Better Off; Shawn Mendes

Capítulo 26

Encontrar una fiesta disponible en Los Ángeles, no era para nada difícil. Cuando Niall y yo, Lana Marie Rhodes, cruzamos la puerta, un olor a alcohol y sudor nos impactó enormemente. Pero sinceramente, me dio igual.

—¿Qué tal la Universidad, Lana?

—Ha estado maravillosa. Sip.—apunté la bolsa de la licorera que llevaba mi amigo rubio en sus brazos.—¿Qué compraste?

—Un poco de ron, vodka... Y cerveza.

Saqué la botella de vodka, la abrí para después llevarla a mis labios y dar un buen sorbo de ella. El líquido bajó por mi garganta, quemándome hasta la última cuerda vocal existente, pero no me impidió soltar un grito de emoción hacia el cielo y tratar de incorporarme a la fiesta.

La música petaba horriblemente. Drake sonaba por la estancia a más no poder, todos estaban bastante exaltados y felices. No conocía a nadie, pero no me detuvo para consumir hasta la última gota de vodka restante de la botella.

Niall se detuve frente a mí.

—¿Sabes algo?

—¿Qué? ¡Wooo!

Ay, Travis Scott. Aquí venía mi paso estelar.

—Un amigo tuyo de la universidad me envió solicitud por Instagram, y lo invité a la fiesta ya que es de por aquí. Me dijo que era muy cercano a ti.

Fruncí el ceño.

—¿Ah sí? ¿De quién se trata? ¿Benjamin?

—Nop. No conozco a ningún Benjamin, pero si a Jo...

—Lana Marie, un gusto verte nuevamente.

Me volteé. Aquellos penetrantes ojos, esa sonrisa socarrona, y ese aire de superioridad... El inigualable Joshua Hayes estaba en la fiesta a la que yo había asistido.

—Joshua Maldito Hayes, ¿qué haces aquí? Te dije que me dejaras sola.

—Disfruto de mi juventud con mis seres queridos. Niall y yo nos hemos llevado de lo lindo.

Todo estaría bien, si no fuera por todo el alcohol que había bebido anteriormente. Estaba más que borracha.

—Está bien... Pero estarás lejos de mí durante la noche, ¿entendido, pendejo?

—Exacto. No debes preocuparte por nada.

Media hora después, no se me había acercado para nada, cosa que claramente agradecía. Ya estaba aburrida de moverme para aquí y para allá, extrañaba a mi novio.

Así que me acerqué a Niall, quien descansaba junto a Josh.

—Pásame tu teléfono, N. Ahora.

—¿Para qué lo quieres?

—Quiero llamar a Chon.

—¿A quién?

—¡A mi novio, imbécil!—gruñí.—Pásamelo.

Me lo entregó. Me retiré mientras me tambaleaba de vez en cuando. Entré en una habitación. Busqué el contacto con S hasta que di con él. Presioné marcar mientras me reía. Estaba cometiendo una travesura malvada.

—¿Hola? ¿Niall? ¿Has visto la hora? ¡Son las dos treinta! No es bueno que llam...

—Hola, mi amorcito.—reí.—Sólo quiero que sepas que tú eres un idiota. Yo...—me apunté para luego eructar.— Soy una idiota. Juntos somos unos idiotas que estamos juntos porque queremos y porque podemos. ¡Nuestras cadenas hay que romper! ¡Turururu! Blah blah blah... Y nuestras hijas y sus hijas, gritarán agradecidas... ¡Eh! Socias sufragistas.