Ya es tarde para la verdad

Capítulo veintitrés.

Me encontraba en mi oficina un lunes por la mañana en compañía de mí ahora secretaria, Nadine, quien es un amor.

Había pasado una semana de caer en tentación con Nick.

-Bien, ¿entonces estas son las cuentas de las ganancias? –habla Nadine

Señala una carpeta llena de papeles que se encuentra en el escritorio.

-Sí, ya terminamos con esas –digo buscando la carpeta de la mercancía por pagar- Ahora, nos toca esta –hablo de nuevo cuando la encuentro

Bien, sacamos las cuentas y ordenamos todo los papeles que se encontraban tirados por toda la oficina.

Nuestro horario de trabajo había terminado, y era hora de ir a casa. A mi parecer habíamos terminado temprano, ya que aún se encontraban empleados en su puesto de trabajos.

Nadine y yo esperamos el ascensor mientras charlábamos y reíamos de algo que le había pasado con un chico.

-No te rías, Sam –dice tratando de ponerse seria –De verdad fue algo vergonzoso.

-Lo lamento, pero no puedo – digo riendo -, ¿cómo pudiste eructarle en la cara? –sigo riendo y entro al ascensor que acababa de llegar y abrir sus puertas.

-No fue algo que quise hacer –dice riendo – ya, Sam, para de reír –me regaña.

-Está bien, lo siento –trato de parar de reír.

Solo imaginar el hecho de que Nadine le eructo al chico con el que estaba empezando a salir, resulta que cuando ambos se a cercaron lo suficiente para besarse Nadine le eructo prácticamente en los labios, según ella se disculpó y salió corriendo.

Eso me causo mucha risa, el imaginarla corriendo por todo el lugar simplemente me hacía reír.

Al llegar a planta baja nos despedimos de Marie, la chica de recepción.

Nadine y yo preferimos ir de compras, como ya lo había mencionado es temprano y no quería ir a casa, aún faltaban dos horas para que mi esposo salga del trabajo.

Al salir de la recepción tomamos un taxi e ir directo al centro comercial.

Al llegar pagamos al señor del taxi y bajamos de este.

-Bien, vayamos a esa - Nadine señala la tienda

-Nadine,-la llamo- ¿desde cuándo se compra ropa en una tienda de helados?

Nadine ríe, -Sam, hemos caminado mucho –dice sentándose en una de las sillas del local abanicando su cara una mano exageradamente –necesito refrescarme

-Bien, señorita dramática – digo riendo y rodando los ojos -, pero ve tu

-Vale, ¿Cuál quieres? –se levanta.

-Mora – digo y me mira raro -¿Qué? –digo sin entender.

-Eres tan rara, jefa –rio.

-No me digas así – ruedo los ojos -, no soy de la típicas personas que piden helado de chocolate, como tú –digo y como repuesta me saca el dedo del medio.

Nadine camina en dirección a la heladería.

De regreso con un helado en cada mano Nadine toma asiento.

Al cabo de terminar de comer nuestros helados, y ver la hora, ya tengo que irme.

-Nadine, ya me tengo que ir, Nick esta llegando –Digo tomando mis compras, y botando los pequeños vasos –Tengo que hacer mis maletas

-Sí, también tengo que irme –dice tomando sus compras

-Vale, al llegar a casa te enviare un texto con los días que debes entregar las carpetas del día de hoy. –digo

Cuando tomamos nuestras cosas empezamos a caminar hacia la salida.

-Está bien, jefa –ríe, la fulmino con la mirada –vale, vale, Sam.

Al llegar a la salida, caminamos a la parada de taxis

-Nos vemos en dos semanas, Sam. Pásala bien, estarás de vacaciones, no te preocupes por la oficina yo me encargare, y te mantendré al tanto –dice

-Gracias, Nadine. Lo haré –digo

-Señorita, ha llegado su taxi –dice un señor de unos cuarenta año dirigiéndose a Nadine

-Gracias, un momento –dice y este asiente con la cabeza -Pásala bien, Sam. Te quiero mucho.

Nos despedimos con un beso en la mejilla, y ella se sube al auto.

Me alejo un poco de la parada de taxis y llamo a Nick.

-¿Hola?

-¿Dónde estás?

-Estoy llegando, amor. ¿Dónde estás?

-En la salida del centro comercial

-Vale. Ya te vi, por cierto, estas hermosa.

Cuelga y sonrío.

Mientras espero, le envió un mensaje de texto a Maryfran

Maryfran

¿A que hora sale el vuelo?
5:12 p. m.✔️✔️

Hola, Samantha. Bien, ¿y tú?
                                      5:12 p. m.

Ja ja ja, me alegro, mary. Bien.
5:13 p. m.✔️✔️

Me alegro, el vuelo sale a las once.
                                                  5:13 p. m.

Bien, te llamo luego. 😘
5:13 p. m.✔️✔️

Está bien, Sammy
                       5:14 p. m.

Guardo el celular cuando veo la camioneta de Nick estacionarse en frente de mí.

Baja la ventana, dios que esposo más sexi me gasto.

No se por cuánto tiempo me le quedo observando, porqué llama mi atención.

-Esposa mía, ¿te quedaras toda la tarde observándome como acosadora? Si piensas en violarme, tranquila que no te denunciare. Al contrario estaré feliz de que lo hagas. – Dice y sonríe -¿quieres violarme? –sonríe pícaramente.

-No te emociones.

-Tenía que intentarlo.- sube y baja los hombros haciendo una mueca con los labios.

-¿Terminaste de hacer tus maletas? –pregunto, y volteo a verlo.

-No, me faltan algunas cosas –dice, y coloca su mano libre en mi muslo –imagino que las tuyas aún no están listas

-No, las hago en cuanto llegue a casa

-Dejando todo para último momento – dice negando con la cabeza, para luego sonreír.

-Cállate –sonrío.

Para el auto en un semáforo rojo.

Nick esta entretenido mirando por la ventana. Me levanto un poco del asiento, lo tomo de la cara para luego unir nuestros labio en un tierno beso.

Nos separamos debido al sonido de las bocinas de los otros autos. El semáforo había cambiado a verde.

Me acomodo en mi asiento y un sonriente Nick pone en marcha el auto.

-Vaya, Sam – dice -¿te sientes bien?

-No empieces –digo, sonriéndole

-No, en serio. Estoy hay que celebrarlo, Samantha Hanks besándome sin yo pedírselo, eso es nuevo –dice y coloca nuevamente su mano en mi muslo

-Ya, Nick. Déjame – volteo a verlo y sonrío

-¡Dios!-dice -Qué hermosa eres, esposa mía. Te amo.

-Te amo mucho más.

Nick para el auto en un lugar que no es la casa. Un lugar desconocido para mí.