Capitulo catorce : drunk

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Eran las 3 de la mañana y la rubia caminaba mientras lloraba por la calle a oscuras.  Su teléfono  se había descargado y no podía llamar a nadie,  dios,  se sentía  tan mal.

Se sentía  una mierda,  y que vida de mierda tenía .  Lágrimas caían de sus ojos y su maquillaje se corría.

Había establecido una conversación agradable con aquel chico,  pero este se le acerco demasiado,  con segundas intenciones y lo único que se ocurrió hacer fue golpearlo,  y vaya golpe que le dio.

No era consciente donde estaba ni tampoco la hora,  pero no impidió que golpeara la puerta.  Luego de unos segundos,  apareció  un Jughead medio dormido y al ver a Betty con su maquillaje corrido y llorando pensó mil cosas.

—Betty—dijo este mirándola y esta entró  al apartamento.

—he sido muy tonta—dijo tirándose en el sillón.

—¿acaso estas borracha?

—intento besarme y ¿sabes lo que he hecho? Lo golpeé  porque tú  eres el único que me pude besar.

—oh dios—dijo Jughead despertándose —¿porque diablos estas borracha?

Betty suspiró —mi vida es una mierda—dijo mientras se ponía cabeza a abajo en el sillón.
Pero se levantó rápidamente y miro él  suelo.

—vomitaras,  ¿verdad?

La rubia corrió al baño y Jughead fue tras ella, mientras le sujetaba el pelo para que esta vomite en el retrete.  Vio una gomina de pelo que ella había dejado una vez y la tomó para hacerle un moño despeinado.
Este se quedo a su lado,  mientras esta vomitaba mientras ponía una mano en su espalda,  adormilado.

Betty suspiró y se alejo de retrete — lo sient—esta dejó  de hablar para volver al retrete.

—será una muy larga noche—murmuró Jughead.

Betty se sento mirándola —soy una idiota por emborracharme así,  ¿verdad?—preguntó  mientras se sentaba en el piso.

—así es—dijo Jughead con una sonrisa burlona pero esta se desvaneció al escuchar las siguientes palabras de ella:—¿me vas a dejar,  verdad?

Jughead nego—claro que no,  cariño—dijo sentándose junto a ella—solo hay que hablar—este se levantó—pero antes,  entra a la ducha que te traeré una remera mía y unas bragas.

—¿Y tú por qué tienes bragas?

—Es tuya cariño,  la has dejado la semana pasada.

Betty asintió para levantarse y entrar a la ducha.  Jughead entró  al baño y dejó la ropa en la mesada pequeña. —¿ha pasado un poco el alcohol?

Betty cerro la ducha y Jughead la ayudo a salir de la bañera.  Este comenzó a secarla con una toalla el pelo.

—soy un desastre

—un maravilloso desastre.

Betty sonrió —esta situación no es muy romántica.

—Si yo no estoy cuando estas en tus peores momentos,  ¿que derecho tengo para estar en los buenos?

Betty lo miró y le sonrió para refregar sus ojos. —quiero dormir

—lo harás, pero antes debes comer algo,  tienes el estómago vacío.

Betty asistió mientras se sentaba en la mesa y Jughead calentaba algo de comida.

—gracias,  Juggy—dijo con una sonrisa.

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