CAPITULO 38: Carisma mortal

3 2 0
                                    

A pesar de parecer inofensivos no lo son, los Kisfid son animales muy agresivos o por lo menos lo son en su estado salvaje, existe una versión domesticada del mismo, pero este carece de la habilidad de doble salto que los Kisfid salvajes poseen.

Demasiados de ellos nos rodean, todos tenemos nuestras armas en la mano por lo que los Kisfid comenzaron a correr hacia nosotros y algunos venían saltando, cada uno se adentró más en el pasto para poder derrotarlos mejor, pero de todos modos ellos son demasiados, nos rodean, llegaban por todos lados así que debíamos que estar atentos, uno de ellos vino de frente así que naturalmente eleve mi espada para luego bajarla y cortarlo, pero antes de llegar a él, dio un salto en el aire impulsándose fuera de la trayectoria de mi espada y cayendo en el pasto, justo en donde el cayo otro más salto hacia mí, rápidamente levante mi espada, logrando esta vez sí cortarlo a la mitad, este ya no pudo esquivar mi ataque el cual di más rápido, no lo pude ver bien una vez que cayo pero si pude notar como se teñía totalmente de un color negro, uno por uno iban llegando algunos lograban esquivar mi primer ataque pero los cortaba después que daban el segundo salto, sus pequeñas patitas cuentan con garras muy afiliadas las cuales me cortaban de vez en cuando, ya que no podía ver en todos los ángulos por donde llegaban, por suerte no eran profundas sino superficiales, a menos que me llegaran a cortar mientras estoy inmóvil, por el momento no son muy peligrosos solo si me llegaran a emboscar varios entonces no me los podría quitar de encima y hasta me morderían lastimándome gravemente.

No se puede explicar aun con claridad como es que estas criaturas pueden dar un salto estando en el aire, pero se cree que lo pueden hacer volviéndolo un poco más denso, algo parecido a lo que hace Belissa, lo suficiente como para apoyarse en el e impulsarse para dar otro salto, también cuentan con una complexión extraordinaria que les permite darse la vuelta en el aire hacia cualquier dirección para poder cambiar su trayectoria de salto.

Terminamos con esos animales en lo personal estoy muy cansado, lo peor es que apenas estamos empezando, mi ropa estaba ya toda rasgada y tengo arañazos por todos lados, echando un vistazo a los demás puedo ver que ellos igual están cansados, algo muy aparte es que parece que hay alguien quien en definitiva puedo ver que está arrepentido de arrepintió de estar con vida en este momento, un pequeño Kisfid está siendo torturado cruelmente por Yereli quien está sentada en el pasto, aunque de seguro ella diría que es cariño o amor, se puede ver claramente como el Kisfid intenta huir o si hablara estaría rogando que lo matemos.

Sharía: Parece que te gusta mucho ese Kisfid.

Yereli: Por su puesto es demasiado...

Sharía: ...Estas consciente que no lo podremos sacar de este lugar -Yereli baja la cabeza.

Nehitan: Bien suficiente tortura es hora de matarlo.

Yereli: ¡No! Lo quiero conservar por lo menos hasta que salgamos de aquí.

Nehitan: Es un animal salvaje no lo podemos llevar, además es un enemigo de mazmorra intentaría matarte si no estuviera tan traumado, y si lo intento.

Yereli: No importa, además creo que me quiere mira como muerde mi zapato.

Nehitan: Bien, pero ponle correa y después de eso curamos todavía tienes como dos Eskafia.

Yereli: Bien, creo que le pondré nombre... lo llamaré gato -dijo feliz.

Dilian: ¿Gato? Ese es un nombre tonto nadie llamaría así a un animal.

Nehitan: Si él dice que es tonto debe serlo.

Yereli: Que nadie use ese nombre lo hace genial -dijo orgullosa del nombre que había escogido- además ese es un nombre antiguo, no recuerdo en donde, pero lo leí una vez.

Nehitan: Pues yo nunca leí algo parecido, y eso que he leído todo lo relacionado a la antigüedad.

Yereli amarro al Kisfid con su látigo y lo llevo sujeto, luego de eso uso una de las dos Eskafia que aún le quedaban para curarnos y luego a ella, en total no gasto ni la mitad de la gema.

No fue tan mala idea dejarlo vivo y Yereli me lo restregaba en la cara cuando el Kisfid comenzó a guiarnos en lo que él pensaba que estaba huyendo, cada vez que volteaba hacia atrás y veía a Yereli detrás de él, daba brincos rápidos, pero era regresado por el látigo, algunos más si lograron huir y pensándolo bien parece que igual corrieron en esta dirección.

Cruzando todo el pasto había una pequeña colina, tomando como el norte el punto del tronco por el que entramos, estaríamos caminando hacia el suroeste subiendo una colina no muy grande, llegando a la cima vimos a varios Kisfid corriendo hacia nosotros, saque mi espada pero ellos solo nos pasaron, el pequeño que estaba sujeto a Yereli se paró en sus dos patas traseras en señal de alerta, solo había una explicación para que los Kisfid corrieran así eso debería ser un Werty, el único animal que si llega a aterrar a un Kisfid como para hacerlos correr de esa manera, aun que de ser así no hay de qué preocuparse no son animales hostiles a diferencia de los Kisfid yo tuve uno de esos ya hacer varios años y era de los animales más majestuosos que haya visto.

De seguro era eso, la mascota de Yereli comenzó a dudar volteando a ver al frente y cambiando su vista hacia Yereli como si estuviera analizando quien lo atemoriza más pero al final termino desmayándose, al estar cerca se escuchaban sus pasos, esas eran bestias con patas duras con garras, media poco más de dos metros y era manchado de sus colores generalmente colores opacos, una piel sin pelo más que un poco en la cabeza y cuello el cual era largo, no pude evitar maravillarme al verlo, más por ser del mismo color que el que tuve de niño... Azul.

Nehitan: Déjenmelo a mi -dije mientras guardaba mi espada.

Al tenerlo de frente camine hacia él, al ser un enemigo de mazmorra es natural que me quiera atacar, intento morderme con sus dientes planos que sin duda lograría arrancarme un pedazo, pero antes de que lo lograra le di un golpe cerrándole el hocico y tomándolo del cuello para tirarlo, en el suelo me trato de alejar usando las garras de sus patas delanteras las cuales sujete con mis piernas y lo apreté lo suficiente como para que no tratara de resistirse, cuando dejo de moverse lo solté lentamente no estaba muerto pero si necesitaba aire por lo que no trataría de luchar.

Nehitan: Y así es como se doma un Werty -le dije a los demás.

Son animales tan hermosos que creo que me conseguiré uno cuando salga de esta mazmorra.

Me levante sin soltarlo de cuello, cuando veía que me intentaba atacar lo golpeaba, no tan fuerte como lastimarlo solo lo suficiente como para que se distrajera, entonces lo monte y aunque me intento tirar lo sujete del cuello fuerte evitando que lo hiciera, detrás me mi se subió Sharía sin preguntarme a mi o al Werty si podía hacerlo, solo con la excusa que no quería caminar y debía de ahorrar fuerzas aunque uno en una mazmorra no se cansa, bueno si pero menos, el de todos modos no estaba de acuerdo y a mí no me importaba así que la deje quedarse ahí, al Kisfid Yereli lo tuvo que llevar cargando y el Werty no le quitaba la mirada tal vez se lo quería comer aunque Yereli no lo dejaría.

Esencia: Mas que un poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora