Captain Hydra x Superior IronMan

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BeSuperior
Marvel Comics

Narra Superior:

Lo tenía dominado. Él estaba comiendo de la palma de mi mano. 

Tanto tiempo esperándolo y por fin lo conseguí. 

Al fin podía alardear de tener al grandioso Capitán Hydra solo para mí. No fue fácil seducirlo. El simple hecho de trabajar para Hydra y las misiones que teníamos no me dejaba el suficiente tiempo para conseguir que fuera mío.

Hasta que por fin las misiones acabaron por un tiempo e Hydra no nos reclamó el estar en la sede.

Y así pude comenzar mi "plan". 

Solo tuve que invitarlo a pasar el tiempo conmigo. Y eso fue suficiente. 

A los pocos días ya podía notar el como me miraba de manera diferente al entrenar o cuando me encontraba en el taller lleno de aceite por culpa de alguna fuga.

No tardó mucho en dar el paso de intentar devorarme. 

Mi orgullo me impidió el seguir el juego. 

Y así mi plan tuvo éxito.

Podía pedirle cualquier cosa, que yo la tendría. En obvio que después podría recompensarle de la manera que él quisiera. 

Usualmente era con algunos actos sexuales, nada más.

Y así es como nos encontramos ahora.

- Steve eres un buen chico. Muchas gracias por las donas.- dije mientras cogía la caja de sus manos y la dejaba en la mesa de la sala de estar.- ¿Que te gustaría a cambió?

- ¿Aún sigues preguntando eso? Estoy seguro que ya sabes que quiero.

Al instante de expulsar esas palabras por su boca, ya lo tenía detrás mía. Olisqueando y besando mi nuca. Yo no podía negárselo, de todos modos él hizo lo que pedí. 

A pesar de las veces que le advertí que no quería marcas, él seguía haciendo todo lo que quería.

- Idiota, no quiero marcas.- me queje al notar como succionaba mi piel.

- Cállate.- y volvió a su labor.

No tardó mucho en llenar mi cuello con esas marcas rojizas que dentro de poco serían moradas.

Metía sus manos entre mi ropa, acariciando mi piel con las yemas de sus dedos causandome muchos escalofríos y corrientes eléctricas por mi columna. 

Aprovecho el contacto para quitar mi camiseta sin mangas. Dejo mi torso al descubierto para tener mejor contacto con mi pecho, especificando con mis pezones. 

Comenzó a pellizcar y retorcerlos provocando mis jadeos.

Lentamente empezó a guiarme al sofá del salón.

Poco después me encontraba recostado en el mueble, boca bajo y siendo penetrado fuertemente por el rubio. Unas embestidas constantes y profundas. Notaba como en cada movimiento se adentraba en mí dando golpes en ese punto que me volvía loco.

No podía evitar gemir fuertemente al notar su hombría dentro de mí.

Sus uñas clavadas en mi cintura impulsándose de ella. 

Su aliento en mi nuca.

Y de vez en cuando, algún que otro beso en mi cabellera.

Entoces noté mi orgasmo a la vuelta de la esquina. Dentro de poco lo expulsaría.
Y así hice. 

Manche la cara tapicería del sofá mientras apretaba mi interior y pequeños espasmos corrían por mi cuerpo. Un sonoro gemido por mi parte resonó por todo el lugar. 

Mientras que mi acompañante gruñía suavemente por los pequeños apretones que le causaba a su miembro.

Por unos minutos nos quedamos inmóviles y con la respiración agitada. 

Pero entonces lo noté de nuevo. 

Noté como el capitán comenzó de nuevo su vaivén sentir mí. 

No pude evitar el pequeño gruñido que salió de mi garganta por la atención que tuve de nuevo.

- ¿Ya quieres terminar? Pero si esto acaba de comenzar.- oí su voz justamente detrás de mi oreja.

Esto era nuevo. 

Normalmente después de correremos los dos, cada uno se iba a asesor y a dormir. 

Pero esta vez no, está vez él siguió.

No puedo determinar las posiciones que probamos, ni cuantos sitios hemos tenido relaciones durante la tarde-noche, ni siquiera la de veces que llegamos a venirnos los dos. 

Al tercer orgasmo perdí la cuenta.

Lo último que recuerdo es él llevándome en brazos, al estilo nupcial a la habitación que por ahora compartíamos. 

Yo temblando levemente por los orgasmos inminentes y luchando por poder respirar normalmente.

Entramos al cuarto y me tumbo en la cama matrimonial, al lado izquierdo, en donde suelo dormir yo. 

Mientras que él se recostó a mi derecha, en donde él duerme.

A pesar de tener los ojos cerrados pude notar como Steve se movía suavemente hacia mí para unir sus labios con los míos.

Durante este tiempo que hemos estado follando hemos compartido muchos besos, salvajes, llenos de deseo y lujuria. 

Y este beso sin duda causaba la diferencia. Un beso lento y suave.

No duró mucho por la falta de aire que presenciamos.

Me atreví a abrir los ojos y mirarlo.

Lo vi sonriendo de lado, mientras apoyaba su cabeza en la mano. A su vez, con la otra acariciaba con delicadeza mi pelo.

- ¿Estás bien?- preguntó él.

- ¿Desde cuándo te preocupas por mí?

- Desde que te folle casi diez veces seguidas. Entoces, ¿estás bien?

No pude evitar esbozar una pequeña sonrisa cansada. Antes de responder un "sí" cerré mis ojos por la pesadez de mis párpados. 

Suspiré y me recosté en la cama para poder unir mi cuerpo de nuevo con el de Steve. 

Bese su pecho. 

Y me deje caer en los brazos de Morfeo.

Éramos una pareja muy extraña. 

Y a pesar de no ser una pareja oficial.

Algo de sentimientos puede haber.

Actualización: septiembre 2020

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