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-- Lo lamento mucho jovenes, pero el señor Seto Kaiba esta muerto. --

Después de decir aquello el cielo grisáceo relampagueo desatando más la lluvia.

El médico forense miraba con lastima hacia el menor de cabellos azabaches, sabía que un niño no sabria manejar estas situaciones.

¿Pero quien podría?

Nadie puede lidiar con madurez ante la crisis de una muerte de alguien cercano a ti. Nadie.

Mokuba no dijo nada, ni siquiera lo intento , solo mantuvo la mirada agachada, vista hacia el suelo.

-- Gracias por avisarnos, puede retirarse. -- Dijo Yami tomando los hombros de Mokuba para reconfortarlo.

Mientras tanto el médico se retiró de inmediato, no quería ser testigo de cómo un pequeño niño lloraba con mucho dolor al perder a su hermano.

-- Mokuba. -- Llamo Yami al pequeño, sin embargo este se dirigio hacia el escritorio de su hermano, se sento en la silla que tanto usaba el castaño y se dejo ahí por algunos minutos.

Yami miraba con preocupación y tristeza al pequeño, debe de dolerle, no esta herido ni siquiera esta lastimado, pero el dolor que emana de él lo hiera con mucha fuerza, rompe su corazón y lo destroza en miles de pedazos.

Él no sabia comprender muy bien las emociones, apenas estaba aprendiendo y experimentando aquello a que los seres humanos no pueden escapar ni ocultar.

-- Pequeño, realmente lamento tu perdida. -- Dijo con un atisbo de tristeza o trataba de imitarlo, de comprenderlo...

Solo quería consolar a su pequeño.

Pero lo que lo saco de su tranquilidad fue una pequeña risa que cada vez se hacia más y más fuerte.

-- Jajajajaja, ¿perdida? ¿Lamentas mi perdida?. -- Río Mokuba con lagrimas en los ojos. -- Por si no lo sabías, yo ya había perdido a mi hermano hace mucho tiempo. Su obsesión por Atem lo enfermo, lo mató desde el primer instante en qué comenzo todo esto. Los planes para remplazarlo, tu creación y esa loca y ridicula obsesión por derrotarlo y ser el rey de los juegos... Quien murio ahora solo fue el cuerpo de mi hermano con su locura. --

Decía con amargura en su voz, se apreto la camisa fuerte, como si así aliviara el dolor que emergía de su corazon, más lagrimas surgian de sus ojos, eran incontrolables y el sentimiento de perdida de a poco lo cegaba para sumergirlo en un abismo sin fondo para la depresión.

Entonces sucedió, Yami fue hasta su lado y lo abrazo con fuerza contra su pecho para consolarlo, para reconfortarlo, para hacerle saber que él estaba ahí para él.

Mokuba por su parte solo se aferro a Yami, lo abrazo tan fuerte cómo podía, se deshizo en sus brazos, lloro cómo todo un bebé.

Necesitaba llamar a Yugi.

*Mientras tanto en otro lugar.

-- La cena estuvo deliciosa, gracias por invitarme. -- Dijo Yugi caminando por la cera para encaminarse hacia el auto de Atem, ya era muy tarde, debía de regresar a su casa antes de que su abuelo enloqueciera de paranoia.

-- No hay de qué, fue todo un placer. -- Atem tomo la mano de Yugi y la beso. Esto no extraño ni por mucho ni poco al amatista pues sabia que Atem era fiel a sus modales.

Yugi se alejo un poco y continuaron caminando hablando sobre viejos tiempos, de chistes y la cultura egipcia.

--No puedo creer que casi te casas
-- Río Yugi con gracia, muy en el fondo sentía molestia y celos contenidos que luchaban por salir.

-- Creelo. Me iba a comprometer con una reina Griega. Pero gracias a Ra no fue así. Y aquí estoy, viviendo una vida soñada. --

-- Ya lo creo. -- Respondio Yugi con una sonrisa triunfal. Y recordó porqué había aceptado la cita. -- Por cierto, sobre el por qué estas aquí es... ¿Para quedarte? O ¿es que de nuevo seremos atacados por el rey oscuro?. --

Atem solo sonrió, subieron a la camioneta justo a tiempo, pues la lluvia comenzo a caer estrepitosamente.

-- El clima esta bipolar hoy. -- Comento Atem arrancando el auto.

Yugi solo esperaba la respuesta de Atem, pero tras largos minutos de silencio Atem no hablo.

-- ¿Entonces?. --Insistio  Yugi, no iba a quedarse con la duda.

-- Te llevare a casa. --  Fue lo unico que dijo y se marcharon.

×Continuará....

PROYECTO: YAMI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora