Por nacimiento y por elección

2.6K 278 69
                                    


Capítulo 20: Por nacimiento y por elección

Sin los vórtices la calma comenzó a reinar alrededor. No había sombras, no había oscuridad, ni maldición, ni amenaza. El cielo azul brillaba sereno. Emma casi no se podía creer que lo hubieran solucionado. Lo achacaba a la ambición desmedida de los oscuros que les hicieron tomar malas decisiones. Ella lo había dicho, las emociones mal manejadas podían ser la perdición y resultaba que la ambición de lo oscuros, unido a la ansiedad en la que se habían visto sumidos los últimos tiempos, fueron lo que los llevaron a la perdición. Ellos se habían condenado a sí mismos. La maldición que estaba destruyendo la magia ya no existía. Ellas estaban juntas y el amor verdadero había conseguido alzarse victorioso.

Rumple abrazó a Belle aliviado y Hook suspiró sintiéndose eufórico. Todos se sentían serenos de haber puesto fin a aquella amenaza. El reino sin magia permanecía ignorante de lo cerca que estuvieron de un espiral de tragedia.

Entonces, ¿por qué no se sentían realmente felices?

Hope caminó a duras penas hasta donde estaba su familia y con las manos abiertas siguió pidiendo que no la tocaran – no, no me toquen, mi magia se desvanece – explicó – y la necesito.

-¡Cariño! Por favor – le rogó Regina – si te damos un poco de nuestra energía...

-¡No! No funciona así, recuerda, mamá, no olvides que lo prometiste – suplicó.

-No hay mundo donde ir, hija – Emma trató de hacerla entrar en razón – quédate con nosotros.

-¡BASTA, POR FAVOR! – Hope rompió en llanto – ¿No se dan cuenta lo duro que es decirles adiós? – sollozó inconsolable – no tienen idea de lo mucho que me cuesta dejarlos, pero ahora todo tiene sentido – repitió con una gesto de consuelo que nadie conseguía comprender.

-Hope... tu cuerpo – Henry notó que podía ver a través de su torso – está desapareciendo.

-Así tiene que ser – dijo ella – mi mundo desapareció y yo desaparezco con él porque no pertenezco a este lugar, a este momento – meneó la cabeza negando – me pase días enteros pensando por qué mis madres insistían en que fuera yo la que cruzará al otro Storybrooke, a este, no lo comprendí hasta que vi tu poder, Emma, y el poder que tienes cuando estas con Regina – derramó copiosas lágrimas, pero no cesó de sonreír – es por eso que estoy alegre a pesar de que me muero de tristeza, porque las he reconocido a las dos, lo he comprendido - repitió.

-¿Qué comprendiste, pequeña? – le preguntó Snow - ¿qué es eso que te hace sonreír a pesar de estar triste?

-El futuro, abuela, el futuro – Hope alzó los ojos al cielo – saber que no voy a perderme como si no hubiera existido – vio las miradas de desconcierto de sus madres – Regina – le llamó la atención -¿te acuerdas lo que te dije el día que me preguntaste si dos mundos alternos podían ser iguales?

La morena hizo un esfuerzo para recomponerse y contestar – que no, que no tendría sentido que dos mundos iguales existieran.

-Exacto.

-¿Qué quieres decir, Hope? – preguntó Emma.

-Que no voy a perderme, mamá, porque mi realidad, mi presente, es el futuro que les espera.

-¿Qué? – Henry pestañeó aparatosamente.

-Ellas lo sabían, ellas me enviaron a mí hasta aquí porque sólo yo podía restaurar la armonía de estos dos mundos paralelos que no conseguían coincidir y que fue lo que comenzó la maldición que nos trajo a este punto – Hope sonrió – mi Storybrooke es el fruto de un deseo – sollozó con fuerza en medio de un risa emocional – y supongo que yo también.

La última Esperanza (The Last Hope)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora