No Apto Para Parejas Normales 1

Capítulo 33

Jenna.

Me encontraba en clase de física, el profesor estaba dando una clase que ya tenia porque yo había entrado al salón de karen, mi amiga de otra sección, me quedé con ella cuando entró de repente el profesor para dar la clase e irse, ya aproveché para copiar y entender la clase, y el profesor me conocía y no me regañó por estar copiando en su clase cuando no me tocaba, más bien, se quedó tranquilo y me preguntaba si entendí y si no, para volver a repetir.

Más profesores así, por favor.

Estaba pensando lo que pasó en la noche después de mi cumpleaños.

«Me subí al regazo de Anthon, él estaba sorprendido.

Coloque mi cabello rizado aun lado y mis manos en sus anchos hombros.

—Anthon—Murmuré, sensualmente—, respira, pendejo—Le dije, bajamente, ya que noté que estaba tan tenso que apenas respiraba.

Me tranquilice un poco, volvió a respirar, pero ésta vez, algo agitado.

—Lu-lues... Luc-ces...

—¿Increíble?—Completé.

Él asintió, muriéndose el labio.

No sé dónde apareció esta Jenna atrevida y sensual, pero me gusta.

—Me encantó mucho el regalo—Puse una de mis manos en su pecho, y la otra la deje en sus hombros, la mano que estaba en su pecho, lo baje lentamente hasta llegar a su vientre.

—Jenna...—Su voz sonó más ronca.

Lo besé, y mordí, alejándome poco a poco,  y decirle;

—Me encantó la canción y esto—La mano que estaba en su hombro lo puse un costado de mi cuello, baje hasta mi pecho derecho y empecé a jugar encima de mi pezón, él tragó saliva.

Después empecé a bajar hasta llegar a las diminutas bragas.

—Jenna, creo que no sea buena idea que hagas eso po-por...

Coloque su mano en mi pierna derecha, cubierta por las medias altas de redecilla color negra, sabía que amaba eso y verlo en mí hacia que algo en él despertara.

Y no precisamente su corazón.

—Anthon—Lo llamé, capturando nuevamente su atención ya que estaba muy concentrado en verme las piernas.

Él me miró y lamió sus labios.

—¿Si?—Tragó saliva, después de responderme.

—Besame—Susurré cerca de su boca.

Él me besó con intensidad y si no estaba mojada con lo anterior, parecía un mar ahí abajo.

Empecé a moverme sensualmente, encima de su pantalón, él gruñía y yo jadeaba por esas deliciosas sensaciones.