CAPITULO 3

265 21 1
                                    

Capitulo 3

Y en un rato no muy largo, sonó el timbre, y fui a abrir la puerta.

Al abrirla, me encontré con Andrea que ya llevaba sus patines puestos.

-Estás lista? -dijo ella con su fulminante sonrisa. Yo me limité a devolverle la sonrisa, y a asentir.

Llevábamos, toda la tarde de un lado a otro, parecía que Andrea pretendía enseñarme hasta el último milímetro de Londres. Me enseñó los sitios más conocidos, y los más entresijos. Después insistió en enseñarme los monumentos más importantes. Y cuando creía que ya no podría más, y me caería al suelo del cansancio, Andrea me llevó a un sitio maravilloso, que al instante me encantó: Candem Town.

Era increible, toda la calle estaba llena de tiendas, bares y discotecas, a las que no pensaba no asistir.

Ya eran las nueve y tenía que volver a casa, ya que mi mamá tenía turno de noche, y tenía que preparar la cena. Andrea insistió en que me acompañaría hasta casa, pero yo le dije que volvería sola a casa, y aprovecharía para hacer algo más de turismo. Andrea me dio un abrazo, y se despidió de mi, y vi como se alejaba. 

El camino de vuelta a casa no era muy larga, solo me llevaría unos diez minutos. Pero me detuve, en frente de un hermoso parque. Me adentré en él, y me quedé maravillada, era un sitio precioso, había fuentes de agua, y un hermoso jardín con las flores más hermosas que pude ver. Incoscientemente, cerré los ojos, y empecé a patinar mientras escuchaba los hermosos cantos de los pájaros. Empecé a girar y girar, cada vez con más velocidad. Todavía tenía los ojos cerrados cuando sentí que me chocaba contra alguién.

Abrí los ojos, y ví que estaba en el suelo encima de alguien. Me alejé un poco del chico, y me arrodillé delante de él, mientras que él se incorporaba poco a poco. 

-Vaya, lo siento muchísimo, no pretendía hacerte daño -dije preocupada y avergonzada

-Tranquila, no me has hecho nada -alzó su cabeza, y pude verle la cara. Estaba segura, era el chico de la moto, nunca podría confundir ese pelo castaño, y esos profundos ojos azules

-Lo siento mucho de verdad -dije, le ayudé a levantarse, y sentí como mis mejillas se ruborizaron

-Tranquila, estoy bien, y tú que tal estas? -dijo con la sonrisa más hermosa que vi en mi vida

-Estoy bien, gracias -me aleje un poco más de él sin dejar de mirarle a los ojos- bueno, tengo que irme, de verdad, lo siento mucho -empecé a alejarme, cuando sentí como aquel chico me agarraba del brazo e hizo que volviera a mirarle

-Es que vas a dejarme así? -dijo alzando una ceja, mientras me miraba con una mirada sexy

-Bueno, y que quieres que haga? -dije haciendo su mismo gesto

-Bueno, me conformo con saber tu nombre, es lo mínimo que puedes hacer después de haberme lastimado -respondió

-Creía que habías dicho que no te había hecho daño -él se rió por lo bajo- Me llamo (Tu)

-Encantada (Tu), me llamo Louis, Louis Tomlinson -se acercó aun más a mí, y dijo con voz seductora- dime (Tu), crees que podríamos volver a vernos?

-No sé... Londres es muy grande -sabía que no me lo había preguntado en ese sentido, pero aun así, esbozó una gran sonrisa. Entonces, lo besé en la mejilla, y fuí alejándome.

Llegué a casa, y me metí en el garaje, para dejar dentro los patines. Los dejé y fuí descalza hasta el porche. Me disponía a abrir la puerta, cuando sentí que ésta se abría por dentro. Estaba esperando a ver a Zayn, pero en lugar de eso, me encontré con un hermoso muchacho rubio, con unos ojos de un precioso color ambarino.

Un choque afortunado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora