—Yo me llamo... Vaya, no lo recuerdo —Dijo Aileen respondiendo a la pregunta de Sagitario.
—Jaja yo tampoco lo recuerdo—
—¡¡Ni yo!!— Dijo Ice con emoción mientras levantaba la mano frenéticamente.
Las tres adolescentes rieron con fuerza y terminaron con un suspiro colectivo. Y entonces Aileen planteó la pregunta clave "¿Y.... Ahora qué?", pero no se alcanzaron a escuchar las respuestas por el sonido de zapatos contra la arena, alguien se acercaba.
Aileen, por el sonido repentino de un golpe, actuó bajo instinto y se sumergió en la "piscina" que demostró tener más profundidad de la que parecía. Se acercó a unos desperfectos de la piedra y sacó la cabeza por allí para poder respirar.
—¿Quienes son ustedes y que hacen aquí? —Se oyó la voz de un chico, pero Aileen no sabía quién era.
—La pregunta correcta sería ¿Porqué somos nosotras?—Dijo Sagitario con un tono de voz infantil.
—Eso no siquiera tiene sentido... Seguro que el polvo de la flor del cielo ya les hizo efecto. —Respondió la voz desconocida.
Y entonces un recuerdo regresó de repente a Aileen, golpeandola duramente con la fría realidad.
Flash back de Aileen.
"La flor del cielo es una planta capaz de bloquear los recuerdos si es expuesta a la oscuridad por mucho tiempo".
Una pequeña niña de ocho años leía un libro que había tomado a escondidas de la biblioteca de su padre; su no iba a salir nunca de su habitación al menos quería saber cómo era el mundo en el exterior.
Sus recuerdos sobre el mundo eran únicamente de cuando tenía unos cinco o seis años, recordaba caminar por las calles del reino comprando cosas para preparar un pastel de cumpleaños. Si tan solo esa inocente niña que no podía decidir si prefería el chocolate o la vainilla hubiera sabido lo mal que la pasaría el resto de su vida...
—¡Aileen! —Se escuchó el grito de su padre retumbar en las paredes de su habitación.
El gran hombre rubio entró en el cuarto dando un portazo, su vista se dirigió a las manos de la pequeña y su ceño se frunció aún más. A pasos agigantados se acercó a la temblorosa niña y le arrancó el libro de las manos.
—¡No vuelvas a tomar mis cosas niña, imaginate si alguien te hubiera visto bajar el libro de su estante! , ¿Sabes lo que habrían pensado?... — Aileen negó con la cabeza rápidamente —¡Habrían pensado en el fenómeno que tengo por "hija"! —El hombre le gritó y luego salió de la habitación dando otro portazo.
La chica se hizo una bolita en el suelo y permitió que las lágrimas cayeran de sus ojos. Su padre nunca aceptaría que ella no era normal, y se hizo una promesa, una de la que sólo ella sabría.
"La magia adentro, nunca, pero nunca, la haz de mostrar".
Fin del flash back.
De repente las memorias volvieron a la rubia, y junto a ellas el echo de que había dejado a su amiga y a su compañera solas con un desconocido.
Se hundió una vez más en el agua para volver a salir a la superficie viendo a un... ¿Chico gato?
Definitivamente el chico no esperaba que hubiese nadie más en la cueva porque sus músculos se tensaron al observarla salir de la piscina con todo su vestido mojado. Sagitario se dio vuelta al oír el ruido del agua siendo escurrida y saludo a Aileen con un "Hola de nuevo, desconocida". Aileen la saludo con la mano para luego acercarse a ella y tomar su mano derecha para que viera la pulsera-anillo. El rostro de la arquera se congeló unos segundos y después se movió hasta Ice para hacer lo mismo que Aileen había echo con ella segundos antes.
La rubia se dio vuelta para observar mejor al chico que estaba parado frente a ella. Era alto, y de cabello castaño claro, sus ojos eran amarillos y sus pupilas parecían cortar sus iris a la mitad. Y sí, definitivamente tenía una cola y unas orejas de gato.
—¿Cómo te llamas? —
—No tengo un nombre, me dicen "El Perdido" —
—¿Porqué te dirían así?—
—Por ésto —Dijo el joven a Aileen antes desaparecer de su vista.
Se oyó la voz de Ice de fondo que dijo "pues lo "perdiste" de vista" y luego el sonido de la risa ahogada de Sagitario.
—Pero tiene un error, tal vez no pueda verlo, pero sus pies siguen en el suelo —
El peso de un zapato provocó que la arena se hundiera un poco a la derecha de la rubia; que reaccionó rápidamente y dirigió un golpe de su codo al lugar donde ella suponía que se encontraba el estómago de su oponente, luego tomó el torso de este y lo pasó sobre su hombro tirandolo al piso.
Automáticamente la invisibilidad del niño gato se deshizo y este se levantó. Pero entonces pasó lo impensado, las piedras de las pulseras-anillos de las tres compañeras comenzaron a emitir un leve brillo.
Aileen miró al chico de vuelta que tan sólo veía tontamente a la Esmeralda que reposaba sobre su piel.
—Tu te vienes con nosotras—
—¿Por qué debería? —
—Se que el brillo de la piedra te está llamando, no puedes negarlo—
—¿Y esa es una razón para que vaya contigo a algún lugar? —El chico tenía un argumento firme, pero Aileen tenía un as bajo la manga.
—"El perdido", creo que oí a alguien hablar sobre ti esta mañana, justo antes de que robara MI bolso — La rubia relajó su postura y sonrió de lado para proseguir— en ese caso, ¿Que piensas sobre un trato? —
El gatuno bajó un poco la guardia y prestó más atención a la adolescente.
—Te recuerdo que para un trato se necesita colaboración de dos partes, y yo no estoy interesado en nada que tu tengas —
—Que tal si simplemente no tengo lo que deseas ahora, ¿Vendrías para que te entregue mi parte del trato? —La rubia estiró su mano hacia delante — Ven conmigo ahora, quedate un tiempo con nosotras, y a cambio te daré algo que desees ¿Trato? —
—Trato —
Ambos estrecharon manos, y el chico gatuno fue envuelto por una luz para recibir un cambio de ropa, ahora llevaba una camisa roja con un chaleco negro y pantalones holgados igualmente negros. El cosquilleo en su mano le advirtió sobre la pulsera-anillo que se formaba, era de un cuero marrón oscuro y tenía una piedra con diferentes colores.
—Bienvenido al equipo, pero primero, ¿sabes donde puedo enviar una carta?—
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En busca del último dragón (Libro 1)
FantasíaSomos los guerreros heridos, que decidimos renacer de entre las cenizas que los demás han dejado. Hemos de encontrar al que por avaricia y envidia ha sido atrapado. «~ Ellos te dirán que te rindas, que no lo vales; pero tú te pararás y les mostrara...