Cuando acaba de hablar siento su mirada desgarrándome el corazón. Carlos y yo estamos a escasos centímetros de distancia y puedo sentir dolor en sus ojos. Quiero quitar ese dolor de su mirada, ese dolor me duele a mi y no se por qué. Pero ya es tarde para intentar nada, pues Carlos ya no está, se está llendo dejándome aquí sola y rota de dolor.
Me siento culpable, no quiero sentirme así pues yo sólo he respondido a su pregunta. Pero la verdad es que no me esperaba esa respuesta que me ha dado Carlos.
__________________________________Han pasado varios días ya desde la última vez que hablé con él. Hemos cruzado varias miradas en clase y la verdad es que no me he sentido nada cómoda. Ya hemos aclarado todo pero veo que ya no es como antes, ya no está feliz como siempre, está más ausente, a veces llega tarde a clase y no habla tanto con Ángel como antes, parece que me está evitando. Ya no se me acerca.
Gracias a Dios suena la campana del recreo, todas me están esperando en la puerta. Miriam, Marta, Ana... espera, ¿dónde está Camila?
Cuando nos sentamos en nuestro banco de siempre, Ana y Marta están hablando de la nueva publicación de instagram de no se quien. Ojalá me interesasen esas cosas y mi cabeza no estuviera en otras. Miriam ve que estoy en otro mundo así que decide traerme de vuelta a la tierra.
- ¡Beaaaa! ¿En qué estas pensando en Pablo Alborán o en el exámen de química? -pregunta mientras le pega un bocado a su bocata de salchichón -.
- ¿Por qué tiene que ser una de esas dos cosas? Hay muchas cosas en las que pensar... unas buenas, otras malas... -Miriam para mi monólogo depresivo, se levanta y tira de mi brazo hasta separarnos de las demás.
- Venga desembucha. -dice mi amiga mordiendo nuevamente su bocadillo-.
- ¿Perdón? -no entendía lo que quería decir.
- Estas rayada por Carlos. A mi no me engañas. -y que razón tiene, a ella no la puedo engañar. Me conoce demasiado bien y sabe que mi mente está donde no debería estar-.
- Vale. Sí, ¿qué pasa? Me siento fatal, le hablé super mal cuando no tenía ningún derecho. Él lo ha pasado igual o peor que yo. Y voy yo y le intento hacer ver que es un ser despreciable. ¿Cómo quieres que me sienta? -joder, necesitaba decirlo-.
- Bea, no tienes la culpa de nada. Además yo no me creo lo que él te dijo. Yo sigo pensando que es un falso que sólo quiere tirarse a quien se le acerque.
- Joder Miriam ya tía, para ya. Estoy harta que hables así de él . Yo estaba con él , pude mirarle a los ojos y me estaba diciendo la verdad. Sé que lo odias por todo lo que ha pasado, pero quizás las que nos hemos equivocado somos nosotras al pensar lo que hemos pensado de él.
- No puedo creer lo que estoy oyendo. Osea, que estas casi dos años sufriendo por el patán ese porque había jugado contigo, yo siempre he estado ahí cuando lo has necesitado y ahora viene el Carlitos, te suelta un par de lágrimas, ¿y la que te sientes mal y culpable eres tú? Es que vamos por Dios Bea, y encima me dices que no paro hablar mal de él, tal y cual... Mira, mejor aclárate y reflexiona, cuando hayas llegado a una conclusión ya sabes dónde estoy. -y Miriam se va. Parece que a todo el mundo le gusta irse en mitad de una conversación conmigo-.
Estoy sentada en un banco, quedan 7 minutos para empezar la próxima clase y quiero que empiece cuanto antes, así por lo menos paro de pensar en todo este lío.
Siento se sienta alguien, no se quién es puesto que estoy como una tonta mirándome mis Converse. Sólo se que es una persona cercana a mi, y ahora mismo agradezco su presencia.
- Ey, ¿qué pasa por es cabecita? -Dice camila-.
- ¿Cómo está? -decido ir directamente al grano, me da igual lo que piense mi amiga en este momento, sólo quiero hacerle la misma pregunta que le hago cada dos dias-.
- Pues ahí va, un poco tristón, pero se le pasará tranquila. No te sientas más culpable. -Dice Camila mientras me aprieta la rodilla-.
- Le dije cosas horribles Cami, horribles. Si, me lo hizo pasar muy mal, pero yo no me tenía que haber enamorado de él y punto. Esas palabras de desprecio no se las merece nadie-.
- Si tan mal te sientes, ¿por qué no hablas con el? -pregunta sin más-.
- ¿Cómo? ¿Hablar con él...? No no, ni de coña. -me da miedo la idea- Si hablo con él no sabría que decirle, podría complicar hasta más las cosas.
- Pero ¿qué dices tonta? -dice mientras se rie- No es tan difícil, ¿Que pasa, te pondrías nerviosa de estar a solas con él verdad...? -la mirada pervertida de mi amiga me pone nerviosa-.
- ¿Yo? Pero ¿qué dices?, ni que me gustara... -hago una breve pausa, hasta que me levanto rápido del banco, tengo una idea. Me siento otra vez para contársela a mi amiga.
Carlos
No me podía imaginar que iba a ser tan difícil pasar de ella. En realidad, eso es imposible, no puedo pasar de ella ni un mísero minuto. Bea ocupa una pequeña parte de mi cabeza y mi corazón, y se que jamás se irá de ahí.
Son las 14:50, y acaba de tocar el timbre para irnos. Por fin acaba este día. Por hoy no tendré que sorportar verla sin poder hablarle si quiera.
Mientras todos salen y yo recojo mis libros, veo que Camila está esperando en la puerta, supongo que vendrá a por Bea. Pero mis suposiciones fallan cuando Bea le da un abrazo a Camila para despedirse. Parece que me está esperando a mi. Así que cojo mi mochila y salgo.
- ¿Me estabas esperando? -le pregunto a Camila.
- Pues si, no quiero que pienses que soy una convenida, pero mis padres no pueden venir a recogerme, sabes que vivo lejos y como vienes en moto... ¿Podrías...
- No sigas. -la corto- Obvio que te puedo llevar. Es lo mínimo que puedo hacer después de que me estés soportandome tanto estos días. -y es que es verdad, Camila me está ayudando mucho, es la mejor-.
__________________________________- Gracias por traerme -dice mientras baja de mi moto y se quita el casco- ¿Te ha ido bien el día de hoy?
- No me las des más mujer. Si bueno, como ayer y como antes de ayer. Odio tener que pasar de ella. Intento no mirarla, bueno, mirarla sin que se de cuenta, y es difícil.
- Entiendo, es normal, yo no sé como estaría en tu situación. Oye, si quieres quedamos esta tarde para tomarnos unas tortitas de esas que tanto te gustan. ¡¡Hay que alegrarse nombre!! -justo en este momento me acuerdo de Bea, ella habría hecho exactamente lo mismo que acaba de hacer su amiga, ella es así de enérgica y alegre... Vale, basta ya.
- Supongo que no puedo negarme a unas tortitas con nutella. Me tengo que ir, ¿nos vemos a las 17:00? -digo despidiéndome-.
- Valee, ¡¡hasta luego!! -y se mete en su casa-.
___________________________________Ya son las 17:00 y estoy aparcando en la puerta de la cafetería, lo bueno de llevar moto, entre otras cosas, es el aparcamiento.
Como ya es la hora, decido esperar a Camila dentro. Primero me aseguro que no ha llegado aún y cojo una mesa. Escojo mi favorita, la que esta pegada a una pared que me encanta y encima hay un sofá.
No podré quedarme mucho tiempo, mañana tengo un campeonato de natación y tengo que entrenar. Pero, siempre hay tiempo para unas buenas tortitas, y sobretodo si es con una buena compañía. Pasan unos minutos cuando escucho una voz:
- Hola.
Esa voz es inconfundible. Sé perfectamente de quien es, levanto la mirada de mi teléfono y la veo. Lleva un jersey azul y el pelo suelto, esta increíble como siempre. El detalle rojo de sus mejillas le queda perfecto. Adoro cuando está así, con esa sonrisa tímida.
- Hola Bea -digo mientras me levanto, la verdad es que me pongo un poco nervioso. -¿Qué tal estás? ¿Cómo tú por aquí?
- Bueno, te compinchaste con Camila, pues te la debía. Así que si me dejas sentarme, me gustaría pedir cuanto antes unas tortitas con nutella. -Dice mientras se sienta en la silla-.
No puedo evitar sonreír, ahora mismo no pienso en tener que ignorarla, no pienso que es mejor pasar de ella para no hacerle más daño. Sólo pienso en disfrutar este momento que sé, que estando con ella, va a ser increíble.

ESTÁS LEYENDO
Si Te Atreves, No Me Sueltes. (Sin acabar)
RomanceBea es una estudiante de segundo de bachillerato. Tiene una vida normal basada en la rutina, el estudio, sus amigas y tener que cuidar a su hermano con autismo. Además, Bea tiene que lidiar con su enfermedad, epilepsia. Que no le es muy fácil para t...