Ya es tarde para la verdad

Capítulo veintiséis

Silencio, mucho silencio y tensión es lo que se percibe en estás cuatro paredes.

-Samantha, necesitamos hablar. -habla y noto frialdad en su voz, me asusta... Y mucho, pero aún así acepto hablar con él.

Más tensión.

Puedo notar que Nick esta pensando muy bien lo que dirá, midiendo sus palabras. Me causa ansiedad, siento la necesidad de comerme las uñas de lo nerviosa que me esta poniendo.

-Sam... Vamos mal... Muy mal -habla al fin -Necesitamos arreglar esto cómo adultos, ya no somos un par de niñatos. Debemos tener claro que es lo que queremos, si salvar muestro matrimonio o terminarlo -toma una pausa, y me deja sin habla.

Mis manos sudan, siento mis ojos arder. Tengo ganas de llorar... Muchas.

-He tomado una decisión... Y es -calla. -salvarlo, no sé tú. -dice y siento mi cuerpo relajarse.

-Nick, quiero que volvamos a estar bien.  No te quiero perder. -Hablo, mi voz empieza a cortarse. Tengo muchas ganas de llorar.

-Tenía miedo de tu respuesta... -confiesa. mantengo silencio, esperando que continúe hablando. -Me alegra que quieras arreglar las cosas. -me sonríe, como respuesta le sonrió también

Admito que se acaba de quitar un gran peso de mis hombros.

Sí, tenia mejor dicho tengo miedo de perder a Nick. A parte de ser mi esposo, es mi mejor amigo, siempre ha estado cuando tengo mis crisis existenciales, cuando necesito un abrazo, aliento y seguridad.

Necesito el calor de su piel, su tacto, sus besos... Necesito de él.

-Nena... -habla mientras se acerca hacia mí. Me desconcierta tanto su cercanía a tal nivel que me pone nerviosa.

-Nick... -susurro cerca de sus labios, Nick toma paso libre y acorta la poca distancia que hay entre nosotros, sumergiendonos en un salvaje beso.