Capítulo 1 ¿Donde Estoy?

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    Aileen sintió su mejilla izquierda arder, obligándose a abrir sus ojos. Se sentó sobre el húmedo suelo dándose cuenta de que, evidentemente, ya no estaba en su cuarto. Se encontraba rodeada de pinos y abedules completamente nevados, el suelo en el que estaba apoyada era de tierno pasto también cubierto por la nieve y un poco de luz entraba entre las copas de los árboles para caer sobre un pedestal de piedra que sostenía sobre este una pequeña hoja de papel de tono amarillento.

Se levantó del suelo dándose cuenta que sorprendentemente estaba totalmente seca. Sintió la tela de su largo vestido rozando con su pierna.

¿Largo? Ella estaba usando un vestido corto hacía cinco minutos, pero... ¿En verdad habían sido solamente cinco minutos? ¿O había estado más tiempo inconsciente?

Miró el vestido que tenía puesto, era largo hasta los pies, de un color verde esmeralda y mangas abiertas en las muñecas con detalles dorados.
Lentamente se acercó al pedestal mientras sentía la fría nieve crujir bajo sus pies. Estiró su mano derecha para tomar el papel cuando se dio cuenta de otra cosa, tenía puesta en su muñeca una extraña "pulsera-anillo" de color arcoíris con una piedra esmeralda en el centro. Examinó el objeto durante unos minutos y luego tomó la hoja entre sus manos, la cual tenía una extraña inscripción que a pesar de todo ella podía leer sin problema alguno.

Grandes serán
nuestros héroes
liberarán al gran dragón,
las joyas poderosas
que les serán encargadas.
Tu encontraste la profecía
eres el primer elegido
ahora ve por tus hermanos.
En la piedra encontraras
tu primer pasaje y el
acertijo a resolver ahora
te lo diré:
Donde las montañas
terminan, a mi arco leal soy,
con el frio no tengo problema,
pues no hay nada más frio
que mis amadas flechas.

Aileen releyó la "profecía" de nuevo. ¿Ella una elegida? "Esto es solo un sueño" pensó ella. Aún con la hoja entre sus manos miro el pedestal dándose cuenta de que tenía un pequeño hueco en el que entraba perfectamente la piedra que traía su "pulsera-anillo".

Lentamente acercó la piedra hasta el hueco mientras aquella se encajaba a la perfección. De repente sintió una presión en su estómago y su cabeza empezó a dar vueltas. Se obligó a cerrar los ojos para no sentir aún más mareos.                                                                                                                        

Cuando sintió que su estómago volvía a la normalidad abrió lentamente sus ojos y miro a su alrededor, se encontraba en un hermoso pueblo con casas de madera y muchos aldeanos paseando por todos lados, la mayoría de ellos con una sonrisa en su rostro, algunas mujeres llevaban canastas con frutas, los niños corrían de un lado al otro y hombres a caballo traían carros con plantas pequeñas que ella desconocía.

—Buenos días jovencita ¿Necesita usted ayuda?— Aileen se giró encontrándose a una mujer que aparentaba tener no más de cuarenta años, la cual la miraba sonriente. Tenía el cabello negro recogido en un rodete, los ojos castaños y la piel morena.

—La verdad no estoy del todo segura de donde me encuentro— respondió Aileen.

—Se encuentra en la entrada del pueblo de Wisteria, si necesita un lugar para pasar la noche mi marido y yo poseemos una posada—informó la mujer.

—Agradezco la información y la oferta pero no tengo nada con que pa... — Aileen interrumpió sus propias palabras al sentir un gran peso sobre sus hombros, y al mirar abajo notó que un bolso de tela colgaba de su cuello. Abrió el bolso para encontrarse con una considerable cantidad de monedas de oro y unas vestimentas considerablemente más humildes que el vestido que llevaba puesto en aquel momento.

Levantó la cabeza nuevamente para mirar a la mujer que no parecía haber notado la mágica aparición del bolso.

—A decir verdad me encantaría quedarme en su posada, mi nombre es Aileen, un placer conocerla—dijo la chica extendiendo la mano hacia la mujer, que la aceptó de forma gustosa.

—Un placer Aileen, mi nombre es Clara si tuvieras la cortezía de seguirme te mostraré la posada—

Aileen siguió a Clara mientras pensaba en todo lo que había pasado, y de un momento a otro una pregunta apareció en su mente.

— 24 de junio ¿Alguna ocasión especial?—

—Ninguna, era pura curiosidad—

Clara asintió no muy convencida. Luego de caminar un par minutos se detuvieron frente a una posada de madera de dos pisos. Ambas entraron al lugar y Aileen se tomó un segundo para apreciar el lugar.

Frente a ellas se hallaba un salón lleno de mesas y sillas de madera y una chimenea de piedra calentaba el lugar, al lado de la chimenea unas escaleras guiaban al segundo piso.

Clara guío a Aileen al piso de arriba y le dio la llave a una habitación simple que contenía una cama, una mesita de noche con una vela en un plato y un par de estantes vacios.
"La gente de este pueblo debe estar acostumbrada al frío" pensó Aileen observando por la ventana del lugar en cuanto Clara salió de la habitación.

Rendida por el cansancio dejó el bolso sobre la mesita y se recostó en la cama. Millones de preguntas bailaban un vals en su cabeza ¿Para qué y a quien se suponía que debía encontrar? El "acertijo" se repetía en su mente una y otra vez, recordándole que su única pista es que debía buscar a un arquero.

Miro al techo y sonrió levemente, al menos ya no se encontraba en su "casa". Cerró sus ojos y permitió que esos pensamientos la arrullaran para dormir.

***

Aileen corría todo lo que sus pies podían, una flecha cortó el aire al rozar su mejilla derecha y se clavarse en un árbol, sintió como sus piernas fallaban y ella caía al suelo, siendo una flecha al lado de su rostro lo único que vio.

La pesadilla provocó que Aileen se despertara cubierta de sudor. Intentó calmarse al convencerse a si misma de que aquello había sido únicamente una pesadilla. Desvió su mirada a la ventana y notó que el sol se encontraba surgiendo en el horizonte.

Se dio un rápido baño y se vistió con un vestido simple de su talla que encontró dentro del bolso. Se puso una capa sobre los hombros y bajo las escaleras encontrándose con Clara que estaba limpiando unas mesas.
—Buenos días Clara— saludo

—Ya se ha despertado, tome asiento y le traeré algo para desayunar.—

—No te preocupes Clara iré a pasear y compraré algo en el camino.—

—De acuerdo, pero vuelva antes de anochecer para la cena— Aileen soltó un "lo haré" mientras salía por la puerta y la cerraba detrás de si.





Corregido.

En busca del último dragón (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora