Reí por tercera vez al recordar como al rubio se la había caído el helado al piso, además de la cara con la que me miró fue épica.
—Dejá de reírte boba—pidió este con una sonrisa, haciendome tentar más—Dale Oli.
Lo miré a los ojos intentado reprimir la risa, tenía los ojos llorosos y los labios rojos de tanto apretarlos para aguantar la risa. Vi como el rodó los ojos y me acerque a él para pasar uno de mis brazos por su cintura.
—Perdón, pero es que si te hubieras visto la cara, entenderías—reí leve haciendo que este negara un con sonrisa.
En un acto inconsciente el rubio paso su brazo por encima de mí hombros y me atrajo mas hacia el, poniendome un poco incómoda por la cercanía y por si fuera poco apoyo su cabeza arriba de la mía.
—¿Te gusta Manuel?—preguntó derrepente, haciendo que me alejara un poco para mirarlo.
Su pregunta me había desconcertado y me había dejado sin habla. ¿Tan obvia era? fue una de las miles de preguntas que pasaron por mí cabeza al escuchar a Fede preguntarme aquello.
Me quería pegar internamente por ser una piba directa y muy transparente en todos los sentidos pero más a la hora de los chicos.
—Sí—determiné después de unos minutos de silencio—Pero no quiere nada conmigo.
—¿Y por qué no querría nada con vos?—contrapregunto un poco confundido, me encogí de hombros—Si sos re buena piba Oli, además de linda, ¿que más quiere el diccionario?
Tragué grueso y me animé a mirarlo y debatí un poco en si contarle lo que me habían mandado antes del viaje de el, pero aunque tuviera la suficiente confianza para contarle, lo que menos quería en estos momentos era hablar de Manuel.
—¿Tenés hermanos?—pregunté cambiando totalmente de tema, dejándolo un poco atontado.
—Bueno, no querés hablar—determinó con una sonrisa—Si te sirve de consuelo, yo te re doy.
Su comentario me hizo reír un poco, Fede se parecía mí en cuanto a lo directo y eso me gustaba mucho, observé su sonrisa bien perfecta a causa de que había llevado brackets durante dos años.
—Y si tengo uno, más chico, Lucas—habló retomando el antiguo tema de conversación.
Asentí con la cabeza y miré hacia delante, hasta que sentí un beso en mí cabeza que hizo girarme para mirarlo.
—Que pena que te gusta Manuel porque yo te quería pedir que seas mí novia—susurró haciendo puchero.
Sonreí sin mostrar los dientes y me contuve por no apretarle los cachetes, me causaba mucha ternura el puchero que estaba haciendo y aunque el de Manuel era mí favorito, no podía negar que el de Fede era hermoso.
—¿Ah sí?—pregunté divertida y un poco curiosa. Este asintió frenéticamente.
De un momento para el otro nuestros semblantes habían cambiado y ahora tenía los ojos de Fede clavados en mis labios además de que estaba a una distancia bastante peligrosa.
—¿Querés ver?—se ánimo a preguntar el rubio, lo miré a los ojos y un poco descolocada asentí para después de unos segundos sentir sus labios sobre los míos.
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TE RE CABE MANUEL