Capítulo 5

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—¿Mi hija?

—¡¡Sí!! Tu hija.

—¿Cómo...Cómo está?

—Bien... Está muy grande...

—Vamos al bar que está a una cuadra... 

—Está bien... -Dijo y se fueron al bar.

 El bar estaba completamente vació, no era un bar para borrachos, de hecho, el bar era más familiero que otra cosa. Ellos se sentaron en la mesa del fondo, pidieron unos wiskis y al traérselos, Jeremy la miró con una cara como demostración que le diga contando.

—¿Tenes una foto de ella?

—Sí. —Buscó en su bolso una foto y sacó dos fotos, una cuando tenía cinco años y estaba en la plaza con la amaca. Y la otra de hace un año arriba de un escenario cantando.— Son estas. —Se las dio.

—¿Canta? —Dijo con una sonrisa en su cara, y con sus ojos brillosos, a punto de llorar.

—Sí... Es un ángel, canta desde que tiene cinco años, sabe francés, español, y va a clase de boxeo a escondidas.

—¿Boxeo? Lo que yo hacía... —Dijo y se le escapó una lágrima.

—Sí... Debe ser por herencia. —Dijo y rió.

—Es hermosa... —Dijo y se sacó la lágrima de la mejilla.

—Lo es, es muy inteligente.

—¿Lo es? 

—Sí... Cuando tenía ocho años preguntaba mucho por vos. Tenía un novio imaginario, se llamaba Daniel, decía que era rubio con ojos celestes, y tenía un tatuaje en el pecho... -Dijo Amanda y Jeremy dio una pequeña risa.— Creció sin el amor de un papá, Dina le tuvo que decir la verdad, y ella sufrió mucho. 

—¿Cuántos años tiene?

—16, en unos días cumple 17.

—17... Está muy grande. —Dijo y sonrió.

—Sí... Es muy feliz. Muy feliz... —Pausó.— Me tengo que ir, le dije que iba a comprar pan... —Dijo y se levantó, pero Jeremy no paraba de mirar las fotos.

—¿Me las puedo quedar? —Dijo.

—Claro... Te las regalo. —Sacó un papel de la cartera.— Acá está mi número por las dudas. Me tengo que ir. —Sacó un poco de plata de la billetera y la dejó en la mesa.— Fue un gran placer verte nuevamente. —Dijo y se fue.


Narra Rosie.

—¡Abuela! —Dije feliz.— ¿Estaba llena la panadería? 

—No fui a la panadería.

—¿A donde fuiste? —Dije y reí.

—No importa.

—¿Estás bien? Me puse algo rara cuando te fuiste.

—Mejor que nunca, mi vida... —Pausó.— ¿Hacemos los fideos?

—Sí... —Sonreí y el celular de la abuela comenzó a sonar.

—Un segundo. —Dijo y atendió.— ¿Hola?.... Ah, tú...No, para nada... Estoy con ella... —Dijo y me miró con una sonrisa.— ...Claro... ¿Estás seguro?... Está bien... —Dijo y me entregó su celular.— Di "Hola". —Me dijo, tomé el celular lentamente.

—¿Hola? —Dije, pero no escuché nada.— ¿Hay alguien ahí? —Dije pero no escuché nada.— No se, no se escucha. —Dije y le entregué el celular a la abuela.

Secret Love |Justin Bieber|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora