Dejé de escribir cuando escuché mí teléfono vibrar, lo agarré y lo desbloquee para ver quién era, número desconocido.
+54 275 942 786: (Imagen)
+54 274 942 786: Creo que estos son motivos suficientes por los cuales Manuel no quiso juntarse en toda la semana con vos. Creo que merecías saberlo más que nada porque te veo muy enganchada con el y no quiero que te ilusiones, así como lo ves de santito, no tiene nada.
Mantuve todo el aire en mis pulmones y abrí la foto que me había mandando el número que no tenia agendado. El castaño chapando con una mina, acerque un poco más la foto para ver si conocía aquella chica pero fue en vano porque no me sonaba de nada.
Sin contestarle, bloqueé el celular y lo deje donde antes. Solté un suspiro y me pase la mano por la cara, cerré los ojos e hice un movimiento con las manos para tranquilizarme y evitar llorar.
El timbre sonó y me levanté para ir a abrir ya que no había nadie en mí casa, bajé las escaleras y me acerque hasta la puerta para abrirla encontrándome con Agos, mí mejor amiga.
—Qué onda Tognetto—habló la morocha pasando como si nada y se tiró en el sillón. Me di vuelta para mirarla con el ceño fruncido, está después de unos segundos se percató de esto y conectó su mirada con la mia—¿Que te paso?
—Vení—ordené y volví a subir las escaleras seguida de ella para dirigirnos a mí pieza.
Una vez entramos, volvió a repetir la misma acción que había hecho en el sillón. Me acerque hasta el escritorio para agarrar el celular y encaminé hacia la cama para mostrarle lo que me habian enviado minutos atrás.
Agos me arrebató el celular de las manos y después de minutos observando la foto, sumando la incertidumbre por el silencio que había provocado, alzó la vista y me miró.
—Para mí es falsa o es vieja. Una de dos—comentó la morocha, alce una ceja y agregó:—No creo que Manuel sea así, se pone re incómodo con vos y mira si se va chapar a una mina así.
—Según mi papá, nunca terminas de conocer a una persona. Además, mirá lo que ponen los mensajes—mostré, mí mejor amiga agarró otra vez el celular.
—¿Y no crees que lo hacen para tirar abajo lo que vas a tener con Manuel o lo que están empezando?—formuló, solté un suspiro y me pase una mano nuevamente por la cara—Yo creo que lo mejor es que hablen y le digas, capaz es vieja y te la mandaron para ya empezar a armar quilombo.
—En estos momentos lo que menos quiero es hablar con el, aparte de que no tengo porque reclamarle algo porque no somos nada, pero posta no tengo ganas de verlo, ni de hablar con el—hablé y escondí la cara en la almohada.
—No te pongas mal, no creo que sea tan pelotudo de jugar con vos, se nota de lejos que es re buen pibe y que no le haría mal ni a una mosca. Vos quédate tranquila—animó la morocha mientras sobaba mi espalda.
Después de hablar un rato más con Agos de temas triviales y reirnos, siempre que me juntaba con ella era imposible no pasarla bien y olvidarte de los problemas que tenías encima.
En un momento la puerta sonó y segundos después se abrió apareciendo en nuestro campo de visión mí papá, con una sonrisa bien ensanchada y unos papeles en las manos.
—¡Nos vamos de viaje con los chicos de la escuela a Mar del Plata!
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Oli me hace acordar a mí a veces lpm
