Noches en Blanco || Krizuli (Completa)

Epílogo - Nana

Un mirlo me recibe cantando desde el cerezo del jardín.

El día clarea y la ventana de nuestro cuarto está entornada. Seguro que la has dejado así para que entre directamente por aquí.

Ha pasado mucho tiempo desde que salí de caza por última vez y he tratado de llevarlo a cabo de la forma más eficiente y de noche, así he conseguido tardar lo menos posible, y aunque la noche fuera se me ha pasado volando, he de reconocer que tenías razón. Como la mayoría de las veces.

Despacio, deslizo la hoja de la ventana, sin hacer escándalo, y entonces el calor del hogar me embebe, al mismo tiempo que os veo sobre los jergones, a las dos personas más importantes del mundo para mí.

Tú pareces haberte desparramado en sueños sobre las mantas y Marron… nuestra hija tiene el sueño tan ligero como el de su madre. Sin querer, la he despertado y viene a recibirme gateando.

—Te he desvelado, ¿eh? —le digo en susurros cuando pongo los pies sobre la tarima. Marron extiende sus tiernos bracitos hacia mí y es tan irresistible que la alzo en brazos sin pensarlo—. Es muy temprano para hacer gamberradas, hay que dejar descansar a papá.

Se arrebuja contra mi pecho y su cuerpecito me colma con su calidez. La estrecho y agacho la cabeza para llenar mis pulmones con su tibio y dulce aroma.

Cómo te he echado de menos.

El cielo sigue con ese color apagado previo al alba, aunque los pajarillos empiezan con sus trinos sin importarles la falta de luz, pregonando la inminente llegada del sol.

La niña restriega su carita contra mi blusa y sus ojitos parpadean con pesadez. Aún tiene sueño. Voy a cantarle para dormirla:

Mirlo que cantas al amanecer
toma estas alas rotas
y a volar has de aprender.
Toda tu vida esperaste
este momento para renacer.

Marron bosteza, el arrullo funciona.
Le acaricio su cabecita, justo como me gusta que lo hagas conmigo, y su cuerpecito va cediendo al peso del sueño rápidamente.

Mirlo que cantas al amanecer
Toma estos ojos hundidos
y a mirar has de aprender.
Toda tu vida esperaste
este momento para libre ser.

Marron se duerme y yo parezco una tonta meciéndola y cantando en susurros para no despertarte.

Debe ser la falta del hábito de estar separados, pero me siento nostálgica. La he echado en falta a ella y, es una tontería no reconocerlo, también a ti. Arroparnos en sueños el uno al otro es uno de los mayores placeres que he probado en mi… vida.

Claro que lo poco que he vivido sin ti, no podría llamarse vida, sino existencia, a secas. Sobreviviendo al dolor, esclava de un destino siniestro del cual me liberaste.

Mirlo, vuela.
Mirlo, vuela
a la luz de una noche
oscura y negra.

Marron se ha dormido profundamente y me giró para dejarla a tu lado, para que continuéis vuestro descanso.

Me arrodillo junto a ti, al amparo de tu candor —en ocasiones creo poder entender cómo funciona eso de detectar el ki—, y el sopor me invade cuando deposito a nuestra hija en el camastro, cerca de tu pecho.

Esta granujilla me ha quitado mi sitio. Yo solía estar ahí, pero ahora le toca a este pajarillo aprender a volar. Y el sustento de nuestro amor es lo que la hará libre de hacerlo cuando esté preparada, sin ataduras que la sometan.

Tu amor me liberó, Krilin. Gracias a ti aprendí a volar alto, a ser humana de nuevo. Me has dado todo lo que tenías, sin reservas ni condiciones, las cosas buenas y con las malas, para que pudiera ser quien realmente soy, lejos de la idea de verme como un objeto o una amenaza.

Tal vez no lo creas, pero pienso en ello cada día, a cada instante. Sobretodo desde que nació Marron.

Gracias, mi amor.

La ventana abierta está dejando entrar la fresca brisa de la mañana y os voy arropando antes de ir a cerrarla.

Sin embargo, has abierto los ojos cuando he ido a acariciarte la mejilla. Y me sonríes. Amo tus sonrisas… porque me contagian.

—Buenos días —murmuras.

Acerco mi rostro al tuyo.

—¿A dónde vas tan temprano?

Tus labios me responden con besos en lugar de palabas, y me cuentan que me has extrañado tanto como yo a ti.

Mirlo, vuela.
Mirlo, vuela
a la luz de una noche
oscura y negra.

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Rocío.

Almería, 20 de junio de 2019.

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N/A:

Songfic inspirado en Blackbird, de The Beatles.

Gracias por haber compartido un trocito de mí con este fanfiction.

Os llevo en el alma. Un abrazo y mucho amor a todos.