La tarde transcurrió cuando la noche apareció.
Yugi limpio su área de trabajo, se levanto y agarro sus cosas para irse.
Ya había trabajado mucho, incluso le avanzo a algunos de sus proyectos personalizados.
Era hora de irse a casa y descansar.
Salió de su oficina para irse .
-.-.-.-
—¡Mago oscuro, ataca sus puntos de vida directamente!.—Grito con emoción al ver a su mago atacar a Kaiba directamente y este que perdiera sus puntos de vida a cero. —He ganado.—Declaro Yami con una sonrisa, se sentía orgulloso, ¿acaso su padre también lo estaría?.
Cuando los monstruos desaparecieron y el terreno donde llevaban acabo su lucha desapareció, Kaiba se dejo caer arrodillado y derrotado.
—No es posible.—Murmuro él, sintiendo la furia correr por sus venas. Golpeó fuerte el suelo bajo suyo.
—¡Padre!.—Yami corrió hacia el castaño para auxiliarlo, más este fue empujado bruscamente hasta que cayo al suelo.
—¡Qué no me digas así!.—Grito con evidente enojo. —¡¿Cuantas veces debo de repetírtelo?!.—Dijo mientras se levantaba.
Yami bajo la mirada, había olvidado por completo que no debía de decirle así a su creador.
—Perdón.—Dijo Yami.
Las puertas se abrieron enseguida y una peli-negro paso con una gran sonrisa.
—¡Eso a sido asombroso!.—Dijo Mokuba con evidente felicidad.
Kaiba se reincorporo como el tricolor.
—Faltan detalles. No te emociones por nada, Mokuba.—El castaño acaricio la cabellera de su hermano en gesto de cariño. —¿Cómo esta la empresa?.—
—De maravilla hermano, va muy bien.—
—Me alegra oír eso. —Dijo Kaiba.
Los doctores hicieron presencia y Kaiba dio la señal para que se llevaran a Yami para que lo analizaran.
Cuando estuvo afuera, el oji-zarco miro directamente a su hermanito.
—¿Y Muto? ¿Cómo esta él?.—
No era de extrañarse de que su hermano gustaba del amatista, después de todo se habían vuelto muy cercanos.
—Esta bien.—Respondió Mokuba.
—Genial.
—Oye hermano, ¿puedo conocer a Yami?.—
—¿Para que? Ya lo haz visto.
—Pero no e hablado con él . Además me causa una enorme curiosidad, por qué...—Y entonces Mokuba cerró la boca, no era correcto hablar sobre que "Yami" no era el verdadero Atem, por qué sí lo hacía; su hermano iba a tener otro ataqué de ansiedad.
Ya era bastante malo su obsesión por Atem y decirle que Yami no era él Faraón, empeoraría las cosas.
¿Debería de considerar encerrar a su hermano en un hospital psiquiatrico?.
Kaiba lo pensó un poco, ¿no haría daño verdad?.
—Esta bien, pero no le menciones a Yugi, ¿entendido?.—
—Sí, te lo prometo.
-.-.-.-
—Sus análisis son normales, no hay ningún anomalía.—Yami prestaba atención a las palabras de los doctores mientras estaba sentado en la camillas
—¿Puedo hacerles una pregunta?.—Pregunto él.
Los doctores negaron.
Yami no dijo otra cosa. Solo se recostó en la camilla hasta que los doctores salieron de la sala.
—Oye .—
Yami abrió sus ojos al ver a un niño de cabellera azabache, pequeño y con la mirada curiosa, ¿Qué no era el hermano de su padre?
—Mokuba.—Pronunció Yami .
—Parece que te sabes mi nombre.—Sonrió Mokuba impresionado.
Yami asintió repetidas veces mostrando una sonrisa amable y cariñosa, algo que Atem no haría; apenas y el faraón sonreía y eso solo era con Yugi y sus amigos.
—Durante mi creación, tú siempre estabas ahí.—Le dijo Yami.— A cualquier hora.—
—¡Impresionante!, ¿cómo sabes eso?.—
—Por qué aveces.—Yami miro sus manos, recordando pequeños recuerdos en donde ya tenía un cuerpo físico, mente propia, vida.—Abrí un poco los ojos para saber que estaba pasando a mi alrededor y en una de esas te vi.—Los ojos de Yami centellaron de alegría.—Por cierto.—Se levanto de la camilla y se coloco en frente del azabache y se inclino un poco.
Aquella postura Mokuba la reconocía, ¿Estaba haciendo una reverencia? ¿Por qué?.
—Te agradezco por no haberme abortado.—
Mokuba respingo en su lugar, ¡¿Cómo Yami podía recordar eso?!.
—¿L-lo recuerdas?.—Preguntó con miedo.
—Así es.—
—Entonces recuerdas la parte en la qué...—
—Me estaba ahogando.—La mirada de Yami parecía perderse por un breve instante.—Me estaba ahogando dentro del estanque debido a un fallo en la maquina que me brinda oxigeno mientras continuaba con mi desarrollo.—Y Yami volvió a recobrar aquel brillo.—Fuiste tú.—Dijo.—Tú me salvaste, aun que para ello debiste de romper el tanque que me retenía.—Yami tomo las manos de Mokuba estas se encontraban con algunas cicatrices que podían pasar desapercibidas pero si mirabas detenidamente las manos pequeñas del pequeño se podían ver pequeñas secuelas de aquel día.—Muchas gracias, Chibi.—A continuación Yami prosiguió a besar los nudillos de Mokuba, este a su vez termino por sonrojarse hasta que su cara se volvió por completa roja como el color de un tomate maduro.
—¡¡N- No fue nada!!.—Mokuba retiro sus manos rápidamente, en definitiva Yami era muy diferente al Faraón. —Creo que es hora de irme. —Dijo, siendo testigo de que la mirada de Yami se desfiguraba a una triste, al parecer no le gustaba estar solo a pesar de llevar algunas horas vivo. —No te preocupes, vendré mañana.—
—¿Lo dices enserio?.—La sonrisa de Yami floreció de nuevo.
—Claro que sí.—Respondió Mokuba. —De ahora en adelante somos amigos.—
"Amigos."
La palabra resonó en la cabeza del oji-carmín como si fuese una palabra clave y pronto recordó a una persona que le sonreía gustosamente, tomaba su mano, sus ojos eran de color amatista .
"—Yami.—"
Una voz tan dulce podía escuchar en su cabeza, le llamaba con cariño.
—¿Yami estas bien?.—
Yami parpadeo unos breves instantes sintiendo que lo zarandeaban y para cuando reacciono volteo a todas partes buscando esa voz, más no encontró nada más que Mokuba.
—¿Pasa algo? ¿Te sientes mal?.—
Iba a responder que si no había escuchado esa voz tan dulce y cariñosa, pero algo dentro de sí le dijo que no lo hiciera y así lo hizo.
—Nada. Sólo estoy cansado.—Dijo con voz profunda, algo que no paso desapercibido por Mokuba más lo dejo estar.—Te veo Mañana Chibi.—Yami se volvió a recostar.
—De acuerdo.—
Y Mokuba salió de la habitación.
♣Continuará...
![](https://img.wattpad.com/cover/179423745-288-k967026.jpg)
ESTÁS LEYENDO
PROYECTO: YAMI.
FanfictionNo era una mentira. Era una verdad. Quisiera estar alucinando, soñando, pero no lo estaba. «Creí que te habías ido.» Dijo Yugi al ver a su Faraón frente de él. Pero algo no concordaba. «¿puedes decirme quien eres?.» ××××× Portada hecha por: HEBAKU...