Capítulo tres

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Ya estaba lista y esperaba con una copa de vino a Nick que llevaba dos horas de retraso y aun no llegaba, lo único que quiero de él es una explicación.

Estaba en el sofá con otra copa de vino en mi mano derecha, con mi maquillaje corrido, con el celular encima de la mesa esperando un mensaje o llamada de él y mis píes descalzos, los tacones estarían por algún lugar del living, aun llevaba mi vestido, aunque esta un poco empapado de lágrimas, y eso es lo que menos me importa ahora.

Le estaba dando un sorbo a mi copa de vino cuando escuchó la puerta abrirse, separe la copa de mi labios y voltee cuando llamaron a mi nombre.

-Sam, yo...-Lo interrumpí

-Lo único que quiero en este momento en una explicación -le dije sin mirarlo, centraba mi vista en el suelo, si lo veía a los ojos, lloraría y probablemente caería a sus pies como siempre, pero no, esta vez no, necesitaba sacar fuerzas de donde no tenia para no soltar ni una lágrima más, no ahora- y la necesitó, ¡ya!- digo entre los dientes, y aun sin mirarlo

-Sam, cariño, el trabajo aumento más esta vez- dijo mientras se sentaba a mi lado- Sam, yo... Yo lo siento- sentí su mirada y supe que estaba esperando a que hablara.

-Eso no es excusa, Nick,- esta vez voltee a mirarlo, miro mi maquillaje corrido por causa de las lágrimas de antes - pudiste enviar un mensaje de texto avisandome y así no perder mi tiempo, maquillándome y arreglándome.- Él solo se dedico a mirarme y a limpiar con su pulgar un que otra lágrima que habían quedado en alguna parte de mi rostro- Con tan solo un mensaje de texto, me hubieras ahorrado terminar así - me señale.

-Sam, perdóname. Mi celular se ha quedado sin batería y no he llevado conmigo el cargador- me levante, no soportaba más excusas sin sentido por parte de él- Sam, por favor, perdóname- me jalo hasta él y me abrazo, no lo abracé de vuelta, solo me quede ahí a esperar a que él me soltara. Siempre me ha gustado abrazarlo, porque el el olor de su perfume penetrado en su camisa me encantaba, pero este día no olía a su perfume de costumbre, este era diferente, olía a perfume de ¿mujer?, me separé bruscamente de él.

-¿Por que hueles a perfume de mujer?- no hablaba- Responde, joder

-Sam, es tu perfume, llevo unos minutos abrazandote, quizás el olor se quedó penetrado a mí

-No no, Nick, ese no es mi perfume.- me miro confundido- ¿Con quién estabas?, ¿Y qué tan importante era lo que estaban haciendo que se te hizo tarde para ir a cenar?

-Con nadie, Sam- miro a un lado- oh no, Maya-solto un susurro casi inaudible que logre escuchar

-Así que Maya,-Sonrei sinicamente- ¿y quién es ella?, bueno si se puede saber

-Sam, no es lo que parece, ella es quien me ayuda a terminar los documentos que llegaron a últimos momentos - dijo algo nervioso-Su perfume era muy fuerte por eso mi camisa debe oler así

-Si es tan solo una ayudante, ¿por qué te pones tan nervioso, querido? - lo rodeo con una sonrisa sínica y pasaba mi dedo índice por sus hombros- responde, querido.

-No estoy nervioso, Samantha, y ya te dije que es solo quien me ayudo hoy- me pare nuevamente frente a él

-Espero que duermas bien en el sofá, cariño- dicho eso, fui directo a las escaleras para subir a la habitación

-Samantha, por no hacer nada, ¿me mandaras a dormir en el sofá? - pare en seco, esto deber ser una broma, voltee a verlo y me miraba confundido

-Si no hacer nada significa para ti,-Lo señalé - dejarme plantada, llegar dos horas después de tu horario normal y que llegues oliendo a perfume de mujer, dejadme decirte que esta mal.- me di media vuelta, pero pare- Y si aún tienes la duda. Sí, dormiras en el sofá, duerme bien- subí a la habitación y cerré con un portazo

Fui al cuarto de baño, vi mi reflejo en el espejo, dios estaba horrible. Lágrimas no tardaron en salir, al pensar que Nick podría estar engañándome dolía y mucho, lo amo pero no se lo perdonaría, no tan fácil. Desmaquille mi rostros, me desvestí y tome una no tan relajante ducha acompañada de lágrimas, pensar en eso me estaba torturando, tan solo recordar la discusión de hace un momento no podía evitar soltar las lágrimas. Luego de salir de la ducha envolví una toalla alrededor de mi cuerpo, salí del cuarto de baño, me coloque la ropa interior, como pijama me coloque un camisón de Nick y finalmente me acosté, lo único que quería era descansar para así no estar tan cansada en el trabajo.

Ya es tarde para la verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora