《Capítulo 38》

546 63 132
                                    

No me pidas que llore.

Una fuerte luz hace que abra los ojos, gruño porque en serio estaba durmiendo muy plácidamente.

Un momento... está no es mi habitación.

No está mi peluche de Bob esponja a mi costado.

No está mi sábana de plátanos.

No estan mis pantuflas de patos que hacen ruido al pisarlos.

¿Se dieron cuenta que mi color favorito es el amarillo?

— ¡Gracias a Dios! Mikela. — observo la habitación en la que estoy.

Es una habitación de hospital, mi madre coge mi mano y la besa muchas veces. No querrá saber que toco con esa mano...

Veo a Lucas parado en una esquina con los ojos brillosos y tristeza. Mia y Valentina están mirándome con atención y preocupación. Esto de ser el centro de muchas miradas no es lo mio.

— Iré por el doctor. — dice Valentina, veo que tiene los ojos llorosos al igual que todos aquí.

¿Qué diablos pasa? ¿Estoy muerta y solo está mi alma aquí?

Me siento en la cama y ya no siento el dolor en mi vientre y tampoco en mi zona íntima. Que cólicos tan fuertes, como quisiera tener un pene en vez de una vagina. Es injusto, los hombres no sangran cada mes.

— ¿Por qué todos están como si alguien hubiera muerto? Yo estoy bien. — digo pasando un mechón de mi cabello por detrás.

Mi madre me mira con los cristalizados y toca mi mejilla. Suelta un suspiro y me da un beso en la frente.

La puerta se abre y un señor con bata blanca entra, tiene los artefactos que usan los doctores y nunca aprendo sus nombre. Me da una sonrisa de boca cerrada y se para frente a mi.

— Me da gusto que hayas despertado, solo dormiste unas horas. — dice con la voz gruesa, veo que estoy con una bata de hospital lo cual me aterra.

No me gustan los hospitales, pase mucho tiempo en algunos por mis problemas con autolesion y decidí no volver a un hospital si puedo evitarlo.

— Los cólicos no me suelen afectar tanto. — digo y se me queda viendo.

— No fue por los cólicos Mikela. — dice el doctor y toca mi frente. — ¿Sientes dolor en alguna parte de tu cuerpo? — pregunta y apunta algo en su portapapeles.

— No. Me siento mejor. — suelto con sinceridad.

Es como si alguien me hubiese dado una bofetada en la concha , pero ya pasó.

— Me alegra, dejaré que tu familia te informe de lo sucedido. — dice antes de salir por la puerta.

Miro a mi madre y ella suelta aire.

— ¿Quién me lo dirá? Muero de la curiosidad. — bromeo.

La verdad es que no me importa saberlo, lo importante es que yo estoy bien.

Valentina y Mia me dan una sonrisa forzada mientras que Lucas se me queda viendo sin decir nada.

— Hija. — dice mi madre cogiendo mi mano fuertemente. — Necesito que seas fuerte.

— Me estás asustando. — digo tratando de sonreír pero no me sale.

— Tuviste un aborto. — suelta ella haciendo que me quede en shock.

¿Escuché bien?

Miro a Valentina y Mia esperando que digan algo pero solo bajan la mirada. Veo a Lucas, quiero que lo niegue, pero no lo hace.

Enamorándome de alguien más (Olvidarte para siempre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora