CAPITULO 21

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Capitulo 21

-Hola Louis, ¿puedo quedarme aquí esta noche?

-(Tu) claro que puedes quedarte aquí –dijo Louis abrazándome- pero, ¿pasó algo?

-Mi mamá y Zayn se han ido, y no quería quedarme sola 

-Lo entiendo, ven conmigo a la sala de estar –dijo agarrándome del brazo y haciendo que entrara

-Louis, ¿hay alguien más en casa? –dije al observar que no había rastro de nadie más en su casa

-No, me encuentro en la misma situación que tu, bueno, estaba –se auto-corrigió- ahora estamos tu y yo juntos

Nos sentamos en el gran sofá de su sala de estar, y automáticamente como un auto reflejo, Louis me rodeó con su brazo, y yo respondí a esto recostándome un poco en su pecho.

-(Tu) ¿qué te pasa? –dijo mirándome con dulzura- no me mientas, te miro a los ojos y veo tristeza y dolor

-Verás, es que… -pero sentía que las palabras no salían de mi boca

-(Tu), tranquila, si es algo de lo que no quieras hablar no te obligaré a que me lo cuentes, pero si quieres puedes hacerlo, tal vez te sentirías mejor

Me acordé de las palabras de Nora, y pensé que tal vez tendría razón. En cualquier caso, Louis era muy importante para mí, y sabía que nunca me haría daño. Tal vez Nora tenía razón y me sentiría mejor compartiendo mi secreto con Louis.

-Verás Louis, hay una cosa que nadie excepto mi familia sabe de mí –dije y después hice una pausa- verás…

Se lo conté todo, le conté mi trágica historia:

“Cuando yo nací, para mi padre el mundo de alguna manera se derrumbó, al menos cuando Zayn nació sintió algo de alegría por haber tenido un varón, pero cuando tuvo una hija, lo único que le vino a la cabeza fue todo a lo que tendría que renunciar. Pasaron los años, y Zayn y yo fuimos creciendo, y tomando nuestras propias decisiones. Sin embargo, nuestro padre no veía que tenía una familia que le quería, veía a una familia que hizo que tuviese que dejar las cosas que le gustaban. No se interesaba por los logros míos y de Zayn, ni en nuestros problemas… Para él Zayn y yo no eramos más que un estorbo, y entonces, volcó su vida en la peor cosa que estaba a su alcance, la bebida. Se convirtió en un alcohólico. Cada día, cuando Zayn y yo volvíamos del colegio nos quedábamos mirando a la puerta de nuestra casa dudando en entrar o quedarnos allí fuera, ya que no sabíamos si nuestro padre estaría en casa, y mucho menos si estaría bebido. Un día, mi padre se descontroló por completo. Anteriormente tuvo algunos ataques de cólera, pero aquella vez se pasó. Empezó a gritarnos y a insultarnos a Zayn y a mí, pero cuando empezó a pegar a nuestra madre todo fue un caos. Llamé a la policía y le arrestaron. Sin embargo, solo tuvo que cumplir varios meses de cárcel, pero al menos, mi madre tomó la iniciativa de divorciarse”

Acabé de contar mi historia, y levanté la cabeza para encontrarme con los hermosos ojos azules de Louis.

-Gracias por habérmelo contado (Tu) –dijo abrazándome fuertemente

-Gracias a ti Louis –dije aferrándome con fuerza a él- gracias por estar aquí y por apoyarme

-(Tu), yo siempre estaré contigo en las malas y en las buenas –cuando dijo esto, algo dentro de mi volvió a encenderse, algo que antes hubiese hecho lo que fuese con tal de apagarlo, pero ahora sin embargo, sentía que no sería capaz de apagar esta llama interior

-Louis –dije mirándolo fijamente a los ojos- dime la verdad, ¿tú me quieres?

-Yo… -dudó Louis en responder

-Louis por favor necesito que me digas la verdad –supliqué

-Yo… -dijo encogiéndose de hombros, pero entonces se quedó mirándome fijamente a los ojos- si, (Tu), te quiero, te quiero desde el día en que te conocí

-Louis me hace tan feliz escuchar eso –dije. Ahora estaba segura de lo que sentía por él- Louis, yo también te quiero –dije aferrándome a él

-¿Lo dices en serio? –dijo Louis apartándome un poco

-Si, Louis. No estaba segura, pero ahora lo sé, te quiero, y no puedo ocultar más este sentimiento hacia ti

Cuando dije esto, en la cara de Louis se formó una sonrisa, y en la mía automáticamente se formó otra. Nos quedamos mirándonos a los ojos por unos instantes, y entonces, fuimos acercándonos lentamente. Nuestros labios estaban a punto de rozar como en la playa, pero esta vez, no pensaba poner resistencia. En cuanto nuestros labios mantuvieron contacto, sentí algo que nunca sentí. Sentí como la llama que se encontraba en mi interior se convertía en una gran hoguera imposible de apagar. Sentía que el mundo podría acabar en aquel momento, y no me importaba. Empezó siendo un beso lento, pero luego fue acelerándose. Al principio todo era dulzura y ternura, pero ahora todo era salvaje y lleno de locura. Ninguno quería parar, pero tuvimos que hacerlo cuando ambos nos quedamos sin aire.

Nos separamos y nos quedamos mirándonos fijamente a los ojos.

-Louis –comencé- no sabes lo feliz que me haces sentir. Me siento la mujer más afortunada del mundo

Un choque afortunado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora