El Cazador coge el collar que colgaba del cuello de Viola, hace una reverencia y la toca, el cuerpo sin vida de esta se hace cenizas y se esparce por el aire, echa un suspiro y decide volver al sueño para pensar mas detenidamente que debería hacer, ¿Que diablos le iba a decir a la pequeña niña?, ¿Que acaba de matar a su padre y que este a su vez mató a su madre?, y gracias a la Lucidez sabía que no era ella sola, ella tiene una hermana que a saber donde estaba.
Una vez en el sueño, decide ir a la Clínica de Iosefka, quien le había dicho que si encontraba a alguien que necesitara ayuda lo llevara alla, cuando llega a la puerta de la habitacion de Iosefka, toca y Iosefka habla:
"¡Ah, estas a salvo!, Gracias a Dios.
Pero me temo que nada hará que cambie de opinion, No puedo abrir la puerta.
Haré lo que pueda, por su puesto.
Quizá esto te ayude, aunque sea poco"
El cazador recibe un Vial de Sangre de Iosefka
"La noche es larga, pero siempre acaba llegando la mañana.
Alguien de tu calibre no nos fallará, estoy segura.
Y cuando termine la Noche de Cacería podremos hablar Cara a Cara.
¡Por fin podré ver que aspecto tienes!.
No debería estar pensando en esto, pero tengo muchas ganas de que suceda.
Así que, por favor, ten mucho cuidado ahí fuera."
El cazador da media vuelta y se va corriendo hacia las calles de Yharnam Central, en la lámpara de la zona viaja al Sueño, ahí observa con cuidado la joya de Viola, a lo que la Lucidez aflora y le permite ver mas allá.
"Broche Rojo Enjoyado: Un broche de mujer de color Rojo Intenso y el nombre de Viola grabado...
Puede que la joya sea regalo de un Cazador, úsala para convertirla en una gema sangrienta, gota que fortalece cualquier arma."
El cazador vuelve en sí, y guarda el Broche en los pliegues de su traje, volviendo a Yharnam Central, se dirige a la casa de Gilbert.
"Ya, entiendo.
Pero el Gran Puente es el único camino al Distrito de la Catedral.
Y durante la cacería, el puente está cerrado.
Mmmm, podrías probar por el acueducto.
ESTÁS LEYENDO
Una Noche Interminable
FantasyNo recuerdo quien me contó sobre una ciudad, privada del mundo, escondida entre la niebla, un lugar donde tenían la cura para cualquier enfermedad por muy mortal que fuese, con ella el cáncer parecía una simple tos. Mi estado de salud era mortal, po...