25- Tu refugio.

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Bea.

El dia se me ha pasado volando. Hace nada Carlos y yo estábamos en el parque dándole de comer a los patos.

Ha sido un dia muy completo,  primero fuimos a dar una vuelta por el parque. Luego almorzamos en el Burger King. Alquilamos una barca y dimos una vuelta en el rio. Y ahora es de noche, estamos en el coche de vuelta a mi casa. La verdad es que no quiero que se acabe este dia. No quiero separarme de Carlos, me he sentido muy bien con él hoy... demasiado.

- Nunca pensé que dejaria a nadie conducir mi coche. -le digo mirándolo desde el asiento del copiloto. Ya es de noche, hace frio y lleva puesta una chupa de cuero que hace que no pare de mirarlo.

- Claro, hasta que llegué yo. me contesta con esa sonrisa de lado. Esa que tiene un toqu chulesco.

Río ante su comentario. Y la verdad es que tiene razón.  Después de cómo se ha portado conmigo se merece todo.

Justo cuando está aparcando empieza a sonar en la radio Tu refugio de Pablo Alborán.

- No, no, ahora que vamos a salir del coche ¡no! -subo el volumen y me acomodo en el asiento. Siento que Carlos dice algo. Pero yo sólo me concentro en mi ídolo que está cantando una de mis canciones favoritas.

No hay nada mejor que desearte
Eres como el sol caliente, yo soy Marte
Nunca es suficiente, nunca sé corresponderte
Pero no hay nada más bello que intentarlo mil veces

Soy desordenado cuando quiero
No recogeré los besos que dejé anoche en tu cuello
Somos un desastre pero es cierto, nos queremos
Si pasas por mi lado aún se congela el tiempo

Quién me iba a decir a mí que todo esto existiría

Déjame ser tu refugio, déjame que yo te ayudo
Aguantémonos la vida, te recuerdo si lo olvidas
Que hemos crecido peleando y sin quererlo nos gustamos
Cuántas cosas han pasado y ya no hay miedo de decir
Te amo
Te amo
[...]

Carlos.

- Gracias, ahora si. -dice Bea cuando acaba la canción y sale del coche.

Ya hemos llegado a su casa. Me lo he pasado increible, pero el pensamiendo y el miedo de que le pudiera pasar algo, de que le pudiera dar un ataque me atormentaba.  Gracias a Dios no le ha pasado nada.

Salgo del coche y me dirijo con ella a la puerta de su casa. Va unos pasos por delante de mi hasta que se para cuando ya llegamos. Me mira y tiene una leve sonrisa en su rostro.

Bea.

- Muchas gracias por todo.

- Bea, no me des más las gracias en serio. 

- Gracias...

- Como lo vuelvas a decir la próxima vez no haré nada, eh. -sabe tan bien como yo que no lo digo en serio. Jamás la dejaria sola. La ayudaria siempre que pueda.

- Bueno, mañana te prometo que te devuelo la ropa de tu madre lavada y planchada. -justo cuando nombro a su madre pienso que no le he preguntado ni cómo está ni nada. Me siento un poco mal. -Oye Carlos, ¿y tu madre, cómo está?

- ¿Mi madre? Es la mejor. Después de todo lo que hemos pasado ahí está sacando a su familia adelante. Está bien, quizás un poco estresada por el trabajo, pero bien.

Por un momento recuerdo todo lo que ha pasado su madre. Ninguna mujer se merece lo que ese capullo le hizo. Carlos perdió un padre, bueno en realidad nunca lo tuvo. Todo hijo necesita un referente paterno y aun así Carlos ha seguido adelante y se ha convertido en todo un hombre.

- Si te molesta hablar del tema sólo tienes que decírmelo pero... Necesito decírtelo. -me acerco a él, estamos cara a cara, la luz de la luna junto con algunas farolas que hay en la calle iluminan el rostro de Carlos. Tiene la mirada puesta en mi. Y yo me pierdo en sus ojos marrones cuando empiezo a hablar:

- Estoy muy orgullosa de ti. Tu padre no ha sido el padre que te mereces. Se fue en plena adolescencia tuya, justo cuando necesitabas tener como ejemplo a un hombre como lo deberia ser tu padre. Con la ayuda de tu madre has salido adelante y te has convertido en el hombre que eres ahora. En todo lo contrario que yo pensaba que eras cuando te fuiste. Pensaba que eras un insensible inmaduro que sólo buscaba lo que buscaba. Pero me equivoqué. Me equivoqué y lo admito. Eres todo lo contrario. Eres increible y estoy muy orgullosa de cómo eres. Gracias por ser así.

No sé como he podido soltarle todo esto. La verdad es que sólo me he dejado llevar, no he pensado lo que decia, solo he expulsado lo que siento y se lo he hecho saber. Es una persona increíble.

- Mi madre no ha sido la única persona que me ha ayudado, tú también lo hacías. Verte a ti me ayudaba. Y cuando me mudé no sabia que iba a ser de mí. Contactaba con Camila y me hablaba de ti. Saber que estabas bien y que cada vez eras una chica mejor también  me ayudaba. Lo creas o no, tú siempre serás parte de lo que soy.

Intento echarle la culpa al alcohol pero es imposible que siga borracha. Intento echarle la culpa al porte del tio bueno que tengo a unos centímetros de mi. Intento echarle la culpa a algo. Y si nada tiene la culpa me da igual, las consecuencias no me importan en este momento, sólo tengo ganas de hacer una cosa que llevo queriendo hacer todo el dia y me he contenido. Mis ganas no pueden aguantar más.

Corto la distancia que nos une a Carlos a mi, pongo mis manos en su chupa de cuero y tiro de él hacia mi. Junto sus labios con los mios. 

Nunca habia besado a nadie y no sabía lo que me había perdido. Sus labios son carnosos y me gustan. Me gusta él en su totalidad. Ahora no pienso en miedos ni en nada. Sólo en él,  en Carlos  y en sus labios. Tenia ganas de hacer esto, siento unas mariposas volando por todo mi estómago.  Esta sensación me encanta.

Separo mis labios de los suyos. No puedo mirarlo a la cara. Me alejo de él y corro a abrir mi puerta. Agradezco que no diga nada, por un momento pienso que se ha quedado tan alucinado o más que yo. Yo tampoco sabia que sería capaz de hacer lo que acabo de hacer. Pero ya no puedo escuchar ni decir nada porque acabo de entrar en mi casa.

Cuando cierro la puerta, me apoyo en ella y no puedo evitar solar una sonrisa,  me toco los labios. Acaban de estar en contacto con los de Carlos.  Carlos Merino.

Carlos.

Me toco los labios, esto no me ayuda nada a saber si lo que acaba de pasar es un sueño o una realidad. Sea lo que sea ha sido increíble.  No se cuantas veces he soñado con este momento, cuantos años...

Bea me ha besado. ¡Me ha besado! Me ha dejado conducir su coche y ¡me ha besado! Si ha hecho estas dos cosas quiere decir algo.  Pero no lo admito porque me da miedo equivocarme.

Como dice la canción anterior ¿Quién me iba a decir a mí que todo esto existiría? Siento mil cosas cuando estoy con Bea. Me puto encanta esta chica joder, estoy enamorado de ella hasta las trancas y no sabia que esto sería posible. Que el contacto de sus labios con los mios seria posible. Ahora que ha pasado, ha sido lo mejor de este mundo.

Me encantaría explicar lo que siento en este momento, pero nadie lo entendería.

Si Te Atreves, No Me Sueltes. (Sin acabar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora