20 - Noche de lluvia (y II)

808 40 394
                                    

N/A:

¡Hola! Sed bienvenidos y gracias por leer  ^_^

Suelo poner las notas al final del capítulo, pero creo oportuno avisar antes de leer en esta ocasión, pues en este capítulo utilizo lenguaje explícito y, si bien no va a haber ninguna escena especialmente fuerte (todos: oooooooooooh…), si va a ser subida de tono. Por lo tanto, si algún lector es especialmente sensible o le da vergüenza o yo-que-sé, le recomiendo que deje de leer y nos veremos, si quiere, el viernes que viene por aquí.

Sin más, os dejo con el capítulo y espero que sea de vuestro agrado.


_____



—¿Qué haces sin camiseta?

Él curvó los labios de puro nerviosismo y emoción. Dieciocho enterró la cara en el hueco entre el cuello y su hombro, sonriendo también.

—No tienes remedio —murmuró y besó imperceptiblemente su piel.

Krilin cerró los ojos y acarició la cabeza de ella, sin pensar en otra cosa que en la ternura que desprendía la muchacha que cubría con sus brazos, y en conciliar el sueño de ambos.

Como contrapunto al silencio reinante en la habitación, la lluvia seguía poniendo la banda sonora, de trasfondo, a una noche que no terminaba, pues Dieciocho no se dormía. En la curva que formaba su garganta, Krilin sentía las pestañas de la androide moviéndose cada interminables minutos en un lento vaivén, al igual que cuando estaba despierta.

—¿Sucede algo, Dieciocho? —preguntó en susurros, sin abrir los ojos, besando luego la sien de ella.

—No —respondió contra su piel, estremeciéndolo entero con su particular todo de voz, aunque sonaba una octava por debajo de lo habitual—, es sólo que tengo curiosidad.

Ay, Dios”, se dijo Krilin temiendo saber de lo que se trataba.

—¿So-Sobre qué, amor?

No tenía ningún sentido marear la perdiz, iría directa al grano:

—Sobre el sexo —dijo en una exhalación. De pronto, se sintió abrazada a una estatua.

Esperó un poco a que reaccionara. Había previsto que eso pasaría. Por su parte, el corazón de Krilin había entrado en arritmia.

Consiguió hablar luego de conseguir estabilizar su respiración y centrar la mente:

—¿Q-Qué quieres saber exactamente?

Dieciocho sonrió divertida pegada a la piel de Krilin, sintiendo a través de ésta el torbellino de emociones que intentaba controlar: las pulsaciones se habían detenido unos breves instantes y, acto seguido, se habían acelerado hasta un punto casi preocupante; su pecho se agitaba sin sentido al respirar, y su piel… ardía.

—Pues… qué se siente.

—Oh —“¡Mierda, mierda, mierda!”—… em… Es difícil de explicar —dijo dubitativo. Si quería ser consecuente, debía evitar a toda costa la palabra mágica para ella: divertido—… Es como un cosquilleo intenso y no quieres que se detenga.

—¿Es… divertido? —ella también quiso evitar esa palabra y deseaba con toda su alma que le dijera que no para perder su atención en ello.

—Es posible —dijo Krilin en un hilo de voz y después de una pausa. Notó el cuerpo de la muchacha tensándose entre sus brazos. Era lo peor que podría decirle, pero ¿cómo mentirle? Ahorra tocaba la parte más dura, explicarle porqué no podrían probarlo esa noche—. Mira, Dieciocho, pienso que es precipitado hacer nada hoy. No estoy preparado y tenía la ilusión de reservar nuestra primera vez, si es que se daba, para una ocasión más especial. Espero que no te enfades.

Noches en Blanco || Krizuli (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora