Capítulo nueve

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Me encontraba caminando en círculo, en la sala de estar y no sabía si era por la furia que tenía o quizás por el sermón que estaba preparando para Nick. Eran las 9:15pm y Nick nada que aparecía, quizás ha de estar revolcándose la cerda de Nicole. Toda esta situación me estaba empezando a afectar y de la peor manera, mi mente ha de ser una buena directora, ya que ha creado una increíble y cruel película. Trate de despejar mi mente, así que recosté mi cabeza en el sofá, según yo a tratar de esfumar todos esos malos pensamiento, pero fue en vano, no lo logre ni por un momento...10:45pm y ni rastros de Nick, hasta las 11:10pm cuando escuche el sonido de la puerta principal al abrirse con sumo cuidado, y de esta aparecía Nick con su corbata desamarrada y su cabello despeinado como si se hubiese pasado las manos una y otra vez. Iba directo a las escaleras que llevan a nuestra habitación, pero se detuvo al oír mi voz.

-Buenas noche, cielo, ¿tuviste un buen polvo?- digo desde el sofá, haciendo que él voltee a mirarme con cara de confusión

-¿Ahora de que hablas, Samantha?- dice mientras camina hacia mí

-Tan mala esposa soy que busca a otra para revolcarte, mientras yo me siento ene le sofá preocupa por si te ha pasado algo- digo mientras lagrimas caen por mis mejillas, sin saber porque

-Sam, no empieces de nuevo, no tengo otra mujer, ya me tienes harto de estas peleas absurdas, ¿Quién o qué te hace pensar que tengo una amante?- dice él, mientras se recuesta en el sofá y pasa sus manos por su cabello como ya es de costumbre al estar frustrado

-¿Quién es Nicole Martínez?- digo rápidamente y el voltea a verme confundido

-Una antigua compañera de trabajo, ¿por qué?

- Es ella tu amante, ¿no?- digo secando bruscamente las pocas lagrimas que quedan rondando mis mejillas

-No, Sam, ¿Quién te ha dicho eso?- dice, y yo me quedo en completo silencio, no sé porque, simplemente no salen las palabras de mi boca- ¡¿QUIEN TE HA DICHO ESO, JODER?!- doy un pequeño salto debido a su grito

-¡ELLA! ¡FUE ELLA, MALDITA SEA!- digo levantándome del sofá con mucha impotencia, dirigiéndome a la habitación, pero me detengo y volteo a mirarlo- Nick, esto me está doliendo y no sabes cuánto, y no solo porque te estés revolcando con ella, no, simplemente por el hecho de que nunca seré tan hermosa como lo es ella, porque si, es hermosa.- camino a las escaleras

-Sam... ¡SAM, POR FAVOR!

Al entrar a la habitación no pude contener más las lágrimas, y me solté en llanto, cierro la puerta y me recuesto en la cama a tratar de descansar. Luego de un rato, despierto, y Nick no esta a mi lado, me doy cuenta que estaba abrigada con una manta, de seguro fue Nick. Aguardo unos minutos, aun en la cama viendo a la nada, agarro el celular para ver la hora, 12: 31 am, había dormido una hora,e levanto de la cama, para ir abajo a buscar un vaso de agua.

Bajo las escaleras y volteo al linving donde se encuentra Nick viendo la televisión, ya con su pijama, la cual consistía de un pantalón de dormir y como de costumbre sin camisa, me quede observándolo, Nick era hermoso, su piel morena, sus ojos verdes agua, y su cabello negro desordenado por haber pasado tantas veces las manos por este, él era el prototipo perfecto para cualquier mujer, y hasta hace poco era sólo mío. No sé cuánto tiempo llevaba observándolo, porque Nick con una sonrisa de lado estaba mirándome, al ver aquella mirada, retome mi camino a la cocina. Abrí el refrigerador, agarre un vaso y coloque agua en este, mientras bebía el agua, escuche pasos que se detuvieron detrás de mí

Ya es tarde para la verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora