Capítulo 12: Los Elegidos

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Itziar sentía sus parpados pesados y las extremidades de su cuerpo estaban entumecidas. letamente abrió los ojos, encontrandose con una imponente habitacion blanca. Estaba recostada en una gran cama de dos plazas que tenía cortinas colgado a sus lados.
Mientras sus ojos se acostumbraban a la luz ella se puso a analizar todo lo que le había pasado en los últimos días; primero se había encontrado a dos desconocidas en su pueblo, sin ninguna pertenéncia evidente, luego las había acogido en su casa como si nada. Le extrañaba que a las chicas no les extrañara que una adolecente viviera sola, o talvez si les había extrañado pero no habían preguntado para no incomodarla. 
Segundo, se fue con ambas chicas a otro lugar que nisiquiera conocia y logro hacer que su bolso apareciera mágicamente.
No sabía porque había aceptado el viajar con las chicas, sentía que tenía como un vínculo magico con esas chicas que la hacía confiar ciegamente en ellas.
  Se rió débilmente por sus propios pensamientos y se acomodó en la cama quedando sentada.
   La puerta de la habitación se abrió mostrando a Sagitario, Aileen, y a Sol. Sagitario se acerco rápidamente a la cama de la menor y se tiro sobre esta, abrazando a su amiga mientras Sol se reía. Aileen miraba como Itziar trataba de quitarse a Sagitario de encima, la cual abrazaba a la otra con demasiada fuerza.
     Una chica entró a la habitación, estaba vestida con la ropa que usaban las criadas del castillo la cual constaba de un camisa blanca con botones negros debajo de un vestido negro hasta las rodillas de falda de línea a, sin manga y ceñido a la cintura. La chica entró empujando un carrito con una bandeja de comida. La chica tenía dos trenzas cosidas a los lados de la cabeza, pero lo que mas llamaba la atención era su color de cabello y piel, estos eran blancos como el papel, y sus ojos eran de un color celeste grisáceo. Su cabello no llegaría mas abajo que de sus hombros. La chica dejó el carrito con comida al lado de la cama, le susurro algo al oído a la princesa y se retiro de la habitación.
    -Bueno chicas, me acaban de informar de que mi padre nos ha mandado a llamar-
    Interrumpió Sol a su amiga y sus acompañantes las cuales estaban muy enfrascadas en una charla en la cual las dos chicas mayores le preguntaban a la menor si se encontraba bien, si necesitaba agua y otras cosas.
     Las tres amigas voltearon a ver a la princesa y asintieron con la cabeza mientras se levantaban. Fue en ese momento que Itziar se percató de que sus las otras tres adolecentes tenían vestidos diferentes y que ella misma estaba vestida con un camisón de color blanco, probablemente de seda.
   -Disculpa Sol, ¿No tendrás algún vestido que me puedas prestar?-
    Preguntó Itziar con un leve sonrojo en sus mejillas. Sol señalo una silla que se encontraba al lado de la gran ventana, esta tenía una encima un vestido como el de las sirvientas pero de color beige y con bolsillos que tenían bordados unas flores de color rosa y celeste, también había una camisita blanca de cuello doblado de encaje y con un moño negro de cintas largas. Itziar agradeció por el vestido y se dirigió al baño para cambiarse.
     Cuando todas estuvieron listas fueron directamente a la sala del trono, obviamente después de haber comido la comida que había en el pequeño carrito.
En la sala del trono se encontraba el rey, imponente con su capa roja y su gran corona, sus cabellos rojizos estaban recogidos en una coleta, a excepción de algunos pequeños mechones que caían a los costados de su cara, la cual tenía una expresión seria. Sus pomulos bien marcados le brindaban un toque de juventud junto a la barba recién creciente. Sus ojos eran de color azul profundo, como una marea y un glaciar al mismo tiempo.

  Las cuatro adolecentes hicieron una reverencia, para luego escuchar lo que el rey les tenía que decir.

-Antes que nada les quiero dar la bienvenida al Reino de Loto, me ha contado mi hija que han llegado hace un par de días, espero que estén disfrutando del reino, pero debo advertirles sobre el bosque...-

A medida que el rey hablaba sus expresiones se volvían mas duras y oscuras, como si hubiera ocurrido una tragedia la cual no quería recordar.

-...Es peligroso y no es nada recomendable acercarse a este; dejando ese tema de lado, no he podido evitar notar que tienen unas extrañas pulseras-anillo las cuales creo ya haber visto en algún lugar, síganme por favor-

El rey se levanto de su trono y comenzó a caminar siendo seguido por el grupo de chicas, las cuales se miraban entre ellas extrañadas. Entraron en un pasillo del castillo que estaba lleno de cuadros de los que debían ser los antiguos reyes y reinas, al final del pasillo había un pedestal de piedra muy parecido al que se había encontrado Aileen en el bosque, sobre este se hallaba un papel de tono amarillento. El rey se dirigió hasta el, lo tomó y lo llevó hasta donde se encontraban las muchachas. Sin decir una palabra el hombre extendió el papel a Aileen, la cual lo agarro y lo examinó minuciosamente. Contenía un dibujo de un grupo de personas que tenían armaduras plateadas que cubrían sus torsos y piernas, dejando los brazos al descubierto. En las muñecas de las personas del dibujo se podían ver unas pulseras-anillos. Los rostros no se podían vislumbrar en el dibujo, ya que estaban borrosos por una mancha de algún liquido. En la parte superior del papel se podía leer "Los elegidos".

En busca del último dragón (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora