Ya es tarde para la verdad

Capitulo veinticuatro.

-¿Qué es este lugar? -pregunto, viendo por la ventana.

Volteo a verlo.

-Bájate -se quita el cinturón de seguridad.

Nos encontrábamos en un bosque, tenía miedo.

Miles de idea pasan por mi cabeza.

¿Y si ya se cansó de mí y va a asesinarme?

Sabía que no debía seguir con mis celos.

Con todo el miedo del mundo, lo hice, me quite el cinturón de seguridad y baje.

Cierro la puerta del auto, y Nick llega a mi lado.

-Te colocare esto -me muestra un pañuelo negro y colocándose detrás de mí.

Lo sabía, me matara.

Obvio me vendara los ojos para así yo no evitar que me mate.

No, no, no. Tengo que dejar esos malos pensamientos, confió en él.

-Ok.

Me coloca el pañuelo y le hace un nudo: -Bien... -me dice cerca del oído, se me eriza la piel -Andando.

Coloca una de sus manos en mi cintura para así guiarme.

Mientras caminamos, siento como la mano de Nick baja lentamente hasta mi trasero y la deja ahí.

-¡Nick! -tomo su mano y la subo a mi cintura escuchando su risa.

Nick me detiene: -Llegamos -me quita la venda de los ojos.

Todas esas ideas locas de que Nick quería asesinarme se esfumaron de mi cabeza al ver que estábamos en la sala de una preciosa cabaña.

-Dios mío, Nick, esto es bellísimo -digo observando todo.

-Ven, te mostrare algo -toma mi mano y me guía por un pasillo.

Llegamos al patio trasero donde se encontraba una mesa para dos, repleta de comida.

Mi esposo como siempre de caballeroso abre una silla para mí, me siento y él hace la misma acción con la otra silla,

-¿Te gusta? -pregunta tomando mi mano para acariciarla con la suya

-Me encanta, Nick. Esto es bellísimo. -Observo el lugar -no quiero dañar el momento, pero ¿a qué se debe esta cena?

-Quiero hacer las cosas bien a partir de ahora, y que mejor que una cena romántica para iniciar con buen pie nuestras vacaciones. -sonríe.

-Bien, me gusta. -sonrió y el ríe.

-Nena, lo sé, yo también me gusto - me sonríe

-Oh por dios, eres tan egocéntrico -rio.