《Capítulo 33》

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Princesa.

Ahora que me doy cuenta, siempre estoy nerviosa.

¿Es un don? ¿Una maldición?

Nunca lo sabremos.

— Mikela, ya estoy yendo a la casa. ¿Quieres que pase por el supermercado? — pregunta mi madre desde la otra línea.

— En realidad, quiero hablar contigo y con el abuelo. — suelto sin dar rodeos a todo esto.

— ¿En serio? — pregunta y estoy segura que piensa que esto es una broma de mal gusto.

— ¿Puedes llamarlo? — pregunto cruzándome de piernas.

— Eres la mejor hija de la historia. — dice con el tono de voz alegre.

— Todavía no lo he perdonado.

— El simple hecho de que quieras escucharlo te hace la mejor hija de la historia.

Ok, no voy a llorar.

Eso ni tu te lo crees, pendeja.

— Ya mamá, en serio solo quiero escucharlo. — digo tragando grueso. — Te espero en la casa.

Cuelgo la llamada y Lucas me arropa en sus brazos, Mia y Valentina salieron a comprar ropa hace un rato y me dejaron sola con Lucas.

— Eres una buena persona. — susurra en mi oído, entierro mi rostro en su pecho.

— No digas eso. — abrazo con más fuerza a Lucas y él coge mi rostro entre sus manos y me mira a los ojos.

— ¿Te acuerdas que te dije que siempre soy sincero? — asiento con la cabeza. — Entonces debes saber que si eres una buena persona.

No puedo seguir mintiendo en esto, debo decirle sobre lo que pasó con Elliot. No puedo dejar que él siga en esta mentira, Lucas no merece ser lastimado y estoy segura que me va perdonar, si yo le digo me va perdonar y todo será como antes.

— Lucas, debo...

— ¡Mikela! — escucho a mi madre desde abajo.

Bueno, ahora sé que no perdió la costumbre de gritar.

— ¡Ya llegamos! — vuelve a gritar y escucho la puerta cerrarse.

Miro a Lucas.

— Suerte, Ross. — dice y me da un beso corto.

Supongo que ahora tendré que esperar, se lo diré después.

— Te esperaré aquí. — se sienta en su cama y coge un libro de la mesa de noche.

— Te veo luego. — digo y  salgo de su habitación.

Suspiro y no puedo creer que estaba apunto de decirle a Lucas toda la verdad, no quiero perderlo pero estoy segura que él me va perdonar, si, él me va perdonar.
Bajo las escaleras y veo a mi madre sentada en el sofa, mi abuelo está sentado a su costado y al verme una sonrisa se forma en su rostro.

¿Es una sonrisa sincera?

— Gracias por querer verme. — dice él sonriendo.

Me siento al frente de ellos con los brazos cruzados.

— Te escucho, empieza. — digo tomando valor y cediendo la palabra a ese hombre.

Malcom toma aire y me mira.

— No podía dejar mi pasado atrás, yo soy un ex presidiario y eso nadie lo va cambiar. — junta sus manos. — Maté a alguien y vivo con eso — abro los ojos al escuchar eso — por lo que tengo entendido tus padres no te contaron el motivo de mi condena.

Enamorándome de alguien más (Olvidarte para siempre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora