Los Experimentos de Lady María.

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Con la visión arcana analizó a profundidad la Espada Luz de Luna y efectivamente estaba maldita.

El Cazador reacio a avanzar con su espada no tuvo más remedio que hacerlo, entró a la sala de pacientes y al poco tiempo se topó con un paciente mirado.

"¿Alguien ha visto mis ojos? ¿Eh?

Creo que se me cayeron en un charco

-Empezó a mover las manos por el agua del suelo-

Ahora todo palidece..."

El paciente no tenía cabeza, o bueno, tenía una especie de masa acuática por esta, según así experimentaba aquí para poder comprender a los Grandes.

El Cazador se movió por los pasillos y llegó a una habitación con otra paciente.

"¿Podrías hacer algo por mi, por favor?

Necesito fluido cerebral. Turbio y pastoso..."

El Cazador se marchó y continuó moviéndose por el pabellón de investigación de Lady María; la aprendiz por excelencia de Gherman.

No había mucho que comentar, pacientes, experimentos y bestias eran los únicos que habitaban el lugar, salvo por el Cazador claro está, aunque, ¿Quizá El Cazador entra en el grupo de "Bestias"?

En las afueras, cerca del jardín del techo, había otro paciente.

"Ploc, ploc, ploc, ploc...

-Jugaba con un girasol-

Chof, chof, chof, chof..."

Nada que "decir" por parte del Cazador {Jsjsjsjsjs}

Continuó por la zona, entró de nuevo al pabellón de investigación y subió y bajó escaleras, entró y salió de habitaciones. Se topó con otra paciente.

"Oh, Lady María...

Salvame... por favor... No oigo nada...

-Empezó a llorar levemente-"

En otras habitaciones habían más pacientes, postrados en cama, llorando y lamentándose el no haber cumplido el objetivo de hablar con los Grandes por ordenes de la Iglesia.

No paraban de pedir auxilio a Lady María, parecía ser bastante benevolente y buena [Si era así realmente] El Cazador avanzó sin reparos.

En una escalera había una "Cabeza dilatada"

Cabeza Dilatada

"La cabeza dilatada de un paciente de la catedral, con una cavidad en la que encaja una cabeza humana, aunque solo un loco se la pondría

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"La cabeza dilatada de un paciente de la catedral, con una cavidad en la que encaja una cabeza humana, aunque solo un loco se la pondría.   Pero, si lo haces, escucha atentamente al sonido pegajoso, Ploc, ploc... Es como agua que asciende de las profundidades sin prisa pero sin pausa."

Una Noche InterminableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora