Capítulo 30

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El sol entraba por la ventana abierta de la habitación de Sagitario mientras la nombrada abría los ojos. Se levantó de la cama y terminó de abrir la ventana para darle la bienvenida al nuevo día en el Reino de Loto.

Bajó al comedor para desayunar algo rápido, tomar su arco y flechas que su papá le había regalado por su entrada a la Guardia Real y salir camino al castillo.

A la mitad del camino se encontró con su mejor amiga toda despeinada y con una ropa un poco... impropia de una princesa, quien corría escapando de un par de guardias reales.

Ya en la entrada del castillo y habiendo ayudado a Sol a esconderse sus perseguidores se dirigió a su espacio de entrenamiento donde un hombre con sus mismos ojos y color de piel la esperaba.

Le dio un abrazo a su padre y siguió su entrenamiento con las flechas, ganándose algunas miradas ocasionales de algunos de los nuevos reclutas sorprendidos de ver a una mujer en un campo de entrenamiento.

Todo iba bien, pero no podía evitar sentir que algo faltaba.

*** 

Aaron no entendía que estaba sucediendo, su padre creía que se había vuelto loco y le había prohibido salir de su habitación  donde se encontraba encerrado en ese preciso momento.

Luego de despertar esa mañana y haber notado que no estaba  en las islas flotantes y que ninguno de los otros elegidos estaban cerca casi había saltado sobre su padre preguntándole que era lo que había sucedido y como era que estaba allí nuevamente.

Su padre no comprendía ni media palabra de lo que hablaba su hijo y luego de que Aaron comenzó a comentar a los elegidos y el gobernante negó haber conocido a ninguno de ellos el elfo menor enfureció y tuvo que ser llevado a su habitación por algunos guardias. Pero estaba seguro de que vio un pequeño reflejo rojo en los ojos de su padre.

***

Para Ice las cosas iban considerablemente bien, se había despertado, saludado a su mamá y comenzado a trabajar en el castillo en cuanto debía. En ese momento se encontraba en un descanso antes del almuerzo y estaba observando  a los guardias entrenar, pero una cabellera castaña llamó su atención.

A pesar de que le parecía que ya la había visto en algún otro momento no pudo evitar sentir que algo la atraía a esa chica en ese momento, por alguna razón le resultaba extrañamente conocida a pesar de que apenas supiera su nombre. Intentó acercarse a ella antes de que un par de guardias le bloquearan el camino y le dijeran que debía regresar al castillo y que no tenía permiso para hallarse allí; a pesar de ello Ice intentó nuevamente acercarse a la chica, pero tan solo logro que los mismo guardias la tomaran de los brazos y la tiraran al suelo.

Sagitario se dio vuelta cuando escuchó a alguien quejarse descubriendo a sus compañeros  tirando a una chica albina al suelo, ante tal injusticia se acercó a ellos.

—¡Oigan, aléjense de ella!—

—Lo lamentamos señorita, tenemos ordenes de llevar a la sirvienta de regreso a la cocina— Sagitario notó un brillo rojizo en los ojos de los guardias y se dio cuenta inmediatamente de que algo andaba muy mal.

—No, no las tienen— Murmuro antes de tomar su espada fuera de la funda y apuntarles con ella. Los ojos de ambos guardias se volvieron totalmente rojos antes de que arremetieran contra Sagitario.

La formación en el castillo funcionó para sagitario quien pudo derribar a ambos hombres antes de ayudara a Ice a que se levantara. Y entonces todo su mundo dio un vuelco, el cielo se oscureció y ningún faro iluminaba las calles.

Ice observó a su madre acercarse a ella y gritarle "Cariño vamos, tenemos que escondernos" mientras le tomaba de la muñeca, fue recién entonces que se dio cuenta de que había dejado el castillo atrás hacia unos momentos junto con Sagitario que tiraba de su otra muñeca.

Miro a su madre con una expresión preocupada pero una voz la saco de sus pensamientos.

—Ice escúchame, no es real, nada de esto lo es, tenemos que irnos ¡ahora!— 

Ice asintió a la voz aun cuando quería quedarse con su madre. Otro tirón en su muñeca la regreso por completo a la realidad y comenzó a correr junto a Sagitario aunque no estaba segura de a donde se dirigían; Sagitario por el otro lado estaba intentando llegar a la plaza del reino, algo le decía que allí estaba la salida de aquella pesadilla.

***

—Cariño, despierta— Una voz suave le susurraba a Itziar.

Aún con un poco de pesadez abrió los ojos para encontrarse con los ojos claros de alguien mas, mas especifico los ojos de una mujer de cabello parecido al suyo.

—¿Mamá?— preguntó la chica sin creer lo que veían sus ojos.

—Hola cariño, ya estamos de regreso— Respondió nuevamente la mujer mirándola con una pequeña sonrisa.

Itziar se abalanzó a los brazos de su madre mientras sentía las lagrimas caer de sus ojos, la había extrañado demasiado.

—¡No lo puedo creer! Me preocupe mucho cuando desaparecieron, las personas en el pueblo me miraban con mucha pena cuando yo les decía que ustedes iban a volver, tenían que volver, y aquí están, los extrañe tanto ¿Dónde está papá?— Termino la chica de hablar rápido al sentir otro par de brazos rodeándola, y levantó la vista para observar a su papá quien también tenía los ojos llorosos.

—Ya es hora de regresar a casa cariño, ya quiero volver a ver el campo de manzanas y a la gente del pueblo— Habló esta vez el hombre.

La chica asintió ante la propuesta de su padre y se levantó del suelo junto a ellos, pero en cuanto comenzaron a caminar sintió un tirón en su pecho, como si un pequeño hilo atado a su corazón le estuviera diciendo que algo le faltaba. Y fue entonces que recordó la profecía, a Aileen, a Sagitario, a Aaron y a todos los demás.

Sus padres se detuvieron frente a ella  y se agacharon  a su altura.

—¿Sucede algo cariño?—Preguntó su madre.

—Deje a mis amigos atrás mamá, podrían estar en peligro, tengo que ir a buscarlos—

—Pero linda, tenemos que volver a casa—Le dijo su padre.

—No—

—¿Cómo dijiste?—Cuestionó la mujer con las cejas alzadas.

—Dije que... no— Repitió Itziar con un poco de duda en su voz —mis amigos puede estar heridos y no planeo dejarlo solos, no puedo, no ahora—

—Dije que nos vamos a casa y así va a ser— Repitió su padre.

—Mis padres no dejarían a alguien detrás, y ustedes evidentemente no son ellos—

El lugar en el que se hallaban se oscureció de repente pero una luz emergió detrás de Itziar, quien corrió a esta sin mirar atrás, había perdido a sus padres, era momento de que lo aceptara.

***

Entre tanto Aren quien estaba peleando amistosamente con Sagitario la observó hacer silencio de repente, la chica cerró sus ojos y los volvió a abrir muy rápido. Lo miró y lo abrazó con fuerza.

—¡Aren! estas aquí, estaba preocupada, estábamos corriendo con Ice cuando llegamos a ese portal de luz en la plaza... ¿Te encuentras bien?—

El chico hada no terminaba de comprender de lo que hablaba su  compañera, parecía que se había vuelto loca ¿Correr con Ice? pero ella había estado todo el tiempo con el, y Ice estaba comiendo dulces con Aileen.

El chico desvió su vista de Sagitario para mirar a la chica albina que de repente se había levantado de la mesa y se había lanzado a los brazos de Sagitario llorando. Fue cuando nadie más reaccionó ante esa escena que se dio cuenta que algo no estaba bien con ese lugar

En busca del último dragón (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora