Manuel
Escuché el golpe de la puerta por tercera vez, salí del baño con una toalla alrededor de mí cintura y me acerque para abrir, Olimpia.
Esta me observo detenidamente, desde arriba hasta abajo y conectó sus ojos con los míos y no tardó en aparecer una sonrisa ensanchada de su parte.
—Perdón, ¿te molesté?—cuestionó con una ceja levantada, negué—¿Puedo pasar?
Sin acotar nada al respecto, me hice a un lado haciendo que ella pase y mirase con curiosidad mí pieza, la cual compartía con Mateo.
Aprovechando que ella estaba distraída, la miré estaba con un vestido de playa que se transparentaba dejándome ver su malla rosa palo, junto con unas ojotas y un rodete mal hecho.
—¿Que haces...
—¿Vamos a la playa?—interrumpió mientras se daba la vuelta y me miraba con una sonrisa.
—Yo...Oli me estaba por...
—Dale lindo, porfa—pidió mientras se acercaba y a continuación pasaba sus brazos por mí cuello—Un rato nada más.
Su cercanía me estaba poniendo nervioso nuevamente y al parecer ella se dio cuenta porque se mordió el labio inferior tratando de no reírse. Se acercó un poco más, presionando nuestro cuerpos y no tardé en soltar un jadeo.
—Oli...
—Un ratito nada más—repitió mientras dejaba besos húmedos en mí cuello, desconcentrandome.
La agarré de la cintura y apreté mí agarre haciéndola reír un poco, está se apartó de mí cuello y se puso de puntillas para darme un beso chiquito en la comisura de los labios.
—Es tarde...
—Dale, ¿cuantos años tenés? ¿ochenta?
—No, yo...
Después de tanto insistir la chica consiguió lo que quiso, me termine de poner la remera y encaminamos para salir del sitio donde nos hospedabamos.
—Son las nueve y media de la noche Oli...—avise, sin embargo la castaña me ignoró.
Nos metimos en la playa y empezamos a caminar en esta, la mano de Olimpia estaba entrelazada con la mía y me gustaba.
—Yo no sé vos, pero me estoy calcinando—aportó soltandome la mano para después sacarse el vestido.
Abrí los ojos al verla en malla haciendola reír por mí reacción, se acercó y levantó mí remera para sacarmela.
—No-no me quiero meter—solté y me rasqué la nuca.
La mano de la castaña se enredó en la mía y tironeó de ella, arrastenadome hacia el mar, como si fuéramos dos nenes chiquitos empezamos a correr hasta allí, riéndonos.
—Esta helada Oli—me quejé, sin embargo ella se sumergió y salió con una sonrisa—Estas loca.
—Y vos sos una nena, tiquismiquis—alardeo y se acercó a mí.
Volvió a repetir la antigua acción de antes y sin previo aviso estampó nuestro labios, el beso era bastante tierno y lento haciendo que ambos los disfrutemos.
Las manos de Olimpia subían desde mí cuello hasta mí cabeza haciendo caricias allí mientras que mís manos estaban estáticas en su cintura.
—Agarrame del orto sin miedo—hablo contra mis labios.
Sonreí y bajé mis manos, apretándolo un poco y haciendo caricias. En un rápido movimiento la castaña pegó un salto enrrollando sus piernas en mí cintura para profundizar el beso y la agarré de las piernas para sostenerla.
Cuando nos separamos repartió besos por toda mí cara haciéndome reír y abrazarla fuerte porque ya empezaba a tener frío.
—Manu—habló, hice un movimiento con la cabeza para que siguiera hablando—¿Querés ser mí novio?
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ya dije que amo a Oli por ser tan directa?😍
vayan a mí perfil que publique una novela de truenovich