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Manuel

Tragué en seco al escuchar la petición de la chica, está sonrió un poco y me miró fijamente esperando una respuesta de mí parte.

—Te acompaño a casa—aporté ignorando completamente lo que me había dicho antes.

La vi alzar la ceja y se acercó a mi, enrredó sus manos alrededor de mí cuello y se puso de puntillas ya que era más bajita que yo.

—¿Sabías que es de mala educación no responder cuando te hablan?—anunció la castaña.

No acoté nada al respecto solo me limité a mirarla, esbozó una sonrisa y escondió su cara en mí cuello para dejar delicados besos incoscientemente lleve mis manos a su cintura.

—Pará Oli—la pare en seco cuando vi que esto se estaba yendo por las ramas y pase una mano por mí pelo en símbolo de frustración. Al notar su cara, intente relajarme y la mire—Yo eh...

—Me voy a casa—determinó con un semblante serio y empezó a caminar a pasos apurados. Rodé los ojos, trate de alcanzarla y cuando estuve a la par, la agarré de la mano para que se girase mostrandome una tremenda cara de orto—¿Que?

—Te acompaño, mirá si te pasa algo—hablé haciéndola alzar una ceja, se zafó de mí agarré y siguió caminando.

No era tan difícil de descifrar el hecho de que se había enojado conmigo por cortarle el rostro. Pero no lo había hecho porque no me gustará Olimpia sino porque era muy tímido con las chicas y más si eran directas, como ella.

Aceleré un poco el paso para aunque sea estar al lado de ella, noté como me miró por el rabillo de ojo pero no acotó nada al respecto.

La miraba en cada tanto y observé cómo tenía un lunar cerca de su labio inferior al igual que la argollita que tenía en su nariz. Era bastante linda y no sé parecía en nada a su padre, así que supuse que era igual que la mamá.

—¿Que mirás?—preguntó con la vista todavía en el frente, aparte la vista de ella al instante y sentí subir el calor por mis mejillas.

—A vos—contesté sacándome la vergüenza, giró su cabeza para mirarme deteniendamente.

—Eso era obvio—replicó sarcásticamente con un tono bastante duro, dándome a entender que estaba enojada.

No acoté nada más al respecto, y seguimos caminando, había tanta tención en el aire que se podía cortar con un cuchillo, era muy incómodo por lo menos por mí parte, Olimpia en cambio estaba relajada o disimulaba muy bien pero optaba por la primera opción.

—¿Hace mucho tenés el piercing?—pregunté intentando sacar tema de conversación para que lo que quedaba de camino no fuera tan incómodo.

—Un año.

Una vez llegamos hasta la entrada de su casa, saco el celular y las llaves que las había guardado en los bolsillos de mí campera, para después sacársela y apoyarla en mí pecho.

—Chau.

—Olimpia—llamé pero no hizo caso omiso, simplemente abrió la puerta y así como la abrió la cerró de un portazo.

Definitivamente la había cagado.

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Adjetivos para definir a Oli?🤔 ahre

perpetuo ; replikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora