《Capítulo 6》

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Adiós tía Sammy.

El celular se me cae al suelo haciendo que todos me miren, mis ojos estaban apunto de sacar lágrimas y mis manos empezaron a temblar a medida que iba procesando la noticia.

Mi tía Sammy.

— ¿Mikela? — pregunta Ian desde su asiento.

Siento una mano en mi hombro pero no sé de quien es, no quiero saber de quien es. Recojo mi celular del suelo  y marco a Valentina limpiando mis lágrimas.

— ¿Cómo pasó? — pregunto y escucho sollozos.

— La tía Sammy estaba ebria... ella...

No quiero escuchar más, ya no quiero sufrir más perdidas. ¿Por qué la vida tiene que ser así? ¿Tan mala soy para que sufra siempre? ¿Por qué no hay ni siquiera un momento de felicidad? ¿Por qué ahora?

— Volveré a Francia. — digo y cuelgo la llamada.

Me pongo de pie lo más rápido que puedo y salgo del restaurante, trato de coger un taxi pero ninguno se detiene. La desesperación está apareciendo y las ganas de golpear a alguien también.

— Sube. — Lucas me coge del brazo y me hace subir a su auto.

Me siento y Lucas sube muy rápido, veo a los demás saliendo del restaurante recién pero Lucas ya arrancó el auto. No hablamos de nada y agradezco eso, no quiero hablar con nadie ahora, solo quiero irme a Francia de nuevo.
Mi tía Sammy ha sido como una hermana mayor en Francia, me ha cuidado, me ha dado de comida, me ha dado una cama para dormir, hasta ha escuchado mis llantos por las noches y ella fue la que me llevaba leche para tratar de dormir. Si, ella bebía mucho pero también sé que ella se cuidaba, no manejaba ebria y siempre respetaba las señales de tránsito. Mi tía Sammy no está muerta.

Cuándo veo que Lucas estaciona me bajo del auto, introduzco la llave y veo a mi madre y Pablo sentados en el sofá. Zeus me ve llegar y se aproxima a mi pero yo solo subo las escaleras a toda prisa. Saco la maleta de mi armario y empiezo a llenar ropa, cargador, mi bolsa de aseo, todo lo que voy a necesitar.

— ¿Qué estás haciendo? — me pregunta mi mamá entrando a mi habitación.

— Hago mi maleta. — digo limpiando mi rostro de las lágrimas. — No puedo llevar a Zeus, así que cuídalo.

Mi madre quita la ropa de mi maleta y la mito hecha furia.

— No vas a ningún lado. — dice ella guardando mi maleta en el armario de nuevo.

— ¿Qué diablos haces? — espeto molesta. — ¡La tía Sammy está muerta!

Grito mezclado de un sollozo, el rostro de mi madre no parece tan afectado pero algo de tristeza veo.

— Ya lo sé Mikela, por eso volvimos antes.

¿Ella lo sabe?
¿Cómo es posible eso?

— ¡Vaya, pero que bien tomaste la noticia! — digo molesta.

Ni una lágrima veo salir de sus ojos, no veo nada que muestre tristeza, tristeza como la mía.

Enamorándome de alguien más (Olvidarte para siempre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora