Epilogo

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Epilogo

Dos meses habían transcurrido desde que ______ dio a luz a su hijo. Todo iba de maravilla, era como un verdadero cuento de hadas, incluso llegaba a tener miedo de que todo fuera un sueño, y si así era, no quería despertar jamás.

Hoy por fin había llegado el gran día, se unirían para siempre como marido y mujer, ambos estaban nerviosos, la verdad era que Jimin jamás se imaginó que algún día se casaría, siempre se veía en su casa completamente solo al igual que en su empresa, aunque claro, de vez en cuando compartía la cama de un motel con cualquier mujer, pero jamás pasó de eso. Ahora estaba a tan solo unos minutos de entregarse por completo a aquella mujer que lo había cautivado desde el primer instante en que la conoció, quizás no fue la mejor manera, pero si todo se dio así fue por algo, sus vidas ya estaban destinadas a encontrarse y unirse para siempre.

El lugar en donde se casarían era en una gran iglesia que fue adornada especialmente para ellos, la cantidad de invitados era increíble, ______ aun no estaba consiente de todas las personas que había, puesto que aun no llegaba a la iglesia. El chofer daba vueltas y vueltas por distintas calles y ella ya no podía soportarlo más, su corazón se le iba a salir del pecho por lo mucho que latía, pero en un momento sintió como dejaba de latir al llegar a la entrada de aquella iglesia, su hermano fue quien abrió la limusina y la ayudó a bajar.

—Te ves hermosa, hermanita.

Ella no pudo evitar abrazarlo, estaba muy emocionada.
Pocos minutos después, ya estaba entrando a la iglesia del brazo de su padre, Jimin estaba al final de aquel pasillo esperándola con una gran sonrisa, se sentía orgulloso por la mujer que tenía, era increíblemente perfecta.

Dijeron sus votos matrimoniales y luego el sacerdote los declaró marido y mujer, por fin estaban casados. Se dieron un gran beso y luego salieron de la iglesia en donde todos los felicitaron, pero hubo algo que tocó profundamente el corazón de _______.

—Mamá —susurró sin poder creerlo.

Su madre la abrazó fuertemente, pese a todo lo que había pasado, ______ era su hija y la quería.

—Felicidades —la miró a los ojos y sonrió. —Se muy feliz.

Unas pequeñas lagrimas salieron de los ojos de ______, su madre semanas antes le había dicho que no iría a la boda y ahora estaba aquí deseándole lo mejor.

—No llores, hija, no llores por mi culpa.

—Creí que no vendrías.

—Aquí estoy, aunque ya me voy.

—No te vayas, mamá.

—Hija, no me siento del todo cómoda, siento todas las miradas en mí, disfruta este día, cuando regreses de tu luna de miel hablaremos. —______ la volvió abrazar y luego su madre se marchó.

—¿Todo bien, hija? —Preguntó su padre yendo a su lado.

—Si —respondió _____ con una sonrisa. —Solo vino a desearme que sea muy feliz.

—Quizás está cambiando su actitud.

—Eso espero.

—Mi amor, vamos a casa para recibir a los invitados —Interrumpió Jimin, ______ asintió.

Subieron a la misma limusina que la había traído a ella y rápidamente llegaron a casa, ahí celebrarían junto a todos su unión. _______ cambió su vestido para ponerse otro más cómodo, aunque no dejaba de ser hermoso.

—Mi reina, aun no llega nadie, podríamos aprovechar. —Capturó su boca y luego bajó por su cuello para succionarlo levemente. —Exijo mis derechos de esposo en este maldito instante.

EL MEJOR SECUESTRO [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora