La última Esperanza (The Last Hope)

"Eres perversa"

Capítulo 14: "Eres perversa"

-Emma, no puedo dormir si me estás mirando así.

-¿Por qué? Si estoy callada y quieta.

-Porque es súper creepy y me pone nerviosa tu cara de boba.

-¡Ey! Más respeto.

-Oh, ¿ahora vas a aprovecharte de tu recién adquirida posición para demandar respeto? La verdad no ofende.

-No te pases.

-Por favor, ve a dormir a casa – Hope suspiró – mira a Regina, se ha quedado dormida de cansancio sobre mi cama – la rubia pequeña acercó su mano y acarició tiernamente el rostro de su madre – Regina – la llamó – Regina – la morena dio un salto.

-Me he quedado dormida – anunció como si fuera una novedad.

-Venga, Gina, vamos a casa a descansar – le pidió Emma dándole la mano para tirar de ella hacia la calle.

-Pero Hope...

-Madres, por favor, quiero dormir y con ustedes aquí no hay manera – rezongó divertida – así que vayan a casa a descansar y mañana me traen un cappuccino y una bagel con queso crema, por favor – indicó acomodándose en la camilla y cerrando los ojos – Buenas Noches.

-Que demandante – comentó Regina cuando salieron al pasillo.

-¿Me preguntó a cuál habrá salido? – Emma sonrió de medio lado cuando vió a la alcaldesa rodando los ojos.

Ninguna pareció apresurada por llegar a la mansión, a pesar de la hora. En lugar de llegar con magia, usaron el escarabajo de Hope que seguía estacionado frente al hospital. No hablaron de nada hasta llegar dentro de la casa. Ambas tenían cosas en que pensar. Al traspasar la puerta, Emma notó la tensión que floreció entre las dos y cómo la morena huía escaleras arriba.

-Regina – la llamó y la mujer se detuvo al tercer escalón, sin girarse - ¿no me darás las buenas noches?

-Buenas noches – contestó la alcaldesa.

-Regina – insistió la rubia.

-¿Qué?

-Quiero un beso de buenas noches.

-Y también vas a querer que te arrope - Regina resopló y se giró a verla – y luego la demandante soy yo.

-No, no eso precisamente - Emma meneó la cabeza para apoyar su parlamente y se acercó a la otra mujer de forma seductora.

-Tú lo que quieres es liarme – acusó Regina.

-Yo sólo quiero un beso – repitió Emma y rozó los labios de Regina con los suyos con suavidad – un beso tuyo – redundó al notar que la morena no respondía a sus avances, intentándolo de nuevo.

La morena suspiró aparatosamente ante ese nuevo roce, perdiendo parte del control que ejercía sobre su cuerpo – lo que quieres es liarme – insistió apenas audiblemente, ejerciendo luego presión sobre los labios de la sheriff.

El beso se fue acelerando y la morena pareció olvidar momentáneamente su cansancio, al igual que las acusaciones. Estaba demasiado implicada en hacer suspirar a Emma mordiendo suavemente sus labios. Volvió en si cuando la rubia lamió sus labios con frugalidad. Levantó su dedo acusador - ¡ves! ¡Lianta!

-No parecías muy disgustada con nuestras buenas noches.

-No eres nada romántica, Emma Swan, te pasas años teniéndome a dos velas y ahora, en una noche, quieres superar todas las etapas – se quejó la morena.