Me sentía engañada.
Y ni siquiera tenía novio. ¿Cómo era posible que ni mi mellizo ni mi mejor amiga me dijeran algo al respecto sobre su nueva relación clandestina? Hubiera sido agradable haber tenido, al menos, un adelanto para poder mentalizarme y no hacer un escándalo.
¿Qué? ¿Pensaban que iba a quedarme callada e irme a casa como una persona decente que apoya a sus seres cercanos y respeta las decisiones que toman? Claro que no.
—¡Killian Alberto Mariano de las Fuentes Collins! —chillé enfurecida, distrayendo a Evan con el nombre falso y escapando de su fuerte agarre. Largué a correr a las zancadas hacia ellos—. ¡Saca esa mano con la que te rascaste el trasero de la cintura de mi amiga!
June ladeó la cabeza con un leve gesto de disgusto al escuchar la noticia y ambos se giraron extrañados, encarándome a casi dos metros de distancia.
—Señor, disculpe pero creo que se está confundiendo de... —comenzó a justificarse Killian, soltando a June y dedicándome una sonrisa amable, que se transformó en una expresión confundida—. Espera. ¿Penny? ¿Por qué estás usando un bigote?
Pequeños detalles sin importancia.
—No tienes derecho de preguntarme nada. ¿Quién me puede explicar que está pasando? —interrogué aún indignada, observándolos y golpeando el pie contra el piso; ambos permanecieron en silencio sin responder—. ¿June?
June se mordió el labio, nerviosa e incapaz de sostenerme la mirada y desviándola. ¡Traicionera!
—Quería decírtelo, de verdad quería, pero, sucedió tan rápido que no me di cuenta. Killian es especial —murmuró inquieta en voz baja, jugando con los dedos y bajando la vista al suelo.
—¡Solíamos burlarnos de las conquistas de mi hermano! Incluso te conté de esa vez que se orinó en la cama —Killian abrió la boca exasperado, a punto de golpearme por soltar uno de sus secretos como si nada.
—No seas injusta, fue hace mucho —se excusó histérico, rascándose la nuca y arrugando la nariz -acción que hace cada vez que miente-.
—Fue el año pasado —contestamos al unísono June y yo, Killian se encogió en su sitio, analizando a las personas de los alrededores que prestaban atención a la discusión.
June se sentía distante, jamás nos había pasado.
—¿Por qué Killian? ¿Cómo superaste a Tyler? —inquirí abrumada. ¿Qué problema de visión debía tener June para ver a Killian atractivo? La llevaría de inmediato al oculista si era necesario.
—Cuando lo vi en la fiesta, hubo algo que...
—¿En la fiesta? ¿De qué hablas? —interrumpí desconcertada, frunciendo el ceño en un intento de ordenar la secuencia de los hechos que parecían encajar perfecto—. ¡Ustedes! ¡Por eso desapareciste en la fiesta! ¡Rompiste con Tyler por él! ¡Tu labial corrido! ¡Estuvieron saliendo a escondidas! —Los señalé, desfigurando el rostro y cubriéndome con una mano, sorprendida de no haberlo visto antes.
—Mierda Penny. Tranquilízate, no somos una telenovela pero todo el centro comercial nos está contemplando como si lo fuéramos —comentó Killian, examinando de reojo a las personas y acercándose con los brazos extendidos en una muestra de paz—. ¿Cómo llegaste aquí? No lo hiciste sola. ¿Dónde están esos entrometidos?
La cara me debió haber delatado, su mirada dejó de enfocarse en mí, dirigiéndose en un punto más allá de donde me encontraba. Me volteé y el resto de la banda, aún con las ropas raras de la investigación, movieron las manos incomoda y coordinadamente en forma de saludo -como si no supieran si intervenir o no-. June se quedó pasmada al verlos, y sabía con exactitud el por qué; conocía a Travis, no era novedad, mas que, a Connor y Evan no, cabiendo destacar que los tenía en el pedestal de los populares, tal vez al lado de Malia Moore.
ESTÁS LEYENDO
Uncover
Teen FictionPenélope Collins forma parte de una banda escolar cuyas identidades están ocultas. La joven balancea su día a día con ser una cantante famosa en su instituto sin que nadie la descubra. Todo peligra cuando el antipático de Alexander Williams, el jef...