《Capítulo 34》

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Mikela, me estás torturando

Desconocido.

Mis jugadas están siendo perfectas, este juego cada vez hace que me entretenga más. Formo una sonrisa al quitarme la máscara.

Mi última jugada será algo que nadie lo verá venir, algo que hará que todos me tengan respeto y devoción ante mi, estoy haciéndole una favor a la humanidad. Necesitan un cerebro como el mío, todo lo que hago es por ella, su purificación salió como lo esperaba, ahora solo falta la purificación de los demás. Todo persona tendrá que rogarme por su vida porque solo yo podré decidir si su alma vale la pena, o no.

— ¡La cena está lista! — grita esa mujer desde arriba.

— ¡Enseguida voy, mamá! — grito para que ella no tenga que bajar.

Cada peón se mueve como yo quiero, solo debo esperar a mi última jugada.

Mikela.

Corro hasta esa estúpida caja, la cojo entre mis manos y con rapidez le quito el listón para abrirlo.
La zanahoria de Atenea está aquí y una nota pegada en el peluche.

Dónde todo inició tu perra esperará.

Hay un sobre al costado y veo que tiene el logo de Lemon High.

Señorita Ross.

Es un gusto saludarla por medio de está carta para hacerle una invitación a nuestro Instituto Lemon High, nuestro propósito con esto es que pueda enseñarle a los nuevos estudiantes las ventajas de tenernos como centro educativo. No se preocupe, no estará sola en este recorrido. Espero su presencia el día viernes 10 de Mayo a las 8:40 a.m.

Atte.
Su profesora de Literatura.

Tiro la caja contra la pared, jalo mi cabello por la desesperación y veo mi lámpara de platanos que me regaló Ariana.

Todo esto es su culpa.

La cojo entre mis manos y la tiro haciendo que se estrelle contra la pared, veo como la lámpara de hace años se hace añicos haciéndome caer de rodillas.

— ¡Maldita Ariana, por tu culpa Atenea está en peligro! — grito golpeándome el estomago.

Todo esto por la culpa de Ariana, por sus malditas cajas y sus cartas de mierda. No es mi culpa que ella haya decidido quitarse la vida, no es mi culpa pero me están haciendo pagarlo.

Primero matan a mi Zeus, y ahora quieren hacerlo con Atenea.

Esto es tan injusto, yo no me he suicidado, yo no tengo la culpa de Ariana se haya quitado la vida, nada de esto es mi culpa.

La puerta de mi habitación se abre y Lucas me mira en el suelo, observa la lámpara en el suelo, me da una sonrisa de boca cerrada y se sienta a mi costado.

— No tengo la culpa. — digo mirando el suelo.

— Lo sé. — responde calmado. — Desahógate.

Aprieto mis labios y suelto aire, quiero deshogarme, quiero hacerlo.

— Ariana tiene la culpa de todo, ella tiene la culpa de que Zeus este muerto y Atenea este con ese psicópata que puede hacerle cualquier cosa.

Enamorándome de alguien más (Olvidarte para siempre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora