CAPITULO 107: Reencuentro

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Nehitan: Ulara despierta ¡Ulara!

Mirlo: ¡Hey Nehitan! Tranquilo ella solo está inconsciente, por ahora debemos de buscar una manera para salir de aquí.

Cater: Esto no será sencillo, estás cadenas son muy resistentes y justo ahora estamos más débiles, se me dificulta mantener los cuatro modos Mitric activos.

Mirlo: Es posible que con la habilidad de clase 6 pueda deteriorar estás cadenas -en sus manos salió un miasma de color azul grisáceo que al tocar las cadenas estás produciendo una descarga forzando a Mirlo a desactivarlo- ¡Me lleva la! Esto no será tan fácil.

Nehitan: Quizás si consigo activar mis poderes demoníacos pueda romper las cadenas -sugerí un poco desanimado.

Todos aceptaron pues no es como si tuviéramos más opción, ahora lo complicado será que estos poderes me obedezcan, este es un momento de alta prioridad si van a manifestarse no hay mejor momento para esto, solo así estás cadenas podrán quebrarse ¡Vamos poderes, aparezcan!

Con una corta meditación sentí un gran flujo de esencia recorre mi cuerpo de nuevo, apenas y pude ver cómo mi cabello perdía parte de su brillo y sentí como mis dientes se ponían afilados, lo estaba logrando, comencé a jalar de las cadenas, crujieron con cada empuje hasta que una de ella finalmente se rompió seguida de la otra, caí de cara al suelo pero puse más manos a tiempo, me levanté y jale las cadenas de mis pies logrando romperlas todas.

No sabía por cuánto lograría mantener este estado por lo que me apure a liberar a Mirlo y Cater, después de eso no sentí el flujo de esencia disminuir parece que lo estaba manejando bastante bien pero aun así solo había sido capaz de tomar la mínima parte del poder que está transformación me puede dar, por el momento esto era bueno.

Nehitan: Yo trataré de ir en busca de nuestro padre, ustedes quédense aquí hasta que Ulara despierte, por lo que dijo ese sujeto es peligroso si le quitamos esa cosa de la cabeza -rompió las cadenas de los pies, pero para no dejarla colgando solo de la cabeza sujeta a esa cosa dejo las cadenas de los brazos.

Mirlo: En cuanto esto termine te buscaremos, esperemos que nuestro poder este de regreso para romper estás cadenas.

Salí corriendo del cuarto buscado la procedencia de la esencia la cual habíamos estado buscando antes de ser capturados, la esencia que aparentemente pertenece a mi padre, pude localizarlo y solo estaba a un piso por encima de donde yo estaba, si continuaba así no tardaría mucho, para mi buena suerte no siento otras esencias.

Al llegar al final del pasillo la puerta se abrió por si sola, dentro de ese cuarto habían varias piezas de repuestos y herramientas, también habían varios planos, me tomé la molestia de verlos por un segundo, no podía entender muy bien lo que estaba viendo, sin duda esto es una mecanismo muy avanzado de algo parecido a unas alas, es posible que de esa forma consigan volar, habían otros planos pero esos no los vi, solo los doble y metí en una pequeña bolsa que llevo en caso de emergencia, cuando esto termine miraré un poco mejor estos planos, con suerte logre recrearnos.

Justo antes de salir del cuarto algo más llamó mi atención, una placa de vidrio sobre la pared, en ella estaba una clase de disco, más abajo decía "Modelo 1 - segunda generación" rompí el cristal y saqué el disco, por lo poco que revise en esos planos sé que está cosa va pegada a la espalda, me será de mucha ayuda volar.

Puse el disco sobre mi espalda y sentí unas punzadas, podría probarlo en este lugar, pero no hay suficiente espacio, sin nada más que me hiciera perder tiempo salí corriendo de ese cuarto, logre encontrar las escaleras y subí por ellas recargado en el barandal ¿Como es posible que jamás hayamos encontrado un ascensor? Es posible que solo ellos puedan usarlo, así como Leviatán lo hizo, llegando al piso de arriba abrí la puerta de una patada y continúe, estaba solo a metros de ese cuarto de nuevo.

Por más que me había apurado para llegar me quedé inmóvil por un segundo antes de querer entrar, jamás había conocido a mi padre y esta sería la primera vez que lo viera, di otro paso y la puerta se abrió, el cuarto se iluminó por completo y vi a un sujeto recostado sobre un cilindro de un metro de alto y cincuenta centímetros de diámetro, aproximadamente, esta persona parecía estar dormida, su cabello de un color similar al mío sólo que mas oscuro, avancé otros pasos y vi que no tenía ninguna clase de cadena la cual lo mantuviera prisionero aquí, aunque si él sabía en el lugar estaba tampoco creo que tuviera intenciones de salir, moriría ahí afuera, me acerque otro poco y fue cuando se movió ligeramente, entre abrió los ojos y cuando me vio retrocedió exaltado.

Iro: ¿¡Qué haces aquí!? ¡Se suponía que ya habían terminado! ¡Tampoco es la hora de la comida! ¿¡Acaso están deshaciéndose de...?! Mi -cuando me vio con más detenimiento se tranquilizó un poco- Yo, te conozco ¿De dónde te conozco? Hace tantos años que lo salgo de aquí, tu deberías de haber sido un niño ¿¡Como te conozco!?

Nehitan: Tranquilo tu nombre es Iro ¿verdad? -el asintió lo que creo una leve sonrisa mi- si es así me conoces porque yo soy Nehitan -al escuchar ese nombre, Iro abrió los ojos de sorpresa- y soy tu hijo.

Sin esperar más él se abalanzó hacia mi abrazándome, más o menos fue el mismo sentimiento que tuve cuando conocí a mi madre, ligeras lágrimas recorrieron mi mejilla y entonces lo solté, no teníamos tiempo para un reencuentro así.

Nehitan: Bien debemos irnos, mis amigos me esperan en el piso de abajo.

Iro: ¿El piso de abajo? Es posible que ellos vayan ya ¡Escucha bien! Hay dieciocho soldados de clase baja por toda la torre y es muy probable que ellos vayan visto tus amigos, en este momento todos están en los pisos inferiores, debemos acabar con ellos y llegar al piso menos ochenta donde está el centro de mando del planeta, debemos destruirlo, si hay una forma de que ellos puedan saber de esto avísales, deben salir del planeta cuanto antes.

Nehitan: Claro hay alguien, Mirlo también está aquí.

Iro: Mucho mejor, contáctalo, con su ayuda esto será más fácil.

Me concentre para mandar una señal a Mirlo y que el me pudiera escuchar, como estábamos cerca no hubo problema, le dije que había encontrado a nuestro padre y el hablo un poco con Mirlo, no sé qué le dijo pero de seguro estaba feliz por escucharlo de nuevo, corrimos hacia las escaleras y el bajo como si lo hubiera hecho muchas veces antes, solo descendimos catorce pisos cuando él dijo que había uno de ellos en este piso, teníamos que acabar con ellos para no producirle problemas a Mirlo y que complete su parte con éxito.

Esencia: Mas que un poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora