CAPITULO 36

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Capitulo 36

A la mañana siguiente Louis y yo nos despertamos a las seis de la mañana gracias al desagradable sonido del despertador.

-Mi amor tenemos que levantarnos –dijo Louis besándome la mejilla

-Solo cinco minutos… -dije sin levantar la cabeza de la almohada

-Lo siento, pero tenemos que estar en el aeropuerto dentro de dos doras, así que, ¿te vas a levantar?

-...

-Bien, entonces me veo obligado a hacer esto –dijo poniéndose en pie

-¿El qué? -dije levantando un poco la cabeza, y entonces Louis me agarró de la cintura y me echó en su hombro y se dirigió al baño mientras me cargaba- ¡Louis bájame! –dije pataleando en el aire, pero sin poder dejar de reír

-Vale –dijo dejándome en el frío suelo del baño- bueno, te dejo que te duches primero –dijo y se fue hacia la puerta pero entonces lo agarré del brazo- ¿qué?

-Ya que estás aquí, podemos ducharnos juntos ¿te apetece? –dije mordiéndome el labio inferior

-Si, me encantaría –dijo agarrándome de la cintura y acercándome a el

* * *

-Ah… si, si… -gritaba mientras Louis seguía penetrándome con fuerza

-Por dios (Tu)… -consiguió decir entre constantes gemidos

-Oh… si… sigue, sigue… -dije clavando las uñas en su espaldas

-(Tu) me vuelves loco… -dijo y después los dos estallamos en placer y nos apoyados en la tina

-Vaya… ha esto lo llamo… una buena ducha –dije con el poco aliento que me quedaba 

-Pienso de la misma manera –dijo agarrándome de la nuca para acercarme a él para acto seguido darnos un largo y lento beso

-Tenemos que prepararnos para ir al aeropuerto –dije apartándome pero sin dejar de mirarle a los ojos

-Si –dijo poniéndose en pie- vamos o tendremos que andar corriendo

Salimos del baño, y nos vestimos. (Yo me vestí así) 

Nos reunimos con los demás en la entrada del hotel, llamamos a dos taxis para ir al aeropuerto. 

Llegamos, al aeropuerto. Dejamos las maletas, pasamos por seguridad, y nos sentamos en la sala de embarque hasta que nos llamaron para subir al avión. Esta vez, el avión estaba bastante lleno. Entonces sonó la musiquilla del megáfono:

“Buenos días pasajeros. Sentimos comunicaros que por culpa de la fuerte ventisca que aproxima, todos los vuelos serán atrasados hasta que se pase la alerta naranja. Sentimos las molestias”

-Genial, ahora tendremos que esperar –se quejó Liam

-Bueno, estaremos aquí un buen rato, así que ¿vamos a desayunar? –propuso Ayla

-Si, vamos a la cafetería –dijo Leire poniéndose en pie y después todos nos dirigimos a la cafetería

Lo que parecía una simple ventisca, se convirtió en una gran tormenta, que aparentemente jamás se acabaría. Por lo que el vuelo se atrasó hasta las ocho y media de la tarde más o menos. 

Llegamos a Londres hacia las diez de la noche. Nos dirigimos a nuestras respectivas casas. Zayn fue a acompañar a Raquel a su casa, y Louis me acompañó a mi casa. Nos quedamos en el porche mirándonos a los ojos.

-Buenas noches (Tu) –dijo apartándome un mechón de pelo de la cara delicadamente

-Buenas noches Louis –dije y fuimos acercándonos lentamente

-Te quiero –dijo cuando nuestros labios estaban a punto de rozarse 

-Yo también te quiero –y nos fundimos en un lento pero muy apasionado beso

-Buenas noches (Tu) –dijo apartándose

-Buenas noches Louis –y después me volteé y me metí en casa

Me apoyé contra la puerta, mientras sentía que estaba en una nube del que no me podrían bajar.

<< Louis, te quiero tanto, creo que no podré vivir sin ti >>

Un choque afortunado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora