CAPITULO 8

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Capitulo 8

Cuando dijo esto último, me agarró de la mano, y me llevó hasta el coche. Ató su tabla al techo del coche, y se metió dentro. Íbamos un poco acelerados, y en una media hora, llegamos a la playa más hermosa que vi en mi vida.

Cogí mi bolso del maletero del coche. Cuando Louis soltó la tabla, me hizo ademán de seguirle. Bajamos por unas escaleras y me quité las sandalias para poder sentir la arena caliente bajo mis pies. Louis y yo seguimos caminando un poco, y entonces, alguien llamó nuestra atención:

-¡Vaya! Pues sí que han tardado –dijo un muchacho moreno de pelo rizado

-Lo siento, ha sido culpa mía –dijo Louis- Harry, esta es (Tu)

-¡Vaya! Veo que Louis no exageraba, eres realmente hermosa –dijo Harry con una gran sonrisa

Sentí como me ruborizaba. Sentía que la situación se estaba incomodando para mí. Pero entonces llegó mi salvación… Raquel. La miré de arriba abajo, estaba muy linda con su bikini. [img:0a18]http://onlywn.activoforo.com/[/img]

-Por fin llegaron chico –dijo Raquel- vengan a dejar las cosas –y sin decir nada más comenzamos a caminar tras Raquel, hasta que Louis rompió el silencio

-Por cierto, ¿dónde están Andrea y Niall?

Ninguno necesitó la respuesta. Encima de una de las toallas situadas en la arena, Andrea estaba encima de un muchacho rubio, que supuse que sería Niall. Andrea besaba al muchacho con furia, como si la vida dependiese de ello, mientras, el muchacho correspondía el beso, y recorría el cuerpo de esta con sus manos. Todos estábamos atónitos con la imagen de estos dos hasta que por fin Harry habló:

-¡Vamos! ¿Es que no pueden dejar estas cosas hasta que estén a solas como la gente normal? –Andrea y Niall pararon de golpe, entonces Harry se dirigió a mi- (Tu), este es Niall –miré a Niall, y le esbocé una tímida sonrisa.

Aquella tarde estaba siendo una de las mejores de mi vida. Harry y Niall eran graciosísimos, y Raquel y Andrea no dejaban de hacer el burro. Pero esto se acabó cuando mi hermano llegó, y Raquel y él se apartaron del resto del grupo. Estuvieron un poco alejados de nosotros, hasta que de pronto desaparecieron sin dejar rastro. Sabía que se traía mi hermano entre manos. Entonces, me dirigí a Louis que estaba acabando de encerar su tabla. Él me miró y me dijo:

-¿Alguna vez has surfeado? –me miró a los ojos, y sacudí la cabeza en signo de negación- entonces, creo que ya va siendo hora

Louis me enseño las posiciones más básicas todavía en la arena, resultaba ridículo practicar todas aquellas posiciones. Cuando Louis pensó que ya dominaba lo más básico, agarró la tabla con una mano, y con la otra me agarró a mí. Fuimos corriendo hasta el agua, y sentí como la fría agua golpeaba con brusquedad mi cuerpo. 

Me lo estaba pasando en grande. Cada vez que venía una ola, intentaba ponerme de pie, pero al final me caía, y Louis se reía al verme. No conseguía ponerme de pie de ninguna manera. Después de muchas caídas, salí del agua, y me senté en mi toalla para observar como Louis dominaba la tabla. Era increíble su dominio, se deslizaba por el agua como si fuera parte de la ola. Al fin, Louis salió del agua, y se sentó a mi lado, y se unió al resto del grupo.

Eran ya las nueve y media, y empezaba a anochecer. Harry, Andrea y Niall recogieron sus cosas, se despidieron de nosotros, y se metieron en sus respectivos coches para volver a casa. Louis y yo nos quedamos sentados en el mismo sin decir nada, hasta que el rompió el silencio:

-¿Damos un paseo por la orilla? –dijo. Me giré y me quedé mirándolo. Estaba pensando en replicar, pero entonces, el me dirigió una tierna sonrisa, y no pude hacer otra cosa que asentir.

Un choque afortunado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora