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-- ¡Apártate de mi!. --

Lo empuje con todas mis fuerzas, no sabia de quien se trataba este sujeto o porqué me había besado, pero en difinitiva mi corazón sentía que no era mi Yami al que hace años conozco.

-- ¿¡Quién demonios eres?!. -- Espete con enojó y confusión manteniendo mi distancia, no quería estar cerca de él.

Él por su parte me miró atónito, sorprendido y puedo decir que avergonzado.

-- Yo... Es qué... Mmm. -- Balbuceo un poco, no comprendía que trataba de decirme, desvío la mirada hacia el suelo abochornado. -- No pensé realmente mis acciones, sólo actúe, disculpa mi atrevimiento. -

Disculparse no iba hacer suficiente, este sujeto era un desconocido y se encontraba en mi habitación con Mokuba.

Rápidamente me acerque a Mokuba para despertarlo y llevármelo lejos de ese extraño, no iba a exponer al pequeño en peligro. Ya de por sí la situación era mala.

--No. -- En un breve instante y antes de que tocará a Mokuba, él me detuvo de mi brazo firmemente sin llegar a lastimarme. Le mire extrañado y a la vez preocupado, pues estaba tan cerca de mi que temí que me hiriera. -- Debes dejar que descanse adecuadamente. Él no está bien. -- Dijo con tono triste mirando a Mokuba con atención y preocupación. -- Te pido que salgas de aquí. --

¿Qué? ¿Y este tipo quien se creía que era para hablarme de esa manera? ¡Era mi casa y mi habitación!.

Sin duda iba a protestar cuando de repente, Mokuba comenzó a toser un poco pero no era grave, se volteo del otro lado para seguir durmiendo.

El sujeto que se hacía pasar por Atem se acercó al azabache, trate de detenerlo pero el me dijo con su mirada en que no le haría daño a Mokuba; en sus ojos podía notar que solo quería protegerlo y cuidarlo.

Sentí un extraño alivio al ver esa mirada, lo deje pasar y me senté en la cama, observando cada movimiento que hacía.

Posó su mano en la frente de Mokuba cerro los ojos y solo suspiro.

-- Ya bajo la temperatura. -- Me miró de reojo. -- Solo quiero procurar que tome sus medicinas. No quiero que enferme gravemente. --

Asentí.

Él se paró, se puso frente a mi.

-- Quisiera hablar. --

Me mantuve callado esperando lo que sea.

-- No quiero hacerlo aquí. -- Prosiguió encaminandose a la puerta, la abrió y me hizo un ademán de que saliera.

-- No confío en ti. -- Dije, me mantuve en mi posición, no iba a salir con él, no me transmitía confianza. Además no lo conocía, ¡era un extraño!, irónicamente, un extraño que se parecía mucho a mi amor platónico.

-- Solo quiero hablar Yugi. -- Me dijo. -- No te haré daño, me esta prohibido hacerlo. -- Añadió sin importancia.

¿Cómo cree que confiaré en él después de decir aquello?.

-- Prefiero quedarme. --Respondí.

-- Se qué tienes preguntas y las contestaré todas. -- Dijo serio. Yo no me lo creía. Era un raro ese extraño. -- Te diré él cómo es que me parezco a Atem. --

Eso no me lo esperaba, me había tomado por sorpresa.

-- Y te diré muchas cosas más, incluso, puedo decirte cómo salvar tu vida. --

Parpadee confundido y consternado, ¿salvar mi vida?.

****En otra parte****

Miraba el horizonte con una copa en mano llena de vino tinto, su camisa estaba desaprochada, su corvata esta desarreglada a medio camino, lucia unos pantalones de vestir negros y sonreía juguetón mientras bebía un poco de su copa.

Atem estaba en su habitación en silencio, admirando la vista mientras estaba sentado en un sofá, había tenido una noche alocada, divertida y “desestresante”; se encontraba de buen humor hoy ya que iba ser un día importante para él.

Tres toquidos se escuchan en la puerta, Atem solo dice un: pase, y con seguridad Mana pasa a la habitación con su uniforme de secretaria y con una tablet que portaba toda la información de Kaiba Corps.

-- Asumo que no iras a trabajar. --

-- Tengo mejores cosas que hacer que ver a un hombre que cree que puede manipularme a su antojo y robarme mi imperio que he forjado estos seis meses. --

Mana solo escuchaba con una ceja alzada, tecla a la tablet obteniendo cada vez más información detallada de Kaiba y sus “pasa tiempos”.

-- Entonces Seth se encargará esta vez de despojar el alma de ese hombre. -- Sentenció Mana.

-- Así es. -- Dijo. -- y por favor háganlo lucir como un paro cardíaco y no sean tan malos. --

-- ¿Cómo tú?. -- Cuestionó Mana sin temor alguno. Atem por su parte solo podia sonreír cada vez más.

-- Se lo merecía. Infringuio una ley de los Dioses Egipcios, ¿qué querías que hiciera? ¿Qué le hablaudiera por su estupidez?. --

-- Pudiste detenerlo. --

-- Lo intente y no me escucho. -- Se defendió Atem. -- Creyó que era una alucinación suya, Kaiba ya estaba enfermo mentalmente, ya ko distinguía que era real y que no cuándo Yugi le ganó en esa competencia suya para volver a construir el rompecabezas. ¿Qué se te olvida el día cuándo me fue a ver al más allá?. --

-- Recuerdo que le tuviste que borrar la memoria y mandarlo al mundo de los vivos porqué se desintegraba. --

-- Mi peor error fue darle una segunda oportunidad y mandarlo a casa, pero el ya estaba demente y creo un réplica exacta de mi, copio mis recuerdos y mis memorias. --

Atem apretó sus puños hasta que se volvieron blancos.

Realmente estaba furioso, su buen humor ya se había ido con la charla actual.

Un humano se habían robado su identidad y había formado vida con ello.

-- Los dioses me permitieron estar en este mundo  si llevaba a cabo el plan de asesinar a mi copia y a los que lo rodean. Así qué no importe qué. Voy hacerlo, lo asesinare. Por mi y por Yugi. --

***Continuará....

PROYECTO: YAMI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora