observó. Se veía dolido.

Lo podía sentir.

—Sabes muy bien que yo no quería que esto pasara.

—Pero pasó, ¿de acuerdo? Pasó y me duele.

—Dios, ni siquiera entiendo porqué te nolesta tanto que esté con ella. ¡No me puedes obligar a quererte!

No lo podía creer. Lo había visto, lo había escuchado y aún así no lo podía creer.

—¡Todo esto ni siquiera es por el hecho de que estés con ella, maldición! ¿Cómo diablos no te das cuenta, Shawn?—grité. Al diablo si mi madre se entera.—¡Me has mentido desde noviembre! Todos estos jodidos meses diciéndome que nunca harás nada con Hailee para no dañarme, diciéndome que no sucedía nada entre ustedes cuando en realidad después de clases se besuqueaban en su casa. ¡Por eso me duele todo esto!

El rostro de Shawn palideció. Comenzó a cambiar el peso de su pierna de una a otra.

—¿Cómo lo sabes?

—¿Acaso importa ahora? Lo hecho, hecho está.

Me acosté, dándole la espalda a Shawn. Lo podía sentir ahí, pero no escuchaba que se moviera.

—Fue Natalie, ¿no?

Asentí.

—Lana, yo... Lo hice por mejor. Nunca fue mi idea dañarte.

—Pero lo hiciste.

—Pensé que era mejor ocultarlo a que restregártelo por la cara.

Me levanté y caminé hasta él. Lágrimas estaban ahora acumuladas en sus ojos, su nariz estaba roja y su respiración estaba algo alterada. Pude sentir como ambos de nuestros corazones se rompieron en cuanto él dejó caer una primera gota de agua salada.

—Dices que me conoces mejor que a nadie, pero veo que te equivocas. Para hacer esa declaración, deberías tener en claro que... Después de mi padre, lo único que quiero en mi vida, es honestidad pura.

—Lo siento tanto, Lannie. No te quiero perder.—sollozó.

No sabía que hacer. Mi corazón estaba dividido. Por un lado, quería abrazarlo y no dejarlo ir jamás. Pero por otro, mi orgullo salía a flote y me daban ganas de empujarlo por la ventana.

Adivinen quien ganó.

—Creo que deberías irte.

—Lana...

Better Off; Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora