Manuel
—Un gusto—acotó la castaña con una sonrisa y antes de que le pudiera preguntar por su nombre ella agrego;—Me tengo que ir.
—¿Tan rápido?—preguntó su progenitor mirandola y concordé con el mentalmente porque yo tampoco quería que se fuera tan rápido.
—Sí—siguió—Agos me está esperando, un gusto Manu, en otro momento nos vemos.
Se dio la vuelta sin esperar respuesta y no pude evitar mirarla hasta que desapareció por la puerta, el chasquido de unos dedos me hizo salir de mí trance y miré a la persona que lo había hecho, Mateo.
—¿Te gustó la hija del profe?—preguntó divertido, entrecerré los ojos haciendolo reír—Es linda eh, aparte sabes que Fabrizio no te va a decir nada, sos el preferido y seguro que te quiere como yerno.
—Dejá de decir pavadas, ¿querés?—lo miré y junte las cosas para ponerlas en la mochila, acto seguido la cerré y la cargué sobre mis hombros.
—Te enojas porque sabes que tengo razón Manuelito—rió mí amigo mientras se cargaba la mochila en los hombros.
—¡Tomen los cuadernos!—anunció Fabrizio mientras levantaba estos—Mateo y Manu.
Nos acercamos hasta el y agarramos nuestros respectivos cuadernos para después guardarlos en nuestras mochilas.
—Fabri—habló confienzudo mí amigo, lo miré con el ceño fruncido para ver qué le decía al profesor—¿A vos te molestaría que alguno de tus alumnos este con tu hija?
Rápidamente le dí un codazo a Mateo haciéndolo que me miré por un momento pero después volvió a concentrase en el profesor para ver su respuesta.
—¿Por qué lo decís?—fue lo primero que preguntó Fabrizio mirándonos a ambos-¿Alguno de los alumnos está con ella o quiere?
—No—contesté antes de que lo hiciera mí amigo.
—Todavía—agregó el morocho divertido, lo miré nuevamente con cara de pocos amigos.
—Bueno, tendrá que tener mí bendición antes—respondió el mayor haciéndonos reír a ambos—Ah, antes de que se vayan, a la noche voy a hacer una cena con todos los alumnos para festejar que entraron a las competiciones.
Nada más acabo de decir eso el profesor, Mateo me miró de forma pícara sin pensármelo le dí un empujón haciéndolo reír.
—¿Y va a estar tu hija?—preguntó el morocho con una sonrisa bastante amplia.
—Estoy empezando a pensar que sos vos el que quiere estar con mí hija—lo miró fijamente, no pude evitar reírme al ver la cara de mí amigo.
—No, nada que ver Fabri—contestó rápidamente mí amigo y me miró—El...
—¿El que?
—¿Manuel podemos hablar?—preguntó una voz femenina a mis espaldas, lo que agradecí internamente ya que Mateo iba a soltar cosas que no quería, me di la vuelta encontrandome con Julia, mí ex.
—Ni te se ocurra caer—susurró el morocho en mí oído y la miró con asco, no sé llevaban bien, me aparte un poco y asentí—Te digo en serio Vainstein.
—Sí—asentí y seguí a Julia quien se había apartado un poco para que no escucharán la conversación—¿De que querés hablar Julia?
—De nosotros—respondió—Manu por favor, perdón ¿si? Yo no quería, estaba en pedo y...
—Ya no hay un nosotros Julia—la interrumpí—Vos te encargaste de romper ese nosotros, ya fue...
—¡Dale Manu que nos espera Olimpia!—gritó Mateo con las manos en forma de círculo sobre su boca para simular un megáfono.
—¿Olimpia? ¿Quien es esa?
—La novia de Manu—acotó Mateo mientras pasaba su brazo por mis hombros.