CAPITULO 114: Declaración de libertad

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Tras la repentina muerte de su líder, los dioses humanos volaron a toda velocidad de vuelta a Irios, si quería ganar esta guerra debían eliminar a la persona que fue capaz de matar al más poderoso de los suyos, cuando estos abandonaron el campo de batalla, el ejército de Ix reagrupo a sus soldados, incluyendo a los heridos, siempre y cuando aún no estuvieran muertos y se dirigieron a Nowat, a la espera de las naves que los sacarían de ese lugar.

Su razón parecía estar colapsando, sin un líder que los guiara seguían a la mayoría, y la mayoría decía que acabarán con ese sujeto que tenía una apariencia aterradora pero a la vez algo familiar, a varios metros detrás de donde me encontraba parado se hallaba el cuerpo de su líder, tirado en el suelo y partido en dos, los que iban al frente se llenaron de cólera y aceleraron su vuelo directo hacia mí, no mostré interés alguno ya que ni los mire, mi atención estaba centrada aún más lejos de ellos, trataba de ver lo que pasaba en Nowat, buscando entre los sobrevivientes a mis amigos, por suerte los encontré... A casi todos, de entre los amigos de Mirlo todos parecían vivos, aunque no en buen estado, pero de entre los míos solo estaban Viago, Dilian y Yereli, no vi a Sharía cerca, por lo que solo una cosa le pudo haber pasado.

Lo soldados del ejército de los dioses humanos caían uno tras otros, a pesar de que no parecía moverme en lo absoluto todos terminaban cortados por la mitad, después de unos segundos analice por completo la situación y mire de frente al ejército que estaba delante mío, movió mi espada hacia atrás, la gema brillo levemente y formule la primera palabra desde que había usado esa forma demoniaca.

Nehitan: Perpetuo -mi voz fría dio la señal a mi mano de moverse.

La espada avanzo de derecha a izquierda horizontalmente, más de la mitad de las personas que estaban frente a mi terminaron partidas en dos, aun así, esa técnica no era de gran dificultad.

En todo este tiempo de guerra el ejército de Aboxia solo pudo acabar con el cuarenta por ciento del ejército enemigo, mientras que en un solo instante yo solo elimine a la mitad del ejército aún sobreviviente, ellos sintieron por primera vez el verdadero terror, muchos de ellos ya no podían, su coraje había sido destruido por ese poderoso ataque, parte del ejército trato de escapar, pero algo los detuvo.

Yo era quien estaba hasta al frente aun así importando poco ese mínimo problema llegue en un solo instante hasta la líneas traseras, mi velocidad sobrepasó varias veces la velocidad de ellos, la razón de esto fueron las alas oscuras, con una forma deteriorada y grietas iluminadas de un color rojo que remarcarían las venas en el caso de que estas alas fueran orgánicas, las alas que portaban cada una de las personas en ese ejército eran tan solo de primera generación, solo unas pocas alas de segunda generación fueron construidas, esas eran la que Sebastián, Mirianel y Leviatán tenían, como Sebastián estaba consciente de que no saldría de la base dejo las suyas en el taller, las cuales encontré cuando pase por ahí.

Justo estas que yo tenía en mi poder son el resultado de las circunstancias, cuando Leviatán me atravesó el pecho con mi espada está llegó a dañar la superficie del disco, este se esforzó por aferrarse aún más al sistema nervioso, debido a que estaba muriendo el dispositivo detectaba baja señal y para cuando me recupere y entre en el estado demoníaco mi cuerpo se recuperó, y los sensores que se habían profundizado más en mi sistema nervioso terminaron fusionándose con él, siendo también afectadas por el estado demoníaco, por lo que estás alas que poseo podrían ser llamadas las primeras de tercera generación.

Sin darles un respiro comencé a exterminar a cualquiera que intentará escapar, en ese momento Ulara ya había llegado a la parte delantera del edificio, lo único que podía ver eran los cuerpos caer sin vida, no podía seguir con la mirada a quien estaba haciendo eso, hasta que me tomó más de un segundo en acabar con uno de ellos, por lo poco que pudo ver ella supo que era yo, mi forma física era muy semejante y no conocía a nadie más que se viera de esta forma.

Mirlo: Ese de ahí... ¿Es Nehitan? -aún estaba muy cansado y su voz se cortaba.

Ulara: Es lo más probable, nadie más puede alcanzar ese nivel de poder.

Mirlo: Él lo saco de mi madre, pero, ella no es tan fuerte como para, acabar con todo el ejército por si... Sola, no puedo entender como él puede llegar, hasta tal punto.

Cater: Es tan inconfundible, su esencia es la misma de siempre, ja ja ja -rio un con un poco lamento- ese bastardo no está usando la esencia absoluta, aún puedes ser más fuerte.

Ulara: Eso es aterrador, tenemos suerte de que sea nuestro amigo.

Cater: Tú tienes menos de que preocuparte, el será tu esposo ja ja ja ja, ¡Hay! -reír tanto le dolía, pues todo su cuerpo estaba lesionado.

Mirlo: Espero que el reaccione rápido... Debemos salir de aquí, pronto todo este lugar... Será destruido.

Ulara: ¿¡Que tanto incluye este lugar!? -pregunto preocupada.

Mirlo: Todo este lugar, incluye a todo, Irios... Es posible que la destrucción sobrepase, eso.

Ulara: -soltó los brazos de Miro y Cater y se sujetó la cabeza- ...Si ahora lo entiendo, cuando me dieron su conocimiento en ellos también venían sus planes, la destrucción involucrará toda Aboxia, no, es aún más que eso.

Cater: Pero ¿¡Cómo es eso posible!? Ellos pensaban... ¿Terminar la guerra y escapar, antes de que Aboxia fuera... Destruida?

Ulara: Ellos pueden llegar a las afueras de Aboxia en poco tiempo, pero parece que tenían planeado destruir todo después de que ganarán, no contaron con que nosotros mismos lo activaríamos.

Cater: Miren parece que ya, termino.

Había ya acabado con cada una de las personas sobrevivientes, nadie quedo con vida a menos que se haya ocultado entre los cadáveres.

Baje a la superficie justo donde estaba Ulara, al tocar el suelo mi forma comenzó a regresar a la normalidad, la cola al igual que esos cuernos, se esfumaron, mis ojos rojos volvieron a ser azules y con una sonrisa en la cara camine hacia donde están ellos tres.

Nehitan: Todo termino -mi felicidad era muy evidente, pero también había algo de tristeza.

Mirlo: Bien hecho hermanito, ahora hay que salir de ese lugar pronto.

Nehitan: Contacta con Yereli, dile que nos vea en las afueras de Irios, no avanzaremos rápido si ustedes están heridos.

Mirlo: En eso estoy.

Nehitan: Solo queda poco más de cinco para que todo esto explote, no podremos salir del rango de explosión o por lo menos no los demás, tengo una idea y para eso también necesitaré a Yereli -mi rostro serio se tornó avergonzado cuando mire hacia Ulara- p-por cierto, te dije que tenía algo importante que decirte si sobrevivías, lo lograste, así que cumpliré.

Ulara estaba un poco nerviosa, pero también avergonzada pues ella podía darse una idea de lo que le iba a decir.

Esencia: Mas que un poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora