Ya es tarde para la verdad

Capitulo ocho

Ya hacía unos meses de ese momento, durante todo este tiempo que ha pasado han vuelto mis celos y tenía mis razones, debido a esto hemos tenido muchas peleas últimamente. Y hoy me encontraba en mi oficina torturándome una y otra vez, debido a un mensaje de texto que le había llegado a Nick la noche anterior, "Hola, cariño, ¿nos veremos mañana?", el cual era de una mujer que no conocía, su nombre era Nicole, la curiosidad y los celos me estaban matando.

Estos últimos meses mi padre ha empeorado, y mi madre no puede evitar llorar al llamarme, para saludarme o darme noticias de mi padre, he evitado contarle sobre mis peleas con Nick, aunque quiera desahogarme no puedo contarle, ya que eso es asunto de Nick y mío. Salgo de mis pensamientos, al oír el abrir de la puerta y una mujer entra, no sé quién es, pero al parecer ella a mi sí.

-Samantha- dice con una sínica sonrisa y mirándome de pies a cabeza, y finaliza con un:-, hola

-Hola, ¿y tú eres?-digo con una sonrisa

-Nicole Martínez, querida- dice dándome la mano, la cual recibo con gusto- no vine a presentarme, vine a darte una pequeña noticia. Mira, querida tu podrás ser la esposa de Nick delante de todos, pero, querida, todos sabemos que Nick en realidad me ama es a mí. Así será de mala esposa para Nick, que me busca a mí para darle cariño y de la mejor forma, cielo- dice guiñando el ojo, mientras pasaba uno de sus dedos por sus labios, sentía tanta impotencia y unas tremendas ganas de llorar, con cada palabra que pronunciaba aquella mujer.

Me quede en silencio, quizás unos dos minutos, no podía evitar estar celosa de aquella mujer, ella era preciosa, su tez color canela, con unos ojazos grises, un cuerpo de infarto y un cabello bellísimo de color negro el cual le llegaba un poco más abaja de su espalda baja, tenía una sonrisa que podía cautivar a cualquier persona, y yo no tenía nada de eso, mi cuerpo era normal, mi piel morena, mis ojos mieles, y mi cabello no llegaba más debajo de mis hombros, y mi sonrisa no era perfecta como la de ella. No sé qué había hecho mal, para que Nick me engañara, aparte de que ella a mi lado era toda una modelo, no sabía que había hecho mal durante estos años. Salí de mis pensamientos, cuando escuche una tos falsa de Nicole

-Si ya terminaste, puedes salir de mi oficina en este instante, gracias por venir- digo con una falsa sonrisa y los ojos cristalizados, mientras señalo la puerta

-Ay, cariño, no te pongas así, siempre hemos sabido que eres la esposa cornuda de Nick- dice con una sonrisa que hace que mi paciencia se agote

-¡LARGATE DE AQUÍ, NO ME HAGAS LLAMAR A SEGURIDAD!- digo mientras me levanto de mi escritorio

-Ay, querida no te pongas así, nos vemos pronto, Sam- dice mientras se va con una triunfadora sonrisa

Ya estaba cansada de esto, Nick me iba a escuchar esta vez.