Capítulo 13: El Juego Ha Comenzado.

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Aileen se giró para encarar al rey.

-­¿Qué es esto?

-Esta hoja la trajo un hombre hace mucho, un hombre sabio, si, un hombre muy sabio-

­ Decía el rey distraídamente, su mirada estaba perdida y sus palabras se perdían en el aire como el viento mismo, se notaba que estaba nostálgico, con tan solo recordar a ese hombre millones de pensamientos aparecían en su cabeza, cosa que las chicas notaron.

-Padre, ¿te encuentras bien? - Preguntó la pelirroja, llamando la atención del rey.

-Si hija, no es nada, solo antiguos recuerdos-Respondió el hombre mientras una sonrisa de ternura combinada con felicidad se posaba en sus labios y se le marcaban unos hoyuelos en las mejillas -¿Quién tiene hambre? -

Sol levantó la mano, seguidamente otras tres manos mas se alzaron. El rey soltó una pequeña risa y se alejó por el pasillo.

El pasillo quedó en completo silencio tras la salida del adulto, Sagitario había tomado la hoja con el dibujo y la miraba como si quisiera encontrar algún detalle oculto, Sol miraba los cuadros de antiguos reyes y reinas que se encontraban en el pasillo, Aileen estaba apoyada contra la ventana del castillo y miraba para afuera mientras Itziar intentaba pararse sobre las puntas de sus pies.

-¿Qué es eso? -La voz de la mas pequeña rompió el silencio.

-¿Qué cosa? -Preguntó Aileen al tiempo que se acercaba al pedestal. Donde antes estaba el papel la piedra se comenzaba a carcomer lentamente, formando algunos signos raros.

- "El juego ha comenzado" - Leyó la pelirroja ganándose las miradas de tres pares de ojos.

-¿Porqué sabes leer elfico? - Preguntó Sagitario.

-También se hablarlo, tuve que aprenderlo para ir a hacer unos tratados a la nación Light-.

-¿Hay algo que no sepas hacer?-

-No se acampar- Dijo la pelirroja encojiendose de hombros.

Pasando por encima la respuesta de Sol las adolecentes se quedaron pensando en que podria significar esa frase.

- ¿Ese no es el título de un libro? -

- Este no es el momento para pensar sobre libros- Regañó Sagitario a la menor de las chicas.

-En realidad es el momento justo, - dijo Aileen ganándose miradas extrañadas por parte de las demás chicas - cualquier opción es válida para ser investigada a fondo, así que, ¿De qué se trataba ese libro Itziar? -

-El libro trata sobre una historia elfica en donde un elfo llamado Fëanor, quien encontraba una profecía que involucraba seriamente al hijo del actual rey elfo. En la profecía se declaraba que el príncipe Aaron junto a otras siete personas liberarán una gran batalla por la protección de las cinco naciones; pero lo que alteró a él rey elfo de ése entonces fue que la profecía anunciaba una muerte, no había ningún nombre ni nada, sólo la palabra "muerte" escrita sobre el trozo de papel. -

Sol, Aileen y Sagitario prestaban suma atención a la historia de Itziar. Tanta era esa atención que no notaron como la puerta del pasillo se abrió y una cabellera blanca se asomó por ese espacio, pero al ver a las adolescentes tan atentas a la niña decidió retirarse en silencio.

-Pero como ya dije es solo una historia que probablemente sea mentira. -

Sagitario suspiró mientras se paraba recta,siquiera se había dado cuenta de en que momento se había agachado a la altura de Itziar apoyando sus manos en sus rodillas.

-Les dije que esto era una pérdida de tiempo chicas, ¿no prefieren mejor ir a comer algo? -

-Claro, siganme, las llevaré con el cocinero para que les prepare algo para comer. -

Ambas chicas, Sol y Sagitario, salieron caminando por el pasillo, seguidas por Aileen, mientras la más pequeña se quedó parada en su lugar con la cabeza gacha pensando en que tal vez era sólo un estorbo para sus compañeras, se podía notar a lo lejos que ellas habían pasado por mucho y no sabía si ella estaba verdaderamente a la altura. Segundos después siguió a sus amigas por los pasillos del castillo.

- Ice, ¿has visto al cocinero?-

- Si princesa, se ha retirado del castillo temprano porque su esposa está por dar a luz-

-¡oh! ¿Enserio ? Entonces... ¿Sabes cocinar? -

-Si, princesa-

-Que suerte, ¿te molestaría hacer algo para que mis invitadas y yo podamos comer? -

- No princesa, ya mismo les preparo algo- Dijo la chica de cabello blanco al tiempo que hacía una reverencia y se dirigía a los estantes de la cocina para sacar ollas e ingredientes.

Las cuatro adolescentes se sentaron en unos sillones de tela roja que habían en un pequeño salón de estar, la chimenea estaba prendida y le daba un ambiente hogareño a la estancia.

Mirando a la princesa con los pies descalzos sentada en el sillón con su vestido de color hueso, se podría decir que era una simple chica de la ciudad.

Mientras las chicas charlaban Itziar dibujaba en el aire con sus manos una libreta y unos lápices para no aburrirse, cuando de repente comenzó a sentir el aire pesado y una suave melodia que retumbaba en las paredes del salón.

La menor de las adolescentes podía notar como sus amigas seguían moviendo los labios, pero nada salía de estos, o por lo menos ella no lo escuchaba. La melodía suave la hacía sentir cansada como una lenta canción de cuna e tonada por las más dulces voces de las sirenas del profundo océano.

Itziar se levantó del sillón y comenzó a caminar por donde provenía la música, alejándose lentamente de la compañía de las otras chicas para adentrarse en un oscuro pasillo del castillo. De repente un humo rojo salió por debajo de la puerta de madera que se podía vislumbrar al final del pasillo; a pesar del intento de la chica del cabello castaño para crear un arma, sus manos no respondieron por la increíble calma que corría por sus venas.

Sintió como ese humo rojo la envolvía para segundos más tarde ver unos barrotes de madera, entre los cuales se podían observar unas ramas de un árbol, intentó levantarse, pero la "celda" se tambaleó de un lado a otro como si estuviera flotando, y antes de caer dormida la chica logró asimilar dos cosas: ya no estaba en el castillo y dudaba que siquiera tuviera los pies en la tierra.

En busca del último dragón (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora